Aunque el apoyo favorece a 200 campesinos en este municipio, de los 800 que lo solicitaron, los 4 mil 500 pesos que reciben los beneficiarios parece no ser suficientes para alcanzar las metas, sobre todo por los problemas organizativos que tiene el programa federal "Sembrando Vida", consideró Oscar Barrios Herrera, director de Desarrollo Rural del Ayuntamiento de Zacatlán; en contraparte, algunos productores consultados si bien están de acuerdo con este apoyo, consideran que aún hay algunas dudas a resolver.
LA VISIÓN
Según se anunció, el gobierno Federal pretende apoyar con recursos económicos "sujetos agrarios", mayores de edad, que habiten en localidades rurales, con un ingreso inferior a la línea de bienestar rural, propietarios o poseedores de 2.5 hectáreas disponibles para ser trabajadas en un proyecto agroforestal con apoyos en especie para la producción, acompañamiento técnico y el intercambio de conocimientos y experiencias que tienen los campesinos, considerando que han convivido con la naturaleza y especialmente con su territorio.
Los apoyos son de 5 mil pesos mensuales, de los cuales 500 son destinados para el ahorro, según les informaron los promotores: 450 en una institución financiera y 50 que podrán ser destinados al Fondo de Bienestar. La meta era integrar a 10 mil campesinos y 25 mil hectáreas en territorio poblano, para lograr una cobertura de 43 mil hectáreas y 17 mil 200 familias de comunidades rurales de la entidad.
PROGRAMA POCO VIABLE
En entrevista, Barrios Herrera consideró que los productores no ven tan viable este programa, sobre todo por problemas de organización como la reunión constante con los productores, lo que no les es posible todas las veces, al menos de manera constante, así como la aceptación de programa en la primera etapa.
El segundo asunto es que de 800 interesados que presentaron solicitud, motivos por la expectativa que generó el programa federal, solamente 200 reciben el apoyo en el municipio. Luego se toparon con que con ese recurso tendrán que construir un vivero, donde implementarán la producción de plantas frutales o maderables. La situación derivó en que los campesinos se encontraron con el dilema de continuar o no sembrando de manera combinada maíz con árboles frutales, lo que implicó un cambio en su dinámica de trabajo, porque tendrán que regresar a las sembradoras de tiro animal y no tecnificado.
Los más beneficiados fueron los productores de las zonas altas del municipio, donde se concentra el 75 por ciento de los beneficiarios, los que menos trabajo en cultivo tenían: Ayotla, Atexca, Camotepec. Las Lajas, Nanacamila y Atotonilco, entre otras. Ahora con intercalar frutales con maíz se ve afectada su producción, de ahí la idea de que se segmenta la distribución de siembra en las hectáreas beneficiadas. El primer mesófilo de montaña.
El resto fue para las zonas bajas, conforme a la altura en que se encuentra la comunidad sobre el nivel del mar, donde se concentra el 25 por ciento de los beneficiarios: principalmente en Cuacuila, Tetelancingo, Yehuala, San Miguel Tenango, Lajajalpan, Atzingo y Xoxonacatla. En promedio entre 15 o 20 productores por comunidad. Donde la zona es semitropical, donde se siembran café, berries y aguacate.
Entre las recomendaciones que sugirió es que se haga la separación de cultivos, y que se busque que más allá de producir los tradicionales cultivos de Zacatlán, como la manzana y jugo, se alistan más por los que pide el mercado, como la manzana de mesa, de la que consumidores poblanos tienen que importar de entidades como Chihuahua, cuyas ganancias se puede medir en millones de dólares.
Otro ejemplo es el durazno criollo, endémico de la región, que no tiene buen tamaño y que podría buscarse producir una variedad más grande. Es decir, que hay una mejor orientación sobre los frutales a escoger, aprovechando que están motivados por el recurso económico que reciben.
Dijo que por el momento no habrá resultados visibles porque hay que esperar a que los árboles alcancen la edad para producir, sin embargo, es buen tiempo para que pueda orientarse, también, sobre la comercialización de los productos que se logren. "Veo viable el programa, siempre y cuando cambien la estrategia", acotó.
Y por último aconsejó que se vean sobre los árboles que generan sombra y que pueden incidir sobre la producción de otros cultivos, de ahí la estrategia a cambiar en cuanto a la siembra de, al menos media hectárea que se destinarían para bosque. Tenemos un problema de deforestación y de ahí que este programa es excelente, sólo hay que cambiar la estratificación.
META DE 500 ÁRBOLES ANUALES
Para el productor Francisco Ibarra Becerra, el programa es muy beneficioso, aunque, en algunos casos, apenas se va a empezar a sembrar. Es un programa que funciona muy bien. Ahora está concentrado en lograr la siembra de los 500 arbolitos que le pidieron para este año, aun cuando todavía le hace falta la estimación de cuantos pueden caber en una superficie de 2.5 hectáreas, considerando la distribución técnica que deben tener.
Lo único que ve como difícil es la idea de sembrar pino porque saca mucho la tierra; también porque esos árboles tienden a crecer mucho, lo que dificultaría su producción de maíz, pero le dijeron que es una orden del gobierno. "Pero veré la forma de acomodarme", finalizó.