La Antorcha Guadalupana lleva 20 años convocando a la sociedad y los gobiernos a ser sensibles y respetar los derechos de los migrantes, ya que la pandemia no ha frenado el flujo de personas que transitan por México en busca de una mejor calidad de vida, dijo Manuel Romero Cagigal, coordinador de la Comisión Diocesana para la Movilidad Humana de la Arquidiócesis de Puebla.
Ayer, la imagen de la Virgen de Guadalupe y de San Juan Diego junto con la antorcha encendida llegaron a la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, en la Colonia Aquiles Serdán, en donde se rindió un homenaje póstumo al padre Gustavo Zárate, quien dedicó su vida a ayudar a los migrantes.
Manuel Romero señaló que el fenómeno de la migración se ha agravado con la crisis de migrantes haitianos que piden refugio por los problemas que enfrenta su país y la pandemia de la Covid - 19.
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“Un millón de migrantes han sido deportados, de los cuales más de la mitad son mexicanos, 200 mil de Centroamérica y el resto de Ecuador, Colombia, Venezuela, Cuba,Brasil y en las últimas semanas de Haití. Esto ha convertido a Mexico en un país amigo para ellos, en un país seguro, por eso es que lo buscan tanto, por eso es que la antorcha Guadalupana busca ser un signo de esperanza”.
Informó que por ahora los albergues para migrantes habilitados en las Parroquias de San Juan de los Lagos, Nuestra Señora de la Asunción y Nuestra Señora de los Desamparados registran una afluencia baja en comparación con otras entidades del país como San Luis Potosí, en donde hay sedes que ya atendieron hasta a 600 haitianos.
No obstante, destacó que las tres parroquias están listas para recibir a los migrantes en su paso por Puebla, teniendo en cuenta que durante el año pasado fueron hasta 400 personas las que requirieron alojamiento, alimentos, cobijas y otros servicios que ya podrán ofrecerse en esta ocasión, como son regaderas y asesoría.
Por su parte, el padre Anastacio Hidalgo Miramón, de la Diócesis de Tehuacán, señaló que el fenómeno migratorio ha dejado de ser exclusivo de los hombres y ahora son familias o incluso comunidades completas las que se desplazan en busca de mejores condiciones de vida, siendo las niñas y niños quienes enfrentan mayores condiciones de vulnerabilidad.
Insistió en que en ocasiones los migrantes consideran que transitan por 3 mil 500 kilómetros “de un infierno” durante su paso por México, de ahí que la carrera de la Antorcha Guadalupana busca sensibilizar a la población para ofrecer un trato más humano a quienes se han visto obligados a dejar su lugar de origen.
“La carrera antorcha Guadalupana tiene 20 años y es una propuesta de sensibilización para adoptar una actitud humanitaria. Tenemos que hacer leyes más justas y humanas que no insistan en el racismo, la discriminación y la criminalización de migrantes, que su paso sea un paso digno”.
RECONOCEN LABOR DEL PADRE GUSTAVO ZÁRATE
Los organizadores de la antorcha Guadalupana y el Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de Puebla rindieron un homenaje póstumo al Padre Gustavo Zárate, quien dedicó gran parte de su vida a impulsar esta actividad y a ayudar a los migrantes en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.
Su familia recibió un reconocimiento que posteriormente fue colocado en el sitio donde descansan sus cenizas, en el altar de dicho templo, junto con su fotografía.
Sacerdotes, familiares y colaboradores lo recordaron como alguien dispuesto a apoyar al prójimo, en especial a las comunidades más necesitadas de la Mixteca, a los migrantes y estudiantes indígenas que no tenían donde vivir en la ciudad de Puebla.
Diego Reyes de la Asociación Tepeyac indicó que las tres personas que caminan o corren en relevos para llevar la antorcha Guadalupana salieron de la Basílica de Guadalupe el pasado 5 de septiembre, pasarán por los estados de Morelos, Guerrero, Puebla, Oaxaca, Hidalgo, Tlaxcala, Veracruz, Tamaulipas y el Estado de México.
Posteriormente, otro grupo se encargará de transitar por 13 entidades de los Estados Unidos y concluir el recorrido el 12 de diciembre en el Central Park.