El Ajal, un desagüe que fue construido como una forma de evitar inundaciones en el centro de Huejotzingo, ha servido en los últimos 10 años como un drenaje a cielo abierto, lo que ha provocado un malestar para las familias que viven en la zona, incluso, ha generado afectaciones por la basura que algunas personas tiran en este caño.
Durante la temporada de lluvias, El Ajal sirvió para evitar que toda el agua que baja del Iztaccíhuatl por la comunidad de San Juan Pancoac, no llegara hasta el centro de Huejotzingo y se registraran inundaciones de sus calles, pues el líquido desembocaba directamente en el río Xopanac.
Sin embargo, durante los últimos diez años y tras la construcción de la Unidad Habitacional Valle de San Miguel, en los límites de los municipios de Juan C. Bonilla y Huejotzingo, se creó un malestar para quienes viven en cerca de El Ajal.
En este sentido, debido a una mala planeación por parte de la inmobiliaria, la planta de tratamiento fue construida en la parte alta de la unidad habitacional, por lo que el costo para tratar las aguas residuales de las viviendas se encarecía demasiado y optaron por mejor hacer un caño, el cual está conectado a El Ajal a la altura del Segundo barrio de Huejotzingo.
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Poco después, los habitantes percibieron olores fétidos, incluso se empezó a ver El Ajal lleno de basura, lo cual ha provocado tapones y desbordamientos, tal y como ocurrió en el año 2018 con las afectaciones de las calles de Huejotzingo.
Algunos vecinos señalaron que es constante ver a las personas de otros lugares cuando llegan a tirar su basura a El Ajal.
"Pedimos a las autoridades municipales que miren hacia El Ajal, que le den mantenimiento para que no se desborde el agua, ahorita que ya estamos en temporada de lluvias”, señaló un vecino de Huejotzingo.