Tras una larga tradición artesanal, el municipio de Amozoc ha comenzado a sufrir los embates económicos provocados por el confinamiento debido a la emergencia sanitaria creada por el Covid-19. Uno de los sectores más afectados ha sido la venta de Talavera, que en la localidad da sustento a cerca de 50 familias.
En el municipio de Amozoc existen alrededor de 10 talleres de talavera, viendo la luz el primero en esta localidad en el año de 1977. Talavera Máximo Huerta fue el séptimo taller que se abrió en el estado de Puebla.
En entrevista con el dueño y fundador de esta Casa de Talavera, cuenta los embates que han sufrido tras esta crisis económica y como cerca de 12 familias que dependían de esta labor se han visto afectados y tras 43 años de su creación se vieron en la necesidad de cerrar sus puertas.
“Antes de la pandemia contábamos con 10 trabajadores en el taller, terminamos cerrando con solo 3 trabajadores, era ya imposible seguir trabajando, desde el mes de enero fue la última vez que tuvimos una venta, de ahí en adelante no se vendió absolutamente nada”, refiere.
Con la voz entre cortada don Máximo, como es conocido en el municipio, narra que este era el único ingreso que ha tenido su familia por décadas y que debido a la falta de turistas y al cierre de hoteles hoy se ve en la necesidad de cerrar sus puertas.
Talavera Máximo Huerta fue de las primeras empresas artesanales en comenzar la exportación de sus productos al extranjero y se convirtió en el semillero de elaboradores que comenzaron a colocar diferentes talleres en este municipio.
Casa Huerta es otro taller que se vio afectado drásticamente por esta crisis económica causada por el Covid-19. Esta casa regularmente laboraba con seis trabajadores en el taller, al inicio de la contingencia sanitaria paró completamente sus actividades y actualmente sus trabajadores se han ido integrando uno a uno, hasta el momento solo labora con cuatro empleados.
Tomas Huerta dirigente de esta casa, cuenta como se vieron afectadas sus ventas: “La producción bajó por falta de turismo nacional y extranjero, no hay a quien venderle. Tuvimos que cerrar tiendas ya que los gastos eran más que lo que se vendía, no hubo opción. Tuvimos una pérdida del 80 por ciento en estos meses”.
Sumado a esto, los productores se han visto afectados directamente por el incremento en el costo de los insumos. “Hemos tratado de mantener el precio, pero es muy difícil, ya que por el incremento del dólar nuestra materia prima ha subido su costo”.
PRODUCTORES A LA DERIVA
La talavera es uno de los productos que más se vende en el municipio de Amozoc y ha sido por años el sustento de más de cincuenta familias que hoy han comenzado a buscar otras alternativas para seguir subsistiendo mientras se regulariza el turismo.
Los productores no han recibido apoyo por parte de los gobiernos estatales y federales, y se han quejado de que se sienten presionados con el pago de impuestos de licencia de funcionamiento anual, si no serán clausurados los talleres.
Los productores confían que las actividades pronto regresen a la normalidad y así no sigan cerrando talleres que le han dado renombre y tradición al municipio de Amozoc.
