Es una presa en mitad de Huauchinango, que es agua de todos los que pasan por Tenango de las Flores. Alrededor de ella hay leyendas de brujas, duendes y hasta la filmación de la película Tizoc (con Pedro Infante, en 1957) gracias a su belleza natural.
Pese a ello, también es un lugar que las autoridades han olvidado y debido a que las presas poblanas se encuentran en mantenimiento, actualmente sus niveles de agua están bajos y luce vacía.
"Cuando mueren los enamorados el alma de ellos se mete en los cenzontles para seguirle cantando su cariño a tata Dios", es una de las frases que Pedro Infante le dijo a María Félix en la película de Tizoc, pero las personas que trabajan en la presa de Tenango la trasladaron a su vida y creen que cuando ellos mueran los animales, la vegetación y el agua serán parte de su trascendencia.
Hoy en día, son varias las familias que trabajan en la presa. Ahí tienen una cabaña en donde ofrecen comida, bebidas, viajes en lancha y sus integrantes relatan la historia de cómo se filmó la película que llevó a Infante a ganar un Globo de Oro. Este espacio genera trabajo y alimento, pues hay vendedores de antojitos, de plantas y las personas aún acuden a pescar charales, mojarras, truchas y tilapias para consumo propio.
LIMPIEZA DE LAS COMPUERTAS Y PANDEMIA
Jonathan Hernández es uno de los tantos jóvenes que en la presa se dedica a contar la historia de la película Tizoc y también ofrece viajes a los visitantes en su lancha. Él pertenece a la tercera generación de lugareños que se dedica a este trabajo y, al ser sincero, comenta que no se ve en otro lugar que no sean las aguas de Tenango. Desde los 9 años aprendió a usar la lancha.
Le gusta hablar con los pocos turistas que llegan (ya que las autoridades no han dado la difusión necesaria a este espacio), le gusta platicar que aquí además de Tizoc se grabó una película de terror, pero también le gusta narrar las leyendas que rodean este mágico lugar.
Una de ellas expone que antes había brujas, que tomaron las montañas para hacer sus fechorías, pero las fuerzas blancas intervinieron y mandaron a duendes para ahuyentarlas. Los duendes siguen aquí y las personas que sean de alma pura, sin malas intenciones, los podrán ver. Incluso los visitantes podrán ser premiados con piedras hermosas o con oro, pues otra leyenda asegura que en este lugar hay tesoros escondidos.
Jonathan puede pasar horas hablando de la presa con una sonrisa, pero la felicidad se le va al momento de recordar las problemáticas. Una de ellas es que los niveles del agua han bajado por la limpieza de las compuertas y al estar casi vacía, el número de visitantes disminuyó en un 20 por ciento. Entiende que esto es necesario cada año para el mantenimiento, pero después del confinamiento y por problemas con el anterior edil auxiliar esto ha mermado su economía.
Otra problemática a la que se enfrentan es a las aguas negras, pues las marisquerías y otros negocios grandes comenzaron a tirar sus desechos en este lugar y aunque los lancheros alzaron la voz para pedir ayuda, no ocurrió nada, ya que el ex presidente auxiliar de Tenango de las Flores, René Eslava Maldonado, es dueño de uno de los establecimientos.
Las familias ya tenían un sistema de organización, no se involucraban con las personas que vendían flores, los que instalaban los juegos y no hay rivalidad entre lancheros, pero aseguran que con la llegada de Eslava todo cambió, pues hasta quiso cobrar peaje de 20 pesos por vehículo para el Parador Turístico El Tizoc, beneficiando sólo a sus familiares.
En suma, la pandemia los lastimó económicamente con el confinamiento y siguen viviendo los estragos de la contingencia sanitaria con la poca visita de turistas.
EMBARCACIONES ARTESANALES PARA NO DAÑAR EL ECOSISTEMA
Valentín Trejo llama a Tenango “tierra santa”, pues a él y a todos sus familiares les ha dado la oportunidad de salir adelante. Desde niño se dedica a ofrecer viajes en las lanchas y al igual que Jonathan considera que una de las preocupaciones son las aguas negras que están contaminando y que generan mal olor. Inclusive ya hay una organización para enlistar todos los problemas y se llama Asociación Lancheros El Tizoc.
Valentín hace sus propias lanchas. Se trata de embarcaciones artesanales para no afectar el ecosistema. Aunque la presa es artificial, hay varias clases de peces y en esta temporada llegan patos canadienses para poder descansar. Además, desde el año 2014 apoya junto con su familia las labores de saneamiento.
Los lancheros se enfrentan a sus propios problemas, como el de la inseguridad, pues se ha registrado robo de remos.
Estos remos también son hechos por ellos con madera y por su tamaño y debido a que es caro mandarlos a hacer son hurtados en las madrugadas. En un momento los lancheros quisieron agregar pantallas de televisión para pasar las cinco escenas de Tizoc que se grabaron en Tenango, pero si se roban los remos, creen que serán un foco llamativo para los ladrones y que no durarán.
Este señor está al frente de Paseos Turísticos Lancha La Sirena y su vida gira alrededor de esta presa, por tanto, considera que las autoridades deberían involucrarse más, debido a que es un lugar digno de conocerse, de cuidarse y de difundirse como espacio turístico.
“AGUA DE VIDA” Y SUSTENTO PARA LAS FAMILIAS
Hilda Flores trabaja desde hace dos años en una cabaña al pie de la presa, aquí vende gorditas, quesadillas y bebidas, pero apoyando a su marido que es lanchero y pescador desde hace 20 años. Para ella la presa es “agua de vida” y su sustento diario.
“Me gustaría que no sólo mis hijos se dediquen al cuidado de la presa, sino que también sus hijos y que todos juntos le demos difusión a Tenango de las Flores. Tenemos un paisaje muy bonito, ahorita no porque bajó la presa, pero cuando sube todo se ve verde y se enamoran”, expresó.
La señora compartió que al lugar acuden más autoridades de orden federal como de la Comisión Nacional del Agua y de las de medio ambiente que revisan las Áreas Naturales Protegidas. Se han llevado pruebas del agua para medir la contaminación y les han informado que sus niveles aún pueden controlarse.
“Necesitamos más apoyo para cuidarla, le hemos dado limpieza, pero necesitamos más ayuda (…) si se cuida y hay más vigilancia atrae más al turista, tenemos mucha naturaleza en Tenango de las Flores y si se frena la contaminación puede ser un lugar más hermoso”, comentó.
Por todos los motivos anteriores, los lancheros y personas que viven de la presa piden apoyo de las autoridades. En su opinión, en este lugar se puede sacar mucho más provecho económico y turístico, pero al mismo tiempo ser amable con la naturaleza.
Tenango de las Flores es una comunidad situada en la demarcación de Huauchinango y de acuerdo con el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) hay alrededor de 7 mil 702 habitantes, los cuales, en su mayoría se dedican, como su nombre lo indica, a la producción de flores.
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