Luego de la suspensión de actividades ordenada por el Ayuntamiento de Cuautinchán a la planta de Cemex, personal de la empresa lamentó la medida implementada por las autoridades, toda vez que pone en riesgo alrededor de 3 mil empleos directos e indirectos en el estado.
A pesar de que la empresa no ha brindado una postura oficial, fuentes internas señalaron que esta decisión del Ayuntamiento fue sorpresiva, además de considerar que “está fuera de la visión y la relación” que ha tenido la empresa con el municipio, no solo con la actual administración sino con los alcaldes anteriores.
“La relación había sido cordial con la actual administración, incluso hay proyectos que se pensaban en favor de la comunidad como la donación de 160 toneladas de cemento para banquetas, el cual sigue en la mesa, sin embargo, esta actitud causa ruido”, señalaron los consultados.
De manera informal explicaron que entre las exigencias del gobierno municipal se abordan papeles con los que la empresa cuenta, como la licencia de funcionamiento y la licencia de construcción, mismas que –aseguran- fueron entregados en tiempo.
Las fuentes refirieron que en otras entidades donde se encuentra establecida la cementera han tenido algunos “asegunes legales”, pero siempre han sido resueltos con diálogo, sin llegar a acciones como la suspensión que en este caso fue aplicada en Puebla.
Refirieron, de igual forma, que el Ayuntamiento les había hecho las observaciones sobre las cuales estaban en trámite de responder, sin embargo, de pronto se rompió el diálogo, dejando en la incertidumbre a la base trabajadora.