Petronio Escamilla, coordinador de Logística del Atlixcáyotl, adelantó algunas innovaciones para esa fiesta a celebrarse el último domingo de septiembre.
“Una peregrinación a la ermita de San Miguel, de parte de los danzantes, dos escenarios para los pueblos el mismo día y la posibilidad de cada comunidad, de traer a sus santos”.
Durante una entrevista, habló de cuál es la situación más complicada, en términos de logística, para organizar un Atlixcáyotl: “todo tiene de alguna manera situaciones difíciles, pero sin duda es buscar y contactar a los grupos en sus comunidades. Es visitarlos, trabajar con sus autoridades locales e informales, ya que son danzantes tradicionales y no profesionales. Es decir, no participan por dinero, es por temas religiosos y míticos”.
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El trato es diferente por una razón, dijo: “No es un espectáculo y tampoco habrá un contrato. Es un intercambio. Es visitarlos, conocer un poco de sus costumbres, sentarse a platicar o incluso a tomar o comer algo de su mesa y convencerlos”.
En algunos casos, recordó, las comunidades lanzan una recomendación: “con gusto acudimos siempre y cuando se trate de una fiesta religiosa. Si está de por medio un santo... sin problemas. Caso contrario, todo queda cancelado”.
La idea entonces, acotó Petronio Escamilla, “es manifestarles la devoción por San Miguel Arcángel, uno de los patrones de Atlixco y cuyo cerro lleva su nombre. Y así será: realizaremos una peregrinación a la ermita en la parte alta del cerro para no descontextualizar a los propios danzantes”.
Algo, por cierto, dejado de hacer en los últimos años. “Ya no es posible invitarlos por teléfono. Es un trato directo”.
Cuestionado sobre si tendrá algo especial el Atlixcáyotl de este año, respondió que: “está la invitación para todos ellos de traer una imagen de su santo patrono. Eso ofrecerá un giro diferente por ser una cuestión mítica- religiosa. Especialmente en las danzas tradicionales. Y cargarán sus imágenes hasta el cerro de San Miguel”.
Finalmente, sobre la idea de muchos seguidores del Atlixcáyotl, especialmente de este municipio, de una fiesta más pegada a un atractivo turístico y no a un asunto de identidad y de cultura, el funcionario contestó:
“Es una fiesta cultural, la cual llama la atención del turismo. Una de las diferencias entre el Atlixcáyotl y la Guelaguetza es muy sencilla: nosotros mantenemos grupos tradicionales. En la segunda, conocida a nivel internacional y con mayor fuerza, involucran a grupos más estilizados”.
Cabe mencionar, y como una manera de diversificar y potencializar el propio Atlixcáyotl, en este 2019 la fiesta tendrá dos escenarios: “uno, desde luego, la plazuela de la danza en el cerro de San Miguel; y otro en el corazón de la ciudad: en el zócalo. En este último a partir de las 12 del día”.
A dos semanas de celebrarse la edición 2019 de esa fiesta ya estamos listos. “Los grupos de danza completos y solo falta la llegada de la fecha”.
