Sentimientos como nostalgia y un sinfín de recuerdos es lo que prevale hoy, entre algunos de los habitantes y extrabajadores de la empresa Hidratos Industriales de Hueytamalco, S.A. de C.V, ubicada en este municipio que, mantuvo su funcionamiento por cerca de 40 años, generando un gran número de fuentes de empleo, pero que derivado de la quiebra, cerró sus puertas en 2018, para durante este 2022, dar inicio con su proceso de demolición, terminando de esta forma, una de la etapas con mayor economía para las familias del municipio.
De acuerdo con lo narrado por Leónides Castro Santos, dedicado a la albañilería, fue en el año de 1975 cuando dio inicio la construcción de esta empresa, dedicando en ello cerca de 2 años, para lo cual fue necesario emparejar el terreno, donde montar los motores, elevadores, hornos, molino de bolas, envasadoras, entre otros artefactos, dando inicio a la fase de pruebas, para cerca de 1977, comenzar con la producción.
Según dijo, al ser uno de los primeros constructores, tuvo la oportunidad de aprender el funcionamiento de la maquinaria, convirtiéndose en operador y, por tanto, tuvo la tarea de capacitar al resto del personal, no obstante, señaló que, a pesar de los ofrecimientos para quedarse a laborar, opto por continuar con su labor como albañil, abandonando esta empresa que, comenzó a ofertar trabajo, a la gente de Hueytamalco y de la región.
Por su parte, Flavio Martínez Aguilar Mestiza, ex trabajador de esta empresa calera, dijo que su ingreso a la planta fue durante el año de 1984, cuando esta ya estaba en funcionamiento, desempeñando diferentes puestos laborales, culminando en 2018 como trabajador administrativo, lapso en el cual la calera fue un sustento importante para las familias del lugar, siendo la primera empresa que ofertó cientos de empleos, generando con ello un esplendor en el ámbito económico.
En este sentido, ambos trabajadores destacaron los nombres de Miguel Barrientos, como uno de los primeros propietarios de la planta, así como el arquitecto Rivero y al ingeniero Marcos Álvarez Trejo, estos quienes fueron los encargados de llevar a cabo la contratación del personal, para posteriormente ser el Grupo Bertrán, entre ellos, el ingeniero Andrés Ramos Cortes y el licenciado Perulles los que continuaron con dicha labor.
Según destacaron, en un principio, esta empresa producía 12 toneladas por día dando empleo a cercar de 45 trabajadores, la cual pasó a 70 toneladas, hasta alcanzar un total de 5000 toneladas de cal hidratada por mes, la cual era comercializada en puntos como Tepeaca, Puebla, Veracruz y otros estados de la república, ello al ser en su momento, una de las mejores marcas en el mercado.
Cabe destacar que, de acuerdo a lo declarado por Flavio Martínez Aguilar Mestiza, el cierre de esta empresa, se debió a una quiebra debido al traslado de la materia prima, la cual era traída de la localidad de El Arco, perteneciente al municipio de Jalacingo, Veracruz, el cual resultaba incosteable, lo que sumado al aumento en el costo de los combatibles y la aparición de nuevas empresas, llevó a los propietarios a determinar su cierre.
Ante la culminación de las funciones de esta planta, ambos extrabajadores lamentaron el acontecimiento, sobre todo ante el gran número de empleos y sustento que ello generaba para las familias, además de las historias que, se gestaron en el lugar, lo que, sin duda, representa una satisfacción, el haber formado, parte importante en este proyecto, “porque allá donde rompen un bulto y leen, no pues cal Calli, Hueytamalco, Puebla, es un orgullo para el municipio”.
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