Ajalpan, Pue. Cientos de ajalpenses dieron el último adiós a los tres hombres que fallecieron el pasado domingo en el accidente ocurrido en la carretera Puebla-México, siendo parte de una peregrinación que se encaminaba a la Basílica de Guadalupe. De manera separada se realizó la misa de cuerpo presente de cada uno, para posteriormente ser llevados al panteón municipal.
Las bandas de música, las campanas de la iglesia principal de esta ciudad y los cohetones, anunciaron el arribo de las carrozas fúnebres a la iglesia de San Juan Bautista. A las 12:00 horas, llegó el cuerpo de Juan Romero Flores; su esposa y familiares lo acompañaron, lamentando que su hijo y nieto, el cual perdió una de sus extremidades, no pudieran acompañarlo.
A las 14:00 horas, el párroco Enrique Camargo Meléndez recibió el cuerpo de Tomás Feliciano Quixtiano, el mayor de los tres fallecidos; sus hermanas e hijo, encabezaban el cortejo fúnebre llevando entre sus manos la imagen de Tomás. Durante la misa, el sacerdote lamentó la muerte de tres seres humanos que habían tenido un acercamiento a Dios y que ese haya sido el motivo de su muerte.
Además, el sacerdote pidió fortaleza a las familias para superar esta ausencia, pidiéndoles recordarlos con la alegría con la que les gustaba vivir y de como siempre habían estado cercanos a sus familias.
Para esta familia, tres de sus integrantes que viajaban con él finado, tampoco pudieron estar, ya que dos de ellos están internados, entre ellos el pequeño de 5 años que perdió su pierna.
Así mismo, a las 15:00 horas, el cuerpo de Tomás salió de la iglesia entre aplausos, mientras que una banda de música anunciaba el arribo del cuerpo de Flavio Vicario Tegchi, el cual era acompañado de un sin número de estandartes religiosos que representan a las diferentes comunidades juveniles creyentes, que en algún momento convivieron con él.
Cabe destacar que mientras el cortejo fúnebre se dirigía al panteón municipal a darle cristina sepultura a Tomás Feliciano Quixtiano, el sacerdote recibió el cuerpo de Flavio Vicario Tegchi, quien dijo era un joven muy querido en la Iglesia, siendo parte de agrupaciones pastorales desde su juventud. Amigos y compañeros llenaron inmediatamente la iglesia, siendo necesario limitar el acceso.
Pese a que en un inicio se dijo que la intención del padre era hacer una sola misa con los tres cuerpos, las familias solicitaron que fuera de manera independiente, por lo que en esta ocasión tres misas se llevaron a cabo en el municipio, para que familiares y amigos de los ajalpenses fueron despedidos.
Por último, los tres cuerpos fueron sepultados en el panteón principal de esta ciudad donde les dieron el último adiós.
