/ miércoles 28 de julio de 2021

Vacuna Covid genera miedo a millennials de Puebla

Entrevistados mientras hacían largas filas, los jóvenes de 30 años confesaron sus temores, pero se dijeron dispuestos a combatir la Covid-19

“Estoy cagada del miedo”, soltó Karla, una chica bajita, de piel blanca, ropa negra y maquillaje punk mientras esperaba de pie en una fila hecha rosca en las inmediaciones del Centro de Convenciones de esta ciudad. Estaba a 40 minutos de recibir la primera dosis anti Covid de AstraZeneca. Ella es parte de los millennials, quienes ayer tenían una cita con los fantasmas de la pandemia en Atlixco, Puebla.

“Viene temblando”, dijo espantada otra mujer atlixquence al momento de caminar sobre la calle Nicolás Bravo, la más cercana a la sede de la movilización inoculatoria. Minutos antes había colgado el móvil desde donde urgió a una hija para apurarse a llegar. Ya para entonces, las 8 de la mañana con 20 minutos del martes, el área era un remolino de sensaciones y de personas interesadas en inyectarse.

“Estoy aquí por dos razones: a nombre de quienes no pudieron hacerlo y perdieron la vida. Y porque hace dos semanas sepultamos a un par de conocidos fallecidos por el Covid 19. Ya no podía esperar más. ¿Miedo?, al contrario. Cuando esté recibiendo la primera pediré por la salvación de la humanidad de este coronavirus”, enfatizó Julieta, una millennial de Puebla ama de casa y comerciante a la vez. La mirada era retadora. Y las ganas de sobra para ponerse a salvo.

Audífonos contra sillas. Ansiedad contra prisa. De esa manera podría definirse, dibujarse o compararse el boceto del arranque este martes de la vacunación masiva anti Covid en esta ciudad para quienes tienen 30 años de edad en adelante. Hasta la vejez.

Los primeros, dijo Juan Manuel, un egresado de arquitectura, intentan esparcir y ocultar cierto temor por la inyección escuchando música. “Yo traigo a Nirvana y Depeche Mode, por ejemplo. Llegué a las 6:30 de la mañana y tengo dos horas esperando”, soltó quien parecía Jacobo Zabludosky de los setentas con esos enormes artefactos en los oídos.

La maestra Ximena acumulaba 25 minutos de pie. De las 6:30 a las 7:45 permaneció sentada en su silla. “La traemos por si la logística no es muy buena. En la primera ocasión esperé hasta dos horas y media. Más vale prevenir. Además, presento problemas en la rodilla y de esa manera logro ayudarme”, contó sobre esa larga fila enquistada en la calle 4 norte. A una cuadra del zócalo.

Susana, de 31 años de edad, masticó tres chicles en menos de media hora. “La neta estoy muy ansiosa. Muy nerviosa. Dicen la vacuna puede traer efectos secundarios. Pero decidí hacerlo porque es mejor a no tenerla. Es un poco de miedo. Sin embargo, aquí estoy”, confesó la comerciante.

Alberto movía insistentemente el pie derecho mientras estaba recargado en la fachada aún derruida del ex Convento de El Carmen. “Tengo prisa. Debo regresar a trabajar después de la segunda dosis. Jamás dudé en aplicármela. Sobre todo, porque varios amigos murieron de Covid. Es por ellos. No alcanzaron a salvarse”, citó.

Desde hoy martes y hasta el viernes próximo más de 15 mil atlixquences acudirán al Centro de Convenciones de Atlixco para recibir la primera o segunda protección de vacuna Covid. Hoy fueron unos 2 mil 500. Y por momentos estuvo a punto de desbordarse la logística. A las 11 de la mañana todo marchaba normal con un promedio de 25 minutos de espera al llegar a las filas cada vez más cortas. Incluso a las 15 horas todo quedó evaporado: por el intenso calor y la agilidad de la maquinaria logística.


“Estoy cagada del miedo”, soltó Karla, una chica bajita, de piel blanca, ropa negra y maquillaje punk mientras esperaba de pie en una fila hecha rosca en las inmediaciones del Centro de Convenciones de esta ciudad. Estaba a 40 minutos de recibir la primera dosis anti Covid de AstraZeneca. Ella es parte de los millennials, quienes ayer tenían una cita con los fantasmas de la pandemia en Atlixco, Puebla.

“Viene temblando”, dijo espantada otra mujer atlixquence al momento de caminar sobre la calle Nicolás Bravo, la más cercana a la sede de la movilización inoculatoria. Minutos antes había colgado el móvil desde donde urgió a una hija para apurarse a llegar. Ya para entonces, las 8 de la mañana con 20 minutos del martes, el área era un remolino de sensaciones y de personas interesadas en inyectarse.

“Estoy aquí por dos razones: a nombre de quienes no pudieron hacerlo y perdieron la vida. Y porque hace dos semanas sepultamos a un par de conocidos fallecidos por el Covid 19. Ya no podía esperar más. ¿Miedo?, al contrario. Cuando esté recibiendo la primera pediré por la salvación de la humanidad de este coronavirus”, enfatizó Julieta, una millennial de Puebla ama de casa y comerciante a la vez. La mirada era retadora. Y las ganas de sobra para ponerse a salvo.

Audífonos contra sillas. Ansiedad contra prisa. De esa manera podría definirse, dibujarse o compararse el boceto del arranque este martes de la vacunación masiva anti Covid en esta ciudad para quienes tienen 30 años de edad en adelante. Hasta la vejez.

Los primeros, dijo Juan Manuel, un egresado de arquitectura, intentan esparcir y ocultar cierto temor por la inyección escuchando música. “Yo traigo a Nirvana y Depeche Mode, por ejemplo. Llegué a las 6:30 de la mañana y tengo dos horas esperando”, soltó quien parecía Jacobo Zabludosky de los setentas con esos enormes artefactos en los oídos.

La maestra Ximena acumulaba 25 minutos de pie. De las 6:30 a las 7:45 permaneció sentada en su silla. “La traemos por si la logística no es muy buena. En la primera ocasión esperé hasta dos horas y media. Más vale prevenir. Además, presento problemas en la rodilla y de esa manera logro ayudarme”, contó sobre esa larga fila enquistada en la calle 4 norte. A una cuadra del zócalo.

Susana, de 31 años de edad, masticó tres chicles en menos de media hora. “La neta estoy muy ansiosa. Muy nerviosa. Dicen la vacuna puede traer efectos secundarios. Pero decidí hacerlo porque es mejor a no tenerla. Es un poco de miedo. Sin embargo, aquí estoy”, confesó la comerciante.

Alberto movía insistentemente el pie derecho mientras estaba recargado en la fachada aún derruida del ex Convento de El Carmen. “Tengo prisa. Debo regresar a trabajar después de la segunda dosis. Jamás dudé en aplicármela. Sobre todo, porque varios amigos murieron de Covid. Es por ellos. No alcanzaron a salvarse”, citó.

Desde hoy martes y hasta el viernes próximo más de 15 mil atlixquences acudirán al Centro de Convenciones de Atlixco para recibir la primera o segunda protección de vacuna Covid. Hoy fueron unos 2 mil 500. Y por momentos estuvo a punto de desbordarse la logística. A las 11 de la mañana todo marchaba normal con un promedio de 25 minutos de espera al llegar a las filas cada vez más cortas. Incluso a las 15 horas todo quedó evaporado: por el intenso calor y la agilidad de la maquinaria logística.


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