/ martes 27 de septiembre de 2022

Tetela, marcado por la Independencia de México

El territorio dominado por los conservadores fue escenario de uno de importantes hechos históricos durante el movimiento de insurrección

Luego de tres siglos de colonia, en los que Tetela fue uno de los principales sitios de interés para los conquistadores españoles por su producción de oro, durante el movimiento de Independencia fue considerado como uno de los bastiones liberales, siendo escenario de importantes hechos históricos.

Entrevistados en el marco de la consumación de la Independencia de México que se conmemora este 27 de septiembre, los cronistas locales Aníbal Manzano González y José Manuel Bonilla Cruz, explicaron que a pesar de que los tetelenses de la zona de Xonotla no se integraron al movimiento independentista militar organizado, sí lo hicieron de manera aislada a favor del movimiento insurgente, dando así el surgimiento de personajes y apellidos que han incidido en diferentes hechos de la historia nacional.

El mejor ejemplo de esta participación son las acciones de José Francisco Alejo Osorno García y José Mariano Aldama, éste último, sobrino de Juan e Ignacio Aldama, insurgentes novohispanos.

Acorde a lo relatado y las referencias bibliográficas, en Tulancingo, Hidalgo, los pobladores se inclinaron más por el conservadurismo, mientras que Zacatlán lo haría por las ideas progresistas, lo que influyó en la vocación de sus subordinadas administrativas de Tetela y Huauchinango, acorde a la estructura político social de aquella época.

LOS INSURGENTES

Aunque hay algunas controversias en cuanto a su fecha y lugar de origen, se sabe que José Francisco Alejo Osorno García habría nacido en Apan, Hidalgo, en 1769. Fue agricultor novohispano que había sido acusado de "ladrón de caminos" en Puebla. Se unió a los insurgentes durante la Guerra de Independencia de México; aunque sus acciones fueron polémicas, su desempeño militar fue de gran ayuda para el movimiento independentista.

En Zacatlán, José Mariano Aldama (sobrino de Juan e Ignacio Aldama, insurgentes novohispanos) se hizo para su causa del apoyo de unos 700 hombres fieles a Osorno, por lo que Francisco Xavier Venegas (Virrey de la Nueva España) comisionó a Ciriaco del Llano para que lo abatiera. La comisión llegó a Miguel Soto Maceda, saliendo el 3 de septiembre de ese año con rumbo a Calpulalpan, Tlaxcala, donde fue sorprendido por Aldama cuando llegó a la Hacienda de San Cristóbal, aunque logró escapar.

Dos días después sufrió un nuevo descalabro frente a aquella población, por lo que Aldama tuvo que retirarse dejando a Ciriaco del Llano en Apan. El cambio de estrategia incluyó acordar con Osorno apoderarse de Tulancingo, Hidalgo. Aunque tampoco lo lograron, retrocedieron violentamente. Así, mientras del Llano atacaba la barranca de Zacapoaxtla, Aldama entraba tranquilamente en Calpulalpan.

Del Llano emprendió una feroz campaña contra Aldama y su segundo, de apellido Ocádiz, toda vez que se encontraban desorganizados luego de aquellas derrotas, lo que los obligó a ocultarse en la Hacienda de San Blas de José María Cazalla, quien luego de alojarlos en su propiedad los asesinó mientras dormían. Osorno, al saber de la muerte de Mariano, se dirigió al rancho de San Blas e hizo matar a Cazalla, para que su cadáver fuera descuartizado y expuesto al público.

LA EXPULSIÓN DE ALDAMA

En septiembre de 1811, el Virrey envió destacamentos a Huamantla y Tlaxco, Tlaxcala, así como a Zacapoaxtla, que eran bastiones españoles. La fuerza realista del capitán español Ciriaco del Llano, desalojó a José Mariano Aldama de Zacatlán, quien se retiró a San Juan de los Llanos, actual ciudad de Libres, Puebla. A fines del mismo mes, Ciriaco del Llano llegó a Tulancingo, Hidalgo, para organizar la defensa de la población, amagada por Aldama y Osorno.

De ahí salieron a perseguir a los insurgentes, quienes se habían refugiado en Tetela de Xonotla, y donde ocurrió con ellos una encarnizada acción militar. Los realistas estaban llevando la peor parte cuando a los insurgentes se les acabó el parque; Ciriaco del Llano entró entonces en Tetela para luego replegarse hacia Apan, Hidalgo, y esperar refuerzos de la capital del país.

Si bien el movimiento insurgente había cundido por la región, también hubo grupos que se mostraron partidarios del régimen colonial; por ejemplo: los indígenas de Zacapoaxtla, de San Juan de los Llanos y de San Francisco Ixtacamaxtitlán, quienes a partir de esta época empezaron a mostrar vocación conservadora y que auxiliaron a Ciriaco del Llano para atacar Tetela.

Tetela, marcado por la Independencia de México. Foto: Cortesía

A fines de 1811, Aldama murió asesinado y José Francisco Osorno asumió la jefatura de los insurgentes del Departamento del Norte.

En mayo de 1812, un incendio ocasionado por tropas realistas, consumió completamente las casas consistoriales de Tetela (casas municipales o casas del ayuntamiento) y otras casas particulares.

DE LAS APORTACIONES

A principios de 1813 el movimiento insurgente del Departamento del Norte controló y administró las poblaciones indígenas de la sierra de Zacatlán, a las que obligó a contribuir para el sostenimiento de sus tropas. A las autoridades de las comunidades se les exigían las contribuciones que regularmente se entregaban al régimen colonial.

También había préstamos “voluntarios”, exigidos a determinados individuos ricos. Hubo religiosos que brindaron su apoyo a favor y en contra de esta causa. Entre los que estuvieron a favor se debe mencionar a José Antonio Martínez de Segura, cura de Tetela -Xonotla.

También estuvo el religioso agustino fray Francisco Bonilla de Tetela, quien administraba una hacienda de la región y a menudo viajaba disfrazado a Zacatlán llevando cartas y otros efectos a los insurgentes. En enero de 1813, se ordenó al cura de Tetela de Xonotla dar cuenta de los productos que tiene en su poder de los ramos de diezmos, cruzada, pensión conciliar y hospital y que se los entregue a un comisionado. Lo mismo se hizo con los pueblos de Huehuetla, Tutotepec, Amixtlán, Tepetzintla, Pahuatlán, Tlacuilo y Xicotepec.

OSORNO, DEL INDULTO A LA CONSUMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA

En mayo de 1815, los zacapoaxtecos leales a la corona española, atacaron la casa y el rancho de Acatlán, propiedad del cura insurgente José Antonio Martínez de Segura, donde se ocultaba don Carlos María de Bustamante, destacado abogado, historiador, escritor, periodista, editor y político insurgente mexicano.

En 1817, José Francisco Alejo Osorno García se acogió al indulto ofrecido por el virrey Juan Ruiz de Apodaca, durante ese año residió en Tetela de Xonotla. Para fines de 1820, Tetela ya fue considerado municipio, cuenta con ayuntamiento y alcalde, teniendo su propia independencia o autonomía reportando de manera directa a la ciudad de Puebla.

Asimismo, Tetela participa en la Guerra de Independencia pagando una contribución mensual llamada: “Extracción de guerra”. Pagó entre 11 y 16 pesos mensuales, de los cuales una parte el Ayuntamiento de Tetela la entregó en dinero y la otra en especie (reses, cerdos, borregos, sal, algodón, frijol, manteca y chile).

En 1821, al proclamarse el Plan de Iguala, Osorno se unió a las fuerzas de Vicente Guerrero, siendo partícipe de la consumación de la independencia.

Luego de tres siglos de colonia, en los que Tetela fue uno de los principales sitios de interés para los conquistadores españoles por su producción de oro, durante el movimiento de Independencia fue considerado como uno de los bastiones liberales, siendo escenario de importantes hechos históricos.

Entrevistados en el marco de la consumación de la Independencia de México que se conmemora este 27 de septiembre, los cronistas locales Aníbal Manzano González y José Manuel Bonilla Cruz, explicaron que a pesar de que los tetelenses de la zona de Xonotla no se integraron al movimiento independentista militar organizado, sí lo hicieron de manera aislada a favor del movimiento insurgente, dando así el surgimiento de personajes y apellidos que han incidido en diferentes hechos de la historia nacional.

El mejor ejemplo de esta participación son las acciones de José Francisco Alejo Osorno García y José Mariano Aldama, éste último, sobrino de Juan e Ignacio Aldama, insurgentes novohispanos.

Acorde a lo relatado y las referencias bibliográficas, en Tulancingo, Hidalgo, los pobladores se inclinaron más por el conservadurismo, mientras que Zacatlán lo haría por las ideas progresistas, lo que influyó en la vocación de sus subordinadas administrativas de Tetela y Huauchinango, acorde a la estructura político social de aquella época.

LOS INSURGENTES

Aunque hay algunas controversias en cuanto a su fecha y lugar de origen, se sabe que José Francisco Alejo Osorno García habría nacido en Apan, Hidalgo, en 1769. Fue agricultor novohispano que había sido acusado de "ladrón de caminos" en Puebla. Se unió a los insurgentes durante la Guerra de Independencia de México; aunque sus acciones fueron polémicas, su desempeño militar fue de gran ayuda para el movimiento independentista.

En Zacatlán, José Mariano Aldama (sobrino de Juan e Ignacio Aldama, insurgentes novohispanos) se hizo para su causa del apoyo de unos 700 hombres fieles a Osorno, por lo que Francisco Xavier Venegas (Virrey de la Nueva España) comisionó a Ciriaco del Llano para que lo abatiera. La comisión llegó a Miguel Soto Maceda, saliendo el 3 de septiembre de ese año con rumbo a Calpulalpan, Tlaxcala, donde fue sorprendido por Aldama cuando llegó a la Hacienda de San Cristóbal, aunque logró escapar.

Dos días después sufrió un nuevo descalabro frente a aquella población, por lo que Aldama tuvo que retirarse dejando a Ciriaco del Llano en Apan. El cambio de estrategia incluyó acordar con Osorno apoderarse de Tulancingo, Hidalgo. Aunque tampoco lo lograron, retrocedieron violentamente. Así, mientras del Llano atacaba la barranca de Zacapoaxtla, Aldama entraba tranquilamente en Calpulalpan.

Del Llano emprendió una feroz campaña contra Aldama y su segundo, de apellido Ocádiz, toda vez que se encontraban desorganizados luego de aquellas derrotas, lo que los obligó a ocultarse en la Hacienda de San Blas de José María Cazalla, quien luego de alojarlos en su propiedad los asesinó mientras dormían. Osorno, al saber de la muerte de Mariano, se dirigió al rancho de San Blas e hizo matar a Cazalla, para que su cadáver fuera descuartizado y expuesto al público.

LA EXPULSIÓN DE ALDAMA

En septiembre de 1811, el Virrey envió destacamentos a Huamantla y Tlaxco, Tlaxcala, así como a Zacapoaxtla, que eran bastiones españoles. La fuerza realista del capitán español Ciriaco del Llano, desalojó a José Mariano Aldama de Zacatlán, quien se retiró a San Juan de los Llanos, actual ciudad de Libres, Puebla. A fines del mismo mes, Ciriaco del Llano llegó a Tulancingo, Hidalgo, para organizar la defensa de la población, amagada por Aldama y Osorno.

De ahí salieron a perseguir a los insurgentes, quienes se habían refugiado en Tetela de Xonotla, y donde ocurrió con ellos una encarnizada acción militar. Los realistas estaban llevando la peor parte cuando a los insurgentes se les acabó el parque; Ciriaco del Llano entró entonces en Tetela para luego replegarse hacia Apan, Hidalgo, y esperar refuerzos de la capital del país.

Si bien el movimiento insurgente había cundido por la región, también hubo grupos que se mostraron partidarios del régimen colonial; por ejemplo: los indígenas de Zacapoaxtla, de San Juan de los Llanos y de San Francisco Ixtacamaxtitlán, quienes a partir de esta época empezaron a mostrar vocación conservadora y que auxiliaron a Ciriaco del Llano para atacar Tetela.

Tetela, marcado por la Independencia de México. Foto: Cortesía

A fines de 1811, Aldama murió asesinado y José Francisco Osorno asumió la jefatura de los insurgentes del Departamento del Norte.

En mayo de 1812, un incendio ocasionado por tropas realistas, consumió completamente las casas consistoriales de Tetela (casas municipales o casas del ayuntamiento) y otras casas particulares.

DE LAS APORTACIONES

A principios de 1813 el movimiento insurgente del Departamento del Norte controló y administró las poblaciones indígenas de la sierra de Zacatlán, a las que obligó a contribuir para el sostenimiento de sus tropas. A las autoridades de las comunidades se les exigían las contribuciones que regularmente se entregaban al régimen colonial.

También había préstamos “voluntarios”, exigidos a determinados individuos ricos. Hubo religiosos que brindaron su apoyo a favor y en contra de esta causa. Entre los que estuvieron a favor se debe mencionar a José Antonio Martínez de Segura, cura de Tetela -Xonotla.

También estuvo el religioso agustino fray Francisco Bonilla de Tetela, quien administraba una hacienda de la región y a menudo viajaba disfrazado a Zacatlán llevando cartas y otros efectos a los insurgentes. En enero de 1813, se ordenó al cura de Tetela de Xonotla dar cuenta de los productos que tiene en su poder de los ramos de diezmos, cruzada, pensión conciliar y hospital y que se los entregue a un comisionado. Lo mismo se hizo con los pueblos de Huehuetla, Tutotepec, Amixtlán, Tepetzintla, Pahuatlán, Tlacuilo y Xicotepec.

OSORNO, DEL INDULTO A LA CONSUMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA

En mayo de 1815, los zacapoaxtecos leales a la corona española, atacaron la casa y el rancho de Acatlán, propiedad del cura insurgente José Antonio Martínez de Segura, donde se ocultaba don Carlos María de Bustamante, destacado abogado, historiador, escritor, periodista, editor y político insurgente mexicano.

En 1817, José Francisco Alejo Osorno García se acogió al indulto ofrecido por el virrey Juan Ruiz de Apodaca, durante ese año residió en Tetela de Xonotla. Para fines de 1820, Tetela ya fue considerado municipio, cuenta con ayuntamiento y alcalde, teniendo su propia independencia o autonomía reportando de manera directa a la ciudad de Puebla.

Asimismo, Tetela participa en la Guerra de Independencia pagando una contribución mensual llamada: “Extracción de guerra”. Pagó entre 11 y 16 pesos mensuales, de los cuales una parte el Ayuntamiento de Tetela la entregó en dinero y la otra en especie (reses, cerdos, borregos, sal, algodón, frijol, manteca y chile).

En 1821, al proclamarse el Plan de Iguala, Osorno se unió a las fuerzas de Vicente Guerrero, siendo partícipe de la consumación de la independencia.

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