En Puebla hay 21 niños que viven en los Centros Penitenciarios con sus madres, principalmente en San Miguel y en el Cereso de Cholula, sin embargo, son un sector olvidado, pues durante este tiempo no cuentan con la infraestructura ni los servicios necesarios para tener una niñez sana y luego de esta etapa de encierro, las autoridades no le dan seguimiento a su desarrollo, lo que podría tener efectos negativos en su vida por la brusca separación de su madre.
Cuando una mujer en la cárcel tiene un hijo, la ley le permite tenerlo a su lado hasta que cumple 3 años, pero después de esta edad tiene que buscar un tutor que se haga cargo de él o de ella. Estos tutores en un gran porcentaje son familiares que de un día para el otro tienen que convertirse en padres, pero también hay casos de niños que no tienen la misma suerte y actualmente están en casas hogar.
De acuerdo con el informe “Menores que viven con sus madres en los Centros Penitenciarios” que tiene la Secretaría de Seguridad Pública, hay un total de 21 niños que hasta el 30 de junio vivían con sus madres. De dicha cifra, 15 corresponden al penal de San Miguel, 2 al de Cholula y 1 respectivamente al de Huauchinango, Zacapoaxtla, Ciudad Serdán y Tepeaca.
La información indicó que los menores tienen desde días de nacidos hasta los 4 años (aunque la edad permitida es de 3), la mayoría son masculinos y la edad de las madres oscila entre los 21 hasta los 42 años de edad. Estos niños están aislados de la sociedad pese a que ellos no cometieron un delito y su desarrollo es diferente al vivir dentro de estos lugares.
Este medio entrevistó a tres personas que son tutores de los niños que tienen a sus madres dentro de un Cereso y consideran que las cárceles tienen muchas deficiencias en servicios de alimentación, atención médica y de esparcimiento para los menores que viven con sus madres. En suma, cuando tienen que separarse de sus madres ya no hay ningún tipo de apoyo por parte de las autoridades y los tutores no reciben ningún tipo de orientación para darles una buena calidad de vida.
LAS PERSONAS QUE DE UN DÍA PARA OTRO TUVIERON QUE CONVERTIRSE EN PADRES
Alicia Sánchez tiene sólo 26 años de edad y desde hace 10 tuvo que convertirse en la madre de sus sobrinos Carlos y Victoria, ya que la madre de los niños es una Persona Privada de Libertad (PPL) en el Cereso de San Miguel.
A los 18 años se convirtió en su tutora legal, ya que su hermana le dijo que la vida de los niños dentro de los Ceresos es muy precaria e insalubre. Hoy trabaja por estos dos niños que son su vida entera, sin embargo, aceptó que no ha sido una tarea fácil, ya que ella no tenía contemplado tener hijos a tan corta edad y de un día para otro se convirtió en madre.
Lo más difícil durante este proceso ha sido el dinero, ya que ella tiene que trabajar para darles comida, educación y servicios de salud; por ejemplo, Carlos, tiene problemas en su crecimiento y necesita estudios con un endocrinólogo que no son nada baratos.
En su opinión, las autoridades deberían de apoyar a estos niños, ya que al tener a su madre encarcelada las opciones para darles une mejor vida se ven limitadas, también cree que deberían darles atención psicológica gratuita como vayan creciendo, pues, no saben cómo van a abordar el tema de la detención de su madre.
Los niños creen que su madre trabaja en el Cereso, no que está presa y temen que si no hay una adecuada explicación del tema, cuando sean mayores esta situación les afecte socialmente.
El señor Mauricio Silva es abuelo de Paulo de tan sólo 1 año y medio, este bebé vivía en San Miguel, pero desde que inició la pandemia decidieron sacarlo para que no se contagiara de coronavirus por el hacinamiento.
Que Paulo viva dentro de un Cereso es una de las situaciones más difíciles que han tenido que enfrentar, pues sólo lo veían en días de visitas y en fechas importantes. Desde su óptica, las autoridades deberían de poner mayor atención a los niños, ya que ellos tienen miedo de regresarlo y que el encierro afecte su comportamiento social. Además, temen que se enferme porque su nuera les ha dicho que las instalaciones no son las idóneas para un bebé.
Al mismo tiempo, cree que debería de existir un seguimiento luego de que salen de San Miguel, ya que vivir alejados de sus madres no es nada fácil y en muchas ocasiones el dinero es limitado al no estar uno de los padres.
Rocío Muñoz tiene 57 años y ella es tutora legal de sus nietos, Romina y Zaid, Romina vivió con su madre antes de ser una PPL, pero Zaid nació cuando ya estaba presa, por lo que sus primeros años de vida fueron dentro del penal de San Miguel.
La señora Rocío cree debería de mejorar las condiciones de estos lugares, ya que Zaid enfermó mientras vivía en el penal y por esta situación tuvo que hacerse cargo de él y retirárselo a su madre a pesar de que su edad todavía le permitía seguir más tiempo con ella.
Aceptó que su hija cometió varios errores y se juntó con personas que no debía, pero cree que sus nietos no deberían de pagar la cuenta de estas malas decisiones y que deberían de tener apoyos para salir adelante. Hoy en día, sólo cuentan con el respaldo de organizaciones como Pro Niñez que los ayuda en temas alimentarios, de vestido y sociales.
EL 90 POR CIENTO DE LOS NIÑOS QUE VIVEN EN CÁRCEL CUANDO CRECEN DELINQUEN: PRO NIÑEZ
Pro Niñez es una organización de la sociedad civil que está constituida desde el 2005, puntualmente en el Cereso de San Miguel trabajan con las mujeres embarazadas, mujeres con hijos y con la población infantil, ya que se dieron cuenta que era un sector que no estaba siendo atendido.
Los miembros de este grupo trabajan con el desarrollo integral de los niños, es decir, su objetivo es promover valores e impulsar el lado emocional, ya que los infantes al vivir en un ambiente social diferente son víctimas de bullying o sus mismos tutores abusan de ellos poniéndolos a hacer trabajos del hogar o prohibiéndoles hablar de la situación de su madre.
Ana Acevedo, directora de enlace Institucional e inversión social de Pro Niñez, compartió que el 90 por ciento de los niños que vivieron en situación de cárcel en su vida adulta delinquen y regresan a este lugar. Pese a esta cifra, las autoridades no han impulsado alguna política pública para atender a esta población.
Por ello, en la organización no sólo dan pañales y despensas, sino que buscan servicios pediátricos, talleres para los niños y pláticas para los tutores, ya que a ellos nunca les dieron una charla de acogimiento pre-adoptivo. Ana considera que esto últimos puntos deberían ser otorgados por las autoridades.
"Buscamos que estos niños se sientan queridos, que sepan que hay quienes se preocupan por ellos y que tengan varias herramientas en su niñez para que no delinca de grandes (…) les celebremos fechas importantes y hacemos otras alianzas para que su desarrollo sea lo más parecido a una familia en donde está presente la madre”, comentó.
Desde que trabajan en San Miguel sólo han registrado el caso de cinco niños que sus familiares no quisieron hacerse cargo de ellos a pesar de que su madre fue recluida, entonces Pro Niñez hizo un convenio de colaboración con casas hogares para que los recibieran, cuando esto se supone debería ser también una tarea de las autoridades.
BUSCAN PADRINOS PARA NIÑOS QUE TIENEN A SUS MADRES EN UN RECLUSORIO
Pro Niñez no les cobra a los tutores el apoyo que brindan y en muchas ocasiones no se dan abasto, por tanto, piden ayuda de padrinos que quieran beneficiar a un niño.
Los padrinos pueden apoyar en especie o con donativos en efectivo, el monto lo decide el padrino y cada mes que hay reuniones con los tutores y los niños hacen una lista de sus necesidades para que el padrino pueda cubrirlas.
“El padrino o la madrina nos dice si pudo comprar todo y sino nosotros nos encargamos de comprar lo demás que le hace falta, estos niños tienen muchas carencias, no solamente económicas, sino educativas, emocionales y ellos son niños que no viven con su mamá y son etiquetados por la misma familia, escuela, vecinos y viven situaciones muy complejas”, comentó.
Pueden solicitar informes en las redes sociales de Pro Niñez.
AUTORIDADES DEBERÍAN DE DAR SEGUIMIENTO A LOS NIÑOS PARA NO REPETIR COMPORTAMIENTO DELICTIVO: ESPECIALISTA
En entrevista con El Sol de Puebla, Mónica Lorena Palafox Guarneros, coordinadora de la maestría en Psicoterapia en la Universidad Iberoamérica campus Puebla, compartió que, hasta el momento, no existen políticas públicas reales para atender a esta población.
Pues las autoridades deberían de brindarles a los niños que están dentro de las cárceles un desarrollo adecuado para llevar una infancia sana y a los niños que ya dejaron este lugar deberían de darles apoyo psicológico gratuito, pues se enfrentan a traumas por separación, abuso de drogas en caso de que la madre haya tenido estos problemas, deserción escolar y en un gran porcentaje repiten el comportamiento delictivo si no se tratan estos problemas a tiempo.
Comentó que en la mayoría de los casos los niños que viven con una madre encarcelada adoptan roles que no le corresponden a su edad, por ejemplo, desde muy pequeños sus tutores los ponen a hacer trabajos domésticos o los obligan a volverse autosuficientes, aunque no han cumplido la mayoría de edad.
Por toda esta situación, sugiere mejorar la infraestructura dentro de las cárceles para que los menores puedan vivir sus primeros tres años de acuerdo a los estándares de derechos humanos y cuando dejen este lugar integrarlos a programas para que no sufran discriminación y entiendan la realidad de su contexto.
