Raúl López Torres murió hace un par de meses. Durante más de 40 años cumplió con la responsabilidad de ser el director de una de las primarias más antiguas y famosas de Atlixco: El Centro Obrero federal.
Y por esa razón la comunidad escolar decidió recordarlo con una enorme ofrenda en su honor.
En el corazón del nuevo plantel, en donde sólo trabajó un par de semanas, alumnos, maestros y padres de familia ofrecieron un homenaje póstumo a quien consideraron su amigo.
La ofrenda alcanzó casi dos metros de altura y casi tres de ancho. Entre los alimentos favoritos del personaje desaparecido, su fotografía.
Y para completar la fiesta, en vísperas de la época de Todos Santos, algunos profesores y pequeños estudiantes decidieron vestirse de Catrinas y Catrines.
OFRENDA DEL CALMECAC
Un grupo de estudiantes con síndrome de down y discapacidad intelectual colocaron este jueves una ofrenda gigantesca en el centro del Palacio Municipal de esta ciudad como parte de sus actividades pedagógicas.
Luz María Trejo, maestra responsable del evento, sostuvo el principal objetivo de la actividad es que todos y cada uno de los alumnos identifiquen objetos del altar como las calaveras, las hojaldras y las veladoras.
Los más de 20 alumnos del llamado Centro de Atención Calmecac, ubicado en el sur del municipio, fueron caracterizados como catrinas y calaveras con ayuda de sus familiares.
“Solicitamos permiso al Ayuntamiento para colocar la ofrenda con dos objetivos: hacer visible a nuestra escuela pública que por momentos parece olvidada; y que los alumnos identifiquen mediante un sistema pedagógico los elementos de esta tradición”, recalcó la entrevistada.
Al final los organizadores regalaron chocolate caliente y pequeñas hojaldras a quien asistió al patio del Palacio Municipal de Atlixco.
