Actualmente el irse de "mojado" a los Estados Unidos es cada vez más difícil y prácticamente es un "volado al aire", en muchos casos también depende de la suerte de cada migrante o de la condición física para aguantar a caminar horas o días, incluso sin comer.
Así lo refirió Emilio, quien ha partido de su natal Calipan, población que se encuentra ubicada en la región de Tehuacán, en dos ocasiones, en busca del llamado “Sueño Americano”.
La primera vez que pisó tierras estadounidenses fue en el año 1999, en ese entonces era más fácil pasar la frontera y lo hizo por los límites del estado de Chihuahua; caminó junto con otros migrantes aproximadamente media hora hasta llegar a un contenedor de basura, donde ya estaba todo listo y pasaron los polleros por ellos, fue así como logró llegar al país vecino, posteriormente se hospedaron en una casa de huéspedes hasta que pasaron nuevamente a recogerlo para llevarlo a California.
Recordó que en el año 2010 regresó a México, pero solo un par de meses ya que de nueva cuenta retornó al extranjero, sin embargo, para esa ocasión ya fue más difícil pues intentó pasar varias veces y siempre fue detenido por migración.
Después de tres intentos nuevamente logró pasar por Chihuahua, pero esa vez fue muy difícil, indicó que tuvo que caminar cerca de cuatro días e incluso un día y medio estuvo tirado en una zona desértica para evitar que fuera visto por las autoridades.
Refirió que la situación económica es muy diferente, él se dedica a la construcción, no obstante, hay otros oficios y regularmente el sueldo más bajo llega a ser de mil 200 dólares a la semana, es decir, aproximadamente 23 mil pesos.
"Aquí puedes ganar incluso como un profesionista o más", finalizó el hombre.