A dos meses de haber iniciado el proceso legal para cambiar el nombre del municipio, de Juan Galindo a Necaxa, se solicitó al Congreso del Estado que se deje sin efectos la iniciativa de decreto, con el argumento de “no generar confusión en la población de la Junta Auxiliar de Necaxa”, refirió el presidente municipal, Maximino Muñoz Vázquez.
Fue el pasado jueves 30 de marzo cuando el edil hizo la solicitud al Congreso del Estado, en la que se proponía el cambio de nombre de la demarcación, que en la actualidad se llama, Juan Galindo, en honor al héroe nacional: Coronel Juan Galindo Galindo, quien fue el estratega que encabezó la lucha, junto con nueve hombres, en una batalla denominada “Epopeya de las piedras”, en la que 10 hombres derrotaron a una columna de unos 100 militares franceses un 13 de junio de 1866.
Se pretendía que el municipio se llamara “Necaxa de Juan Galindo”, dado que Necaxa es el nombre original del pueblo originario que fue inundado por el embalse del río que lleva el mismo nombre (Necaxa), con el fin de crear el sistema hidroeléctrico que a principios del siglo XX iluminó el centro del país.
Se consideró que con el nombre “Necaxa”, hay una mayor identidad regional y con el fin de hacer justicia a los habitantes que fueron desplazados de manera forzada del pueblo indígena, primero totonaco y después náhuatl.
La intención del cambio de nombre se desmoronó, pues a decir del alcalde Maximino Muñoz Vázquez se empezó a generar confusión en la población de la Junta Auxiliar de Necaxa, quienes le dijeron que tenían temor de que “dicha propuesta fuera utilizada por personas que pudieran vulnerar la realidad político-social de la citada población”.
El munícipe subrayó que lo sucedido pudo haberse interpretado de manera incorrecta a la verdadera intención de la iniciativa, además dijo que surgieron intereses de “tergiversar el fin, lo que podría generar criterios subjetivos que pudiesen influir en la armonía y paz social”.
Terminó diciendo que, al acudir al Congreso del Estado, “se cierran las puertas a toda posibilidad de detractores”, quienes en días pasados habían colocado una lona en el centro de la Junta Auxiliar de Necaxa manifestando su rechazo al cambio del nombre del municipio.
Historia de Juan Galindo
En la cabecera municipal de Nuevo Necaxa se celebró el 157 aniversario de la “Epopeya de las piedras”, en la que participó el oriundo de la Junta Auxiliar de Cuacuila, municipio de Zacatlán avecindado en Huauchinango.
Quien durante el gobierno de Benito Juárez García estuvo sumado a la Guardia Nacional en una adscripción al mismo municipio.
Juan Galindo fue uno de los serranos que participó en la Batalla de Puebla, el 5 de mayo de 1862 y al realizar un buen papel fue ascendido a Superior de Subteniente, por lo que sus servicios fueron requeridos a la Primera Compañía del Octavo Batallón de la Guardia Nacional de Puebla.
Dos años después, se sabe que ostentaba la posición de Teniente, incluso se le asignó la titularidad de la agrupación militar adscrito al Batallón Huauchinango.
Tal pareciera que el destino había marcado su rumbo para ser el jefe militar que encabezara una de las batallas que lo marcaría para siempre, incluso con la que, después de su muerte se le reconociera como héroe.
Para realizar la operación llamó a nueve de sus mejores hombres, los más fuertes, los más capaces, pero también los más valientes y, además, de todas sus confianzas.
Sus nombres también quedaron en la historia: Jorge Valdez, Manuel Llorera, Melquíades García, Refugio Escobar, Fidencio Barragán, Gabino Vargas, Antonio Candia, Antonio Aldana y un guerrero más, a quien se le conoce con su apodo de “El Cachetes”.
Juntos conocieron de la estrategia de Juan Galindo, sabían que por el camino real de Tecacalango, pasaría un contingente de una centena de militares franceses, por lo que, en una táctica inteligente, Galindo Galindo ordenó tocar ataque a 2 cornetas y a 2 tambores de guerra; éstos estaban ubicados de extremo a extremo del camino.
Ahora se entiende que el héroe de la batalla quiso distraer a los integrantes del ejército invasor, haciéndoles creer que serían atacados por dos flancos, la vanguardia y la retaguardia.
Una vez que los mexicanos tenían ubicados donde querían a los franceses, cortaron las ataduras, lazos, reatas y posiblemente hasta bejucos, que contenían las rocas para que éstas se precipitaran y rodaran sobre los enemigos, quienes fueron arrastrados al vacío logrando acabar casi con todos los integrantes de esa columna.
La noticia de los hechos llegó pronto a Huauchinango, la contaron los pocos que lograron escabullirse de la embestida de los defensores de México. Los franceses dieron sus testimonios de la valentía y arrojo de los militares nacionales, pues siendo los más poderosos del mundo en el momento, se vieron reducidos en la “Epopeya de las Piedras”
Algunas versiones mencionan que, en el lugar de la Azaña, se localizaron 440 fusiles, 15 cañones y 600 bayonetas antes los cueros inertes.
