Huauchinango.- Comunidades indígenas se reunieron este lunes 24 de junio en el centro ceremonial de la Xochipila, única plaza prehispánica aún viva, en la que se manifiesta una cosmovisión diferente y una forma de relación estrecha con la naturaleza.
La organización de la fiesta dedicada a Juan Techachalco iniciaba desde el pasado fin de semana; sin embargo, un comunicado de la Coordinación General de Protección Civil del Gobierno del Estado hizo que se suspendieran las actividades del sábado 22 de junio, porque se preveían condiciones climatológicas difíciles por el fenómeno meteorológico “Alberto”. Finalmente, no se manifestó de manera intensa, “aunque sí trajo agua que hacía mucha falta en este lado del estado”, festejó Lupita Vargas.
➡️ Únete al canal de El Sol de Puebla en WhatsApp para no perderte la información más importante
La fiesta de la Xochipila, cuyo “día grande” es el 24 de junio, no se celebra a Juan Bautista en el centro ceremonial; se dedica a Juan Techachalco, una festividad ancestral que también tiene que ver con el calendario agrícola y con el sincretismo. En el centro de Xicotepec, es decir, en la iglesia católica, se canta y se honra a la imagen de Juan el Bautista, quien incluso es el “Santo Patrón” del pueblo.
Durante el día, es un desfile de colores por las danzas de distintas comunidades del municipio de Xicotepec y por las flores que se dejan en el centro ceremonial, además de ofrendas y ceras encendidas para pedir por el amor, por la salud, por el trabajo y por la fertilidad, de la tierra y hasta de las mujeres.
La piedra, que va teniendo una forma cónica, está dividida en tres partes: en la parte alta está el cielo; en la parte media hay una conexión con lo terrenal, y en la parte baja, con el inframundo. Además, hay una plazuela que es ocupada para el desarrollo de las ceremonias.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
“Juanito Techachalco”, de quien se cree que su alma o espíritu, representado en energía, ronda por el lugar y es con lo que se logra el contacto entre la persona y el universo. “El jade era como un campo de energía, de espiritualidad para un sector en el centro de México y la Xochipila es lo mismo, pero para todos”, explicó el mayordomo, Hugo Isidro Pérez Becerra.
Pérez Becerra refirió que se cree que por “la alianza que hubo entre totonacos de Xicotepec contra los mexicas, hubo un buen trato de Hernán Cortés, tanto que se reconoció a gobernantes indígenas (comenderos) que se encargaron de propagar el cristianismo en la Sierra Norte (pago de facturas políticas)".
En cambio, se detectó un conflicto de interés, pues los encargados de promover el catolicismo también conservaban su cosmovisión original.