Norberto “sintió durante 26 años el orgullo de ser parte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)”, dijo entre sollozos y delante de la esposa de éste, abatida y sin contener las lágrimas, un compañero de trabajo de quien la semana pasada perdió la batalla contra la “maldita” pandemia.
Era el responsable del departamento de dietología del hospital número 5 del IMSS ubicado en la Junta Auxiliar de Metepec, a unos siete kilómetros de la cabecera de Atlixco. “Estaba a punto de jubilarse... únicamente faltaba un año. ¡Y mira... ya no pudo!”, contó otra integrante del círculo laboral vestida de negro y con el rostro reflejando dolor y nostalgia.
Norberto, oriundo de la capital poblana, pasó el mayor número de años laborando, dentro del propio Seguro Social, entre los hospitales La Margarita, San José y San Alejandro. Pero, y como ya fue descrito por los reportes periodísticos, el sismo del 19 de septiembre del 2017 dañó al último de la lista anterior y los jefes decidieron reubicarlo en Metepec.
“Entonces tres años bastaron para ser entrañable y querido por todos sus nuevos compañeros en Atlixco. Siempre supo distinguir el trabajo del hogar, de la familia y los amigos. Los problemas se quedaban ahí, en el hospital. Una persona a quien, sin duda, vamos a extrañar mucho”, dijo el tipo con quien viajaba de lunes a viernes de la capital poblana a Metepec y de regreso.
GLOBOS
Antes de las 13:30 horas de ayer, de un auto gris bajaron dos personas. Una, su esposa, cargaba la urna con las cenizas de Norberto. Y la otra, su consternado amigo, llevaba la foto del exempleado.
Caminaron hacia el interior del hospital por la puerta trasera hasta el área de quirófanos donde un grupo de diez personas ya los esperaban. Colocaron la urna dentro de una carroza fúnebre y salieron todos hacia la ruta habitual del fallecido. El mismo trayecto de los últimos 36 meses.
En la reja hacia la explanada de salida globos blancos, celulares, compañeros, porras y aplausos perdidos por momentos debido al ruido ensordecedor de una ambulancia. Ya afuera, un breve homenaje. Palabras de aliento para la familia, la entrega de un sobre con una carta escrita por todos a quienes ya no volverá a saludar el médico.
“Perdió la batalla con esta maldita pandemia. Es el primero en el hospital de Metepec, y ojalá resulte el último. Es un mensaje claro para seguir cuidándonos. Ya fue Norberto... en cualquier momento podemos ser uno de nosotros”, selló el hombre delgado y de barba blanca. Así fue el adiós. Con una persignada delante de las cenizas y con el rosario gris colgado sobre la urna café.
