TEZIUTLÁN, Pue.- Violeta Teodosio de 21 años de edad,estudiante del segundo cuatrimestre de la Licenciatura en Derechodel plantel ubicado en el municipio de Atempan del Instituto deEducación Digital del Estado de Puebla (IEDEP), clama justicia delas autoridades educativas y de la Fiscalía General del Estado(FGE), ya que el pasado martes presuntamente fue atacada verbal yfísicamente por José Fernando García, quien es uno de susmaestros.
El hecho ocurrió en el número 705 del interior de un edificiosituado sobre la avenida Cuauhtémoc del centro de Teziutlán,sitio donde está el despacho del docente, además que como testigose encuentra otro alumno que igualmente fue citado y se llamaBenito y otra mujer, que a unos metros de distancia pudo observarla escena.
“A nosotros nos citó a las cuatro de la tarde, nosotrosllegamos cinco minutos antes, cuando él nos encontró paraabrirnos la puerta nos dijo que nos esperáramos tres minutos, delos cuales tardó unos 25 minutos y nosotros ahí seguíamosesperando, nos acomodamos en su sala y de ahí él se esperó unmomento, se acercó a donde estábamos y nos dijo que ya no nos ibaa aplicar el examen, porque tenía otras cosas que hacer”,apuntó la afectada.
La estudiante, con lágrimas en los ojos durante la entrevista,señaló que al decirle al docente que estuvieron a la hora que lesindicó, él en respuesta lo negó y fue ahí donde comenzó ladiscusión y José Fernando García explotó.
Agregó que el supuesto agresor es de carácter volátil y ya lahabía hecho llorar frente al resto de sus compañeros dentro delaula en otra ocasión.
A pesar de la advertencia que procedería legalmente cuandoempezaba el jaloneo, al sujeto no le importó y supuestamente ledijo que ella era una simple estudiante y él era alguienimportante y amigo del Ministerio Público, y que lo podía acusarcon Mario Castro, director local del plantel del IEDEP enAtempan.
Narró que los golpes que recibió del maestro, quien tambiénes abogado, fueron en los senos y cuello, principalmente, puespresenta esguince y tiene que utilizar collarín.
Al hacer pública la situación, después de que su madre secomunicó con la secretaria de Mario Alberto Castro Jiménez,director de la institución, le dijeron que ellos iban a tomarcartas en el asunto y que no moviera nada legalmente, pero no hubomucho interés, porque el hecho fue fuera de la institución apesar de que fue cuestión relacionada con la universidad.
Finalmente, acusó que en la Agencia del Ministerio Público deTeziutlán no la atendieron de inmediato y el representante socialle dio a conocer que los golpes no ponían en riesgo su vida, porello le recomendó que fuera a la Casa de Justicia para que laatendiera un Ministerio Público orientador, pero tampoco huboprontitud en el trámite, ya que su credencial de elector se quedóen la oficina del presunto agresor y hasta ahora apenas la havalorado el médico legista, en lo que consiguió la constancia deidentidad.
