CHIGNAHUAPAN, Pue.- A dos años de su fallecimiento, el legadode Rafael Méndez Núñez prevalece como uno de los íconos que danrealce a este municipio en México y en el extranjero y que haconvertido a la empresa esferera en uno de los íconos másrepresentativos de este Pueblo Mágico, a más de medio siglo de lafabricación de la primera "burbuja de cristal".
EL ESFERERO
Según el testimonio de su esposa, Amparo Vázquez Quevedo y dela información proporcionada a través de la coordinadora deComunicación Social, Alejandra García Rodríguez, así como de laregidora de Turismo y Equidad entre Géneros de este Ayuntamiento,Rocío Sosa Zamarripa, la historia del llamado padre de laproducción de esferas de cristal en este municipio comienza en1965, con su llegada a Chignahuapan.
Don Rafael tuvo que considerar muchos elementos, entre ellos eltipo y calidad de agua. También contempló vivir en Zacatlán. Seencontró con que el agua de Chignahuapan era mejor, al menos asílo decía su experiencia como ingeniero químico.
Aunque la elección más importante fue el cariño que surgiódesde la primera vez que vio esta ciudad, en aquellos años en losque fue seminarista, en Huejutla (Hidalgo). Desde aquella primeravez que pasó por este municipio, cuando tenía que trasladarse ala capital poblana.
"Como me gusta vivir aquí", comentó más de una ocasión eldistinguido michoacano, poblano por adopción. Ya se habíaencariñado con esta tierra que había visto nacer a personalidadescomo Gaspar Henaine "Capulina".
Para el originario de Uruapan (Michoacán) sus estudios comoingeniero químico le dieron una visión diferente en laproducción de esfera. Su método, disciplina y rigidez en sutrabajo marcaron su legado. Eligió hacer esfera plateada, con loscalibres adecuados, inicialmente del número seis y del númerocero, lisa y sin decoración. Su mercado inicial: la capital delpaís.
No pudo evitar a los acaparadores que se convirtieron en susprincipales clientes. No se daban abasto: 300 mil cajas seproducían sólo para un cliente, de los tres que se volvieron susmás importantes compradores.
Así surgió la primera fábrica de esferas en Puebla, hoy conel nombre "Casa Méndez". Como todo buen inicio, no había muchocapital y enfrentaban otros retos como comprar video, materia primade artesanía, porque en ese entonces había un monopolio.
Tuvo que viajar hasta Monterrey (Nuevo León) para comprar untipo de vidrio utilizado para la fabricación de lámparas. Tiempodespués, pudo conseguir un tipo de vidrio que se fabricaba enAzcapotzalco (Ciudad de México, antes Distrito Federal), con elque pudo empezar a trabajar.
En 1970, tenía 25 obreros trabajando. Una década despuésempezó con la coloración de la esfera, sin diamantino, a pincel,siempre plateada. En esa misma década, empezó a "metalizar" laesfera, sin dejar el planteo, tradición que pertenece hasta hoy endía. Según doña Amparito, a su esposo le gustó la idea desdeque estuvo en Guadalajara, a tal punto que se volvió uno de lossellos en la producción de esta artesanía de vidrio.
Así es como se empezaron a dar a conocer por todo el país y elextranjero. Exportaron a España, Venezuela y Estados Unidos,principalmente en lugares como California; fue de los primeros enexportarla. El primero en abrir camino.
Esto lo llevó a intentar expandir esta industria en lugarescomo Ciudad Serdán, a través de un diputado que le expuso esaidea. Las cosas no salieron como esperaban la empresa solamente nodio resultado. Los obreros no respondieron y tuvo que retirarse.Esa fue otra diferencia, según doña Amparo, con respecto a lostrabajadores de Chignahuapan: son más trabajadores y másdisciplinados.
Una buena producción tiene sus secretos. Doña Amparocompartido dos de ellos: que, desde su principio, la esfera cuentecon los calibres adecuados y buen material: también el plateo esparte de la técnica y el método implementado por don Rafael,porque permite obtener toda la gama de colores que se necesitan.Eso ya le da una mayor calidad que resalta los terminados de cadapieza.
Calidad que fue reconocida por compradores de Venezuela yEspaña, que aún con las limitaciones en la comunicación, quehabía en aquella época, se enteraron de esta artesanía y veníana comprarla por la calidad, el mejor de sus secretos guardados.
Un nuevo impulso llegó cuando el Ayuntamiento y el Estadotambién apoyaron en darlo a conocer. "Mi esposo era muy exigente ycon mucha disciplina. Los obreros respondieron muy bien, eso hizoque tuviera un legado que los que hoy tienen sus fábricas, a sugente la tienen muy bien organizada, aquí aprendieron, aunque cadauno le ponga su toque de creatividad que les ha servido para crearnuevos modelos e ir avanzando", dijo orgullosa.
EL AMOR
Ella nació en Jalisco. En Guadalajara conoció a don Rafael,aunque tuvo que esperarlo por casi cinco años para poder casarse ydarle estabilidad a esta naciente industria. Ella se vino a vivir aChignahuapan, desde 1970, también le gustó el lugar.
Recuerda a su esposo como un hombre muy bueno, honesto yrespetuoso. Sus hijos nacieron en este Pueblo Mágico, aunque sefueron a estudiar a la capital poblana y allá hicieron sus vidas.Ninguno de ellos ha querido retomar el oficio legado de supadre.
LEGADO
Don Rafael falleció el 30 de agosto de 2014. En su honor hay unbusto en el zócalo chignahuapense. A manera de homenaje, ese mismoaño se coronó a su nieta, Karen Mendoza Méndez, como reina. Enla ofrenda de las mil luces (tradición muy importante en estalocalidad), se hizo un altar en su conmemoración, también en2014. Este año sólo se hizo un sencillo homenaje, algunosfuncionarios colocaron una ofrenda floral.