Atlixco.- A tres meses de confinamiento y a pesar de mantenerse con semáforo en rojo por riesgo máximo, los comercios de Atlixco y los turistas han decidido emprender el regreso a una nueva realidad.
“Vamos a rescatar algo del tiempo y del dinero perdido”, dijo a este diario, a manera de sentencia, el dueño del carro turístico más famoso y usado por los visitantes en este Pueblo Mágico. La anterior es una de las varias señales de que aparentemente Atlixco está listo para regresar a la nueva normalidad en medio de la aún pandemia de Covid-19.
Con cubrebocas, mascarilla y gel antibacterial “arrancamos desde la semana pasada con los recorridos, pero sin duda este viernes fue más activo. Y de entrada nos conformamos con tener cinco o seis clientes. Ya iremos poco a poco”, auguró.
Está claro: el fin de semana recientemente concluido puede considerarse para la mayoría de los prestadores de servicios, en el centro y primer cuadro de la mancha urbana, el banderazo de salida para entrarle de lleno a la nueva realidad y al rescate de la economía local.
Frente al estacionamiento del carro turístico, y ya dentro del zócalo, la franquicia de café, acusada de nunca cerrar durante el confinamiento de la mayoría de los negocios en esa zona, ya permite a sus invitados sentarse en la terraza de la parte de arriba. En cuestión de minutos ya había siete personas. Algunas con cubrebocas.
Abajo, en el aún clausurado simbólicamente por el Ayuntamiento parque Colón, ya nadie respeta las cintas amarillas colocadas en toda su circunferencia y en la totalidad de las bancas desde finales de abril para evitar aglomeraciones. Los metros amarillos de hule están rotos, pisados y echados a los botes de basura. Turistas y lugareños por igual ya invadieron los pasillos y las emblemáticas bancas. No hay policías para impedirlo.
Más abajo y sobre la calle principal, la avenida Independencia, en el mercado Benito Juárez, los cecineros también decidieron subirse al tren de la nueva realidad y del rescate de la nueva realidad. Pidieron a la autoridad local abrir una nueva entrada a su zona y para hacerlo pagan, de sus bolsillos, a una persona encargada de entregar gel y de vigilar que lleven cubrebocas. “Ya es momento de regresar, y deseamos hacerlo con todos los cuidados de salud. La idea es que los clientes sientan estar seguros al comprar o comer este platillo tradicional”, reveló María Eugenia Motolonía, una de las tablajeras.
Hasta el cierre de la edición, la Secretaría de Salud Federal (SSF) registraba un total de 221 casos acumulados de Covid-19 en el municipio y 30 defunciones. 256 por ciento más comparado con el mes de mayo y 197 con respecto a junio.