Tras cumplirse ocho meses de haber sido cancelados los actos masivos, bailes populares, fiestas religiosas, reuniones sociales y fiestas particulares derivado de la contingencia sanitaria del Covid-19, propietarios de equipos de luz y sonido de la región de Texmelucan, se pronunciaron por que las autoridades permitan la realización de eventos sociales, masivos y populares para que pueden regresar a trabajar y llevar el sustento familiar al 100 por ciento a sus hogares.
Con motivo del Día de Santa Cecilia, Eliseo Benítez Sánchez, sonidero desde hace 30 años, subrayó que el gremio, al igual que los músicos, es uno de los que ha sido más afectado desde el inicio de la contingencia sanitaria del coronavirus, porque no han podido trabajar en eventos sociales, bailes populares y reuniones privadas, por consecuencia, las personas que dependen cada fin de semana de esta actividad, han tenido que buscar otro tipo de empleo para cubrir las necesidades familiares.
En la región de Texmelucan se tienen alrededor de 120 equipos de luz y sonido, cada uno utiliza de 5 a 8 personas, es decir que generan un aproximado de 800 empleos directos, y cada trabajador tiene que cubrir las necesidades de 3 a 4 personas que conforman una familia, se habla de que alrededor de 3 mil personas que están resultando afectadas por esta contingencia sanitaria.
Uriel Rodríguez Benítez, sonidero desde hace 10 años, manifestó que las cinco personas que le han ayudado para cargar, armar, manejar y amenizar, han tenido que buscar otro tipo de trabajo temporal para tener ingresos para subsanar los gastos de sus familiares, y él como propietario también ha tenido que autoemplearce para tener recursos para cubrir los gastos del hogar, además de no tener ningún tipo de apoyo de las autoridades.
Melquisedec Benítez Sánchez, sonidero de hace 20 años, indicó que la situación para los sonideros es difícil después de ocho meses sin tener trabajo, por ello, solicitan a las autoridades que permitan la realización de eventos sociales, fiestas particulares, apertura de salones sociales y bailes populares, para que reactiven la economía de este sector, obviamente aplicando medidas preventivas para evitar la propagación del coronavirus, como lo han hecho con la reactivación de los tianguis y del comercio informal.