La sequía extrema o la probable existencia de una fisura subterránea podrían ser las causas por las que la laguna de Ajolotla, en su momento uno de los cuerpos de agua más importantes de este municipio, se haya convertido en un cementerio natural de la fauna que dependía de este cuerpo de agua, según confió el director municipal de desarrollo forestal, Santiago Rodríguez Hernández.
En entrevista, recordó que este municipio fue declarado en sequía extrema en marzo pasado. Desde entonces, el gobierno municipal emprendió acciones junto con el gobierno del estado, no sólo para atender la zona de esta laguna, donde la fauna muestra altos índices de mortalidad, sino también otras áreas con problemáticas similares como Cuautelolulco y San José Corral Blanco.
Al ser preguntado específicamente sobre las causas que pudieron propiciar la desaparición de un cuerpo de agua tan grande como la laguna de Ajolotla, de aproximadamente cinco kilómetros de diámetro y hasta 7 metros de profundidad, se mencionó que se debe a la sequía extrema atípica que azotó la región, impactando en este municipio que tiene diversas zonas boscosas. Esto hizo que, en su momento, la población no percibiera lo cercano del impacto de la sequía en este municipio.
"Estamos consternados por el tema de la sequía. Pensamos que se debe en un 70 u 80 % a la sequía extrema. En censo con las comunidades y los pobladores nos comentaron que, en épocas anteriores, aproximadamente en 1984, ya se tenía la presencia de sequía en esa laguna. Entonces, con las lluvias, se volvía a llenar. Pero hoy en día vemos que podría haber una fisura", confió el funcionario.
Tras este encuentro con los pobladores, se informó al gobierno municipal sobre lo que estaba ocurriendo y se notificó a autoridades como la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría del Medio Ambiente del Estado para abrir mesas de diálogo y gestionar un estudio de suelo, además de otros estudios más completos que, con el apoyo de los tres órdenes de gobierno, proporcionarían los elementos necesarios para emprender acciones específicas.
Aunque, según su explicación, el tema no es sencillo debido a la necesidad de cuidar la flora y fauna del lugar, incluyendo la preservación de especies como el ajolote, criatura endémica que suele enterrarse. "Si nosotros realizamos una acción que genere desequilibrio ecológico, estaríamos incurriendo en una falta", apuntó.