A pesar del consejo de “la ropa sucia se lava en casa”, los militantes atlixquences del Partido Acción Nacional (PAN) siguen curándose las heridas, tras la abrumadora derrota local del pasado 6 de junio, de manera pública.
Los mensajes mutuos y por momentos polarizados giran y alcanzan, por un lado, la posible expulsión de figuras de gran peso, hasta la solicitud de renuncia del responsable del comité local. Pasando por presuntas traiciones y membretes de panistas libres.
LOS RECLAMOS
Una semana y media después de consumarse la derrota de casi tres a uno en contra del albiazul y el aspirante a reelegirse, el hoy edil Guillermo Velázquez Gutiérrez, en una reunión del comité local, de acuerdo con distintas versiones confirmadas, el presidente Óscar Daza habría sacado una lista de miembros a quienes aplicarían los estatutos para ser expulsados por diversas razones. Entre ellos, los ex ediles Salvador Escobedo y Ricardo Camacho, la ex regidora Patricia Hidalgo y algunos más.
72 horas después, y de manera poco usual, los tres personajes mencionadas convocaron a una rueda de prensa en pleno corazón de la ciudad para manifestar públicamente inconformidad por la posibilidad de sacarlos de Acción Nacional. “Nosotros nos vamos cuando queramos”, soltó quien fuera el primer edil panista en Atlixco y ex diputado local y federal.
“Terminaron pateándonos el trasero al no tomarnos en cuenta como militantes”, dejó en claro el segundo hoy convertido en empresario de luces y de figuras navideñas. Los tres personajes calificaron a Daza como uno de los peores presidentes del PAN en los últimos años. Incluso terminaron exhortándolo a asumir su responsabilidad tras el revés en las urnas.
La respuesta de Daza no tardó en llegar: “la ropa sucia es lavada en casa”, acotó en un primer momento. Enseguida afirmó durante una entrevista tener pruebas del comportamiento “extraño” de Escobedo, Camacho e Hidalgo, y de un grupo más de seguidores de ese partido antes y durante la campaña. “Poco a poco aparecerán éstas ante las instancias correspondientes y conforme avance el proceso para la aplicación de los estatutos. No hay vuelta de hoja”, sentenció.
Al tema entró de igual manera el edil Guillermo Velázquez: públicamente y ante la prensa: “Estoy de acuerdo: la ropa sucia debe lavarse en casa”, advirtió de inicio. Y añadió sigue recogiendo y siguen entregándole pruebas de las “traiciones” de varios militantes, entre ellos funcionarios del Ayuntamiento el cual encabeza. “Estoy de acuerdo con la expulsión siempre y cuando presenten las pruebas”, aclaró.
Pasaron varios días sin más resonancia del caso en las redes sociales y en los medios de comunicación. Pero una de las incluidas en la lista de expulsados, Patricia Hidalgo, volvió a la carga. “Aquí estamos un grupo de panistas de cepa, de panistas libres. El verdadero valor de las instituciones es su gente. Es momento de una recomposición interna del Partido Acción Nacional (PAN)”, dejó salir tras un cónclave con Ana Teresa Aranda y muchos más.
El punto final, hasta el momento, quedó en manos del regidor y ex legislador albiazul Rogelio Flores Mejía: “luego de la aplastante derrota, Óscar Daza, el Presidente del Comité, debió presentar la renuncia máximo al otro día. Sería una buena forma de asumir la parte de responsabilidad en los desastrosos resultados. No hay manera de justificarlos”.
Aunque destacó dos cosas, finalmente: “el proceso de expulsión es muy largo y por momento tedioso. En consecuencia, todo se irá diluyendo y no pasará nada”. Una más: “de todo esto, de la sacudida podemos sacar muchas cosas de provecho y presentarnos como una renovada opción en las elecciones en tres años. En caso de no ser así, como ya dijeron algunos morenistas de Atlixco, ahí se quedarán a gobernador unos nueve años”. Cabe mencionar, el PAN mantuvo el Ayuntamiento de la ciudad durante 22 años desde 1996.
