Juan Manuel Torres, es uno de tantos desempleados que sufren los estragos de la pandemia del Covid-19 en la región de Izúcar de Matamoros, pues ahora ante la falta de trabajo como músico, junto a su familia se ha dedicado a la venta de raspados a las afueras de su domicilio ubicado en el barrio de Santa Catarina.
Juan Manuel, padece de ceguera, pero eso no le impide trabajar en lo que más le gusta que es la música. Más de cuatro instrumentos maneja con destreza: guitarra, acordeón, violín y batería, sin embargo, ante la pandemia, el trabajo empezó a decaer hasta que finalmente fueron suspendidos los contratos en el mariachi que colabora, esto obligó a que Manuel y su esposa se dedicaran a vender raspados.
Anteriormente se empleaban también en la venta de nieve, toda vez que en su mayoría recorrían calles de la ciudad y la gente adquiría los productos, pero ante el confinamiento, ahora solo se dedican a la venta de raspados: “ante la raíz de la pandemia no nos quedó más que empezar a vender otra cosa, y pues en Izúcar de Matamoros lo rico es lo frío y pues, decidimos vender raspados”, detalló.
Fue Francisco Suárez, exregidor en la pasada administración, quien a través de sus redes sociales mostró el carisma de Manuel, invitando a la ciudadanía a comprar esos productos y que, a pesar de su discapacidad, hace un mayor esfuerzo para llevar el pan a casa.
“Apoyémoslo ya que, a pesar de su discapacidad, día con día hace su mayor esfuerzo mostrándonos que no hay obstáculos para seguir avanzando y sacar adelante a su familia. Quizá pocos conocemos casos cercanos de Covid-19, pero muchos de nosotros sabemos de otras afectaciones que ha traído dicha pandemia”, puntualizó.