San Martin Texmelucan, Pue. Tras dos años de pandemia y la cancelación de actividades religiosas masivas, este Viernes Santo los feligreses católicos de la región de Texmelucan, vivieron con respeto y devoción las procesiones de las tres caídas o viacrucis, donde los eventos fueron concurridos y las calles lucieron con alfombras, arreglos y altares.
Desde temprana hora en comunidades de El Moral, Santa Catarina Hueyatzacoalco, San Cristóbal Tepatlaxco, San Buenaventura Tecaltzingo, San Jerónimo Tianguismanalco, San Francisco Tepeyecac, Santa María Moyotzingo, San Baltazar Temaxcalac y San Lucas Atoyatenco, la gente adornó las calles con alfombras y vieron pasar al Señor de las tres caídas seguido de la Virgen María hasta llegar a los templos católicos donde escucharon las siete palabras.
La procesión del vía crucis y tres caídas de Jesús que se realizó en la comunidad de San Juan Tuxco, se presenció gran fervor católico de cientos de personas que acompañaron a la imagen de Jesús recorriendo las calles y escucharon las estaciones de la pasión, crucificción y muerte de Cristo, donde adolescentes y jóvenes escenificaron en vivo dichas estaciones, así como en el templo católico escucharon la explicación de las siete palabras.
Mientras que en la población de San Rafael Tlanalapan, la más concurrida de la zona, donde se logran concentrar hasta 10 mil personas, recorren las calles desde las 8 de la mañana hasta las 15 horas que llega a la parroquia, en la que participan 200 jovencitas vestidas de verónicas, 80 jóvenes vestidos de varones, 12 apóstoles, un cirineo y angelitos, quienes recorren el peregrinar descalzos y en ayunas, como sacrificio en la celebración del Viernes Santo.
En el caso de Texmelucan, la parroquia de San Martin Caballero y la Parroquia de Santa María Magdalena llevaron a cabo la procesión del viacrucis con la imagen de Jesús y la Virgen María, en un carro alegórico y con presencia de personas, recorrieron las calles céntricas de la ciudad y visitaron las diversas capillas ubicadas en las colonias, y al término y llegar a los templos católicos continuaron con las siete palabras, rosarios, procesiones del silencio y adoración de la cruz.