Atlixco, Pue. De tres proyectos inmobiliarios de gran inversión económica y desarrollo inmobiliario planteados en Atlixco y sus alrededores en el último lustro, ninguno cuajó totalmente. Y por dos razones: la oposición social generada desde la base campesina, académica y de activismo ecológico.
En suma, de acuerdo con cifras oficiales, Cola de Lagarto, el Parque Nacional de la Cultura Agropecuaria (Panaca) y Crystal Lagoons planeaban aterrizar aproximadamente mil 500 millones de pesos en una cobertura de 850 hectáreas.
El gobernador Miguel Barbosa confirmó recientemente en la conferencia mañanera la versión anticipada y pronosticada por los opositores desde años atrás al proyecto inmobiliario denominado Cola de Lagarto: la invasión a una zona de reserva verde y la especulación inmobiliaria.
Sobre el área del Tenzo y en el lomo de los cerros proyectaron desde el 2016 ahí varios clubes: de golf, hípico y de casas, cuatro tipos de residencias, albercas, canchas de tenis, gimnasios y salones para eventos.
Conforme avanzó casi de manera sigilosa el plan, también crecieron las resistencias de los ejidatarios de los alrededores quienes acusaron presiones de desarrolladores inmobiliarios para entregar sus tierras a bajos precios. Y los ambientalistas no dejaron de insistir en los daños irreversibles.
Inicialmente Cola de Lagarto quedaría en un área de 113 hectáreas de Atlixco, muy cerca al Área Natural Protegida Sierra del Tenzo. De ahí el principal rechazo. Y el arranque del proceso para frenarlo legalmente.
El plan intentó ser vendido por una promotora como la “integración con la naturaleza del Tentzo para construir su identidad contemporánea a partir del cerro sagrado, descubriendo y comunicando las riquezas y pertenencias del lugar encontradas en el agua, flora y fauna”. El complejo, cuya inversión alcanzaría los 300 millones de pesos.
PANACA
Fue anunciado en el 2007 como el polo de desarrollo agropecuario e inmobiliario de moda y exitoso en América Latina. En Colombia ya había una muestra y México, concretamente Atlixco, sería el segundo paso.
El plan incluía hotel, centro de convenciones y campamentos especiales para los niños. Ocuparía una extensión de 30 hectáreas. Para entonces, el investigador atlixquence y experto en materia rural de la Universidad Nacional Autónoma de México(UNAM), Ricardo Pérez Avilés, señaló que el proyecto anunciado con “bombo y platillo“ por el ayuntamiento y por empresarios extranjeros, denominado Parque Nacional de la Cultura Agropecuaria, era una “contradicción” porque fomenta la vida en el campo y al mismo tiempo excluye de su cultura y del negocio a los propios agricultores.
“No hacen participar a los labriegos, y eso no significa y menos representa un proyecto de desarrollo sustentable y tampoco participativo socialmente. Es muy claro, no califica el proyecto como de desarrollo sustentable”.
Pasaron las semanas y después los años y todo quedó en la anterior discusión sobre la vialidad de esa idea de 350 millones de pesos en una primera etapa. Nadie más habló de Panaca, allá por el oriente del municipio, muy cerca de Cola de Lagarto.
PLAYAS ARTIFICIALES
En septiembre del 2016 la empresa Crystal Lagoons mintió al dar a conocer su proyecto inmobiliario con playas y lagunas artificiales: dijo que estaría en Atlixco, pero la idea era hacerlo en Tepeojuma, a 15 kilómetros de distancia.
En un comunicado oficial de la empresa quedaba en claro esto: “Crystal Lagoons, The World´s Top Amenity, es una multinacional de innovación en agua asociada a lagunas cristalinas”. La compañía hizo público el proyecto con inversión de 115 millones de pesos y comprende playas, zonas residenciales, sitios para pescar dentro de una zona restrictiva para el resto de la población local.
De acuerdo con la información corroborada y confirmada por regidores y algunos funcionarios de Tepeojuma de aquellos años, el asunto habría quedado destrabado tras varios pleitos con los lugareños, en cuanto a permisos y cambio de uso de suelo, en el Cabildo. Se trataba del primer complejo con estas características en ese sitio ubicado en la llamada puerta de la Mixteca poblana. Las trabas y complicaciones administrativas de regidores, campesinos y activistas ayudaron a los interesados a dejar el plan para siempre. Hoy solo quedan algunos anuncios espectaculares de esa historia fallida.