Con evidencia de destrucción, cercada por un lado de un cultivo y por el otro, la intención de un lugareño de apropiarse del terreno donde está erguido, el único templo ceremonial prehispánico que prevalece en pie en la comunidad de San Pedro Atmatla, ubicado a alrededor de 2 kilómetros de la cabecera municipal en Zacatlán, Puebla, corre el riesgo de desaparecer.
De acuerdo al recorrido por el sitio y la consulta con lugareños, cronistas y fuentes históricas que dan cuenta de cuatro pirámides en la zona, de un total de nueve que había originalmente.
Pirámide de Atmatla, una construcción de seis metros de alto
En la zona donde se yergue la única pirámide ceremonial prehispánica que prevalece en pie en la comunidad de San Pedro Atmatla, que podrían datar del siglo X al XVI de nuestra era.
Se trata de lo que queda de una construcción de aproximadamente seis metros de altura, en un diámetro que puede alcanzar los 15 metros. A simple vista parece un cerro con árboles; poniendo atención a la estructura y las señales de los basamentos se puede comprender la arquitectura de esta pirámide.
Del lado oriente se pueden ver vestigios de daño en la estructura, al parecer provocados por la mano del hombre y ocurridos recientemente, de hecho, la piedra de la construcción fue colocada a un lado y, en la segunda zona afectada, las piedras dibujaban semicírculos.
En el poniente, hay una frágil frontera entre un cultivo y la pirámide; de hecho, hay zonas de la pirámide que se ven invadidos por este terreno de siembra. A pregunta expresa algunos lugareños, la pirámide pretende ser demolida o reclamada como parte de una propiedad privada por otro habitante local.
"Plano hipotético de la Antigua Atenamitic"
Según la información que compartió de sus investigaciones y de la conversación informal establecida con el cronista local, Sergio Ramos González, la zona incluye al menos dos pirámides de, por lo menos, tres niveles. Además de una zona de plaza y otras tres pequeñas pirámides de dos niveles, considerando el plano hipotético diseñado por el investigador de la historia local y las pesquisas que he hecho por más de una década.
El "Plano hipotético de la Antigua Atenamitic”, nombre que se presume tenía esta localidad antes de ser identificada como Zacatlán. De hecho, otra fuente consultada señala que, en el año 1015 la tribu chichimeca dirigida por Xólotl conquistó esta región que heredó a sus nietos un siglo después:
Toxtequihuatzin y Atenamitic, este último lo heredó a sus nietos. Atenamitic heredó Atecatzin y Toxtequihuatzin heredó Zacatlán. Durante el auge de la cultura Tolteca la región fue parte del señorío de Tulancingo y tras su caída, Zacatlán se convirtió en una provincia independiente.
Aunque se conoce esa historia, para el cronista se trata más de un asentamiento olmeca y se convirtió en una colonia avanzada para su época: "Aunque es de creerse más factible que al llegar los olmecas por estas tierras no hayan dejado más que leves influencias de su cultura y que fundaran en lo que hoy es San Pedro Atmatla, una primera colonia de avanzada, pero como se ha dicho repetidamente, al mezclarse con los nativos originales que les habían antecedido que no sabían de dónde habían llegado ni cuál era su nombre (…) y que fuera a que posiblemente este problema no les importara tanto como ahora a nosotros, dieron nuevas formas de organización, transformaron radicalmente sus costumbres y tradiciones, y al evolucionar los primeros pobladores con los colonialistas olmecas, evolucionaron con ellos su visión y su quehacer propio en este mundo, de ese mundo que les era tan ajeno y a la vez tan propio, porque era suyo, porque ahí vivían, y algo había que hacer para transformarlo, y sentirse parte de él".
Acorde con la fuente, una de estas evoluciones incluyó el cambio de sus costumbres funerarias que le sembró la idea del más allá y de ahí un sistema de creencias que nos llevaría construir el centro ceremonial y ubica la construcción de esta pirámide durante finales del periodo preclásico superior y que se incrusta, por breve tiempo, con el clásico.
"No sabemos, si al mismo tiempo surgieron los magos, los hechiceros y las máscaras al que daban un sentido mágico, porque creían que daban al portador fuerza y personalidad. Esos magos y hechiceros presidían los actos rituales, en los que danzaban y tocaban completando una ceremonia. En Zacatlán esto se pone de manifiesto que fuera así, pues en el centro ceremonial de Atmatla se hallaron flautas y silbatos de barro", se lee en uno de los documentos compartidos por el reconocido cronista.
