El aumento de la tarifa del transporte público autorizado recientemente por el gobierno estatal, de 5 a 8 pesos, ya comenzó a generar polémica y controversia en este municipio.
El pasado martes hubo un intercambio de mensajes entre los concesionarios y sus choferes con los cientos de usuarios en torno a una idea: “sí pagamos, pero queremos un verdadero cambio en el servicio”. Y la manera fue mediante un decálogo de buenas intenciones y de obligaciones, respectivamente.
Desde el martes una cantidad considerable de unidades del transporte público local anunció, a través de una circular pegada en las puertas, una buena noticia para ellos: desde el próximo fin de semana 12 de octubre recibirán tres pesos más por cada pasajero.
Pero además, los dueños del transporte lanzaron una especie de lista de advertencias para quienes suban a sus coches.
“El cobro para los adultos mayores será del 50 por ciento, es decir, 4 pesos siempre y cuando presenten la credencial del INAPAM ya que la del INSEN quedó descartada”.
Los niños mayores de tres años, subrayaron los dueños del transporte, aún sentados en las piernas de adultos pagarán los 8 pesos completos. Sin embargo, los estudiantes no accederán a un precio menor. Es decir, no hay descuentos.
Las personas en silla de ruedas o con una discapacidad no pagarán, de acuerdo con el comunicado. El asunto en ese sentido es uno: la experiencia cotidiana refleja el 80 por ciento de los choferes no permiten a ellos abordar la urban.
Finalmente, otro punto polémico planteado por los responsables del servicio es el siguiente: “si alguien quiere subirse con cubetas, bolsas, costales o algún instrumento responsable de bloquear el acceso a otros usuarios, pagarán doble”.
En respuesta, un sector importante de ciudadanos también lanzó el decálogo dirigido a los choferes y dueños del transporte público con la premisa de “pagar el aumento a cambio de calidad”.
Entre los puntos mencionados sobresalen el tener “unidades limpias y en buen estado. Y en caso de ser posible con cámaras de video. Presentar a la vista su tarjetón. Las unidades con seguro de vida”.
Los atlixquenses también recomendaron la entrega de boletos al usuario; los choferes no podrán consumir alimentos cuando manejan. Sin olvidar vestimenta limpia y planchada. “Y desde luego tratar con educación y paciencia a los clientes. Sobre todo, permitan el acceso a personas con capacidades diferentes y personas de la tercera edad”.
Fundamental, de acuerdo con las ideas planteadas por los usuarios, que todas las rutas posean checadores y así evitar carreras entre ellos y accidentes cotidianos.
Una petición unánime: “uso del celular limitado, salvo casos excepcionales. Y no llevar música por un motivo: no escuchan cuando es solicitada una parada”.
Cifras oficiales refieren en este municipio circulan alrededor de 350 unidades del transporte público para un universo de 45 mil potenciales pasajeros.