Baja afluencia turística, comercialización de productos que no respetan la receta original y falta de promoción, son algunos de los retos que enfrenta la producción del Yolixpa, la bebida tradicional de Cuetzalan del Progreso, considerada como una “medicina para el alma o del corazón”.
María Francisca Mina Mora, una mujer de origen masehual de este municipio se ha dedicado a la producción de esta bebida ancestral, con los mismos productos que le fueron mostrados por su familia, cuando la bebida sólo era utilizada como remedio.
"Estamos en tiempos donde las personas regresamos a lo natural para sanar nuestros cuerpos. El Yolixpa es una bebida que si bien cura, no se conoce del todo, no se difunde y no se da el valor que tiene para usarlo como medicina alternativa, que puede estar al alcance de todos y todas", afirma mientras muestra la variedad de envasados de los que dispone en su pequeño local comercial.
Se presume que el origen de esta bebida fue en la localidad de San Andrés Tzicuilan, una de las de mayor importancia cultural del municipio, donde cada mes de agosto se organiza una feria dedicada a su comercialización. Algunos productores ven con recelo que se empiezan a integrar sabores y colores artificiales.
Según Marlene Cabrera, hija de María Francisca, hasta hace muy poco el preparado se volvió popular como bebida comercial, ya que anteriormente era solo una bebida tradicional local y que cada familia tenía su propia receta para su autoconsumo.
MEDICINA DEL CORAZÓN
La palabra Yolixpa, proviene del náhuatl “yolix” que significa pecho o corazón y “pajti”, medicina, por lo que en su nombre lleva la referencia de que es una “medicina del corazón”.
Según narró la entrevistada, la bebida fue usada por los antepasados que contaban con la sabiduría y el reconocimiento de las plantas curativas, mismos que hicieron un brebaje combinando hierbas con aguardiente de caña, se aplicaba en el pecho para mitigar los malestares que ocasionaban los cambios climáticos de la región.
Con el paso del tiempo fueron agregando diversas plantas curativas y se dieron cuenta que tomar un poco de esta bebida sanaban algunos malestares como la bilis, vías respiratorias, problemas digestivos, nervios, estrés, cólicos menstruales, impresiones (sustos), entre otros malestares físicos y emocionales.
En la región existe una variedad de plantas que se usan para el Yolixpa, por ejemplo: maltantsin, manzanilla, ajenjo, toronjil y menta.
“Vale la pena regresar a mirar lo que nuestros antepasados nahuas nos dejaron, no sólo para los de la región también para compartir con otras personas en otros espacios”, señala María Francisca, mientras muestra otras recetas a las que se le agrega hierbabuena y ruda, entre otras.
María Francisca tiene una microempresa familiar llamada Productora Cabremi que desde hace más de 30 años se dedica a la transformación de cítricos, semillas, chiles y hierbas sanadoras de la región en productos alimenticios artesanales, mermeladas, salsas, vinos, licores y toritos, además de ser uno de los pocos lugares donde se respeta la receta original con platas naturales, con aguardiente de caña, sin conservadores, colorantes o saborizantes artificiales.
En 2018 innovaron con la creación de una tisana (té) de Yolixpa, pensado para personas que no consumen alcohol pero que requieren de los beneficios de la diversidad de hierbas que éste contiene y cuya receta cambia entre familias originales que la producen, con variedades que utilizan de 25 y hasta 32 hierbas diferentes.
MACERACIÓN
De acuerdo con productores consultados, uno de los secretos de esta bebida es la maceración de las hierbas que, en promedio, lleva dos meses. Después se le agrega piloncillo o miel, según la variedad que se esté preparando dulce, suave o fuerte, alcanzando hasta 25 grados de alcohol.
Mayormente es de color verde, aunque si se usa piloncillo o panela (algunas recetas utilizan azúcar), adquiere un color marrón, aunque hay familias que prefieren agregarle otros ingredientes además de la hierba, por ejemplo, frutas cítricas.
Es una bebida utilizada por los pueblos originarios de habla náhuatl y totonaca de la Sierra Norte Nororiental de Puebla, incluso los conquistadores europeos la incluyeron como remedio tras llegar a estas tierras. Sus ingredientes también ayudan a mejorar la digestión, relajar el cuerpo después de largas jornadas de trabajo y hasta para curar el "empacho".
No sólo se usa como té o bebida, también se unta para aliviar malestares musculares en el pecho, cuello y espalda, relaja los pies y también es utilizado para aliviar los síntomas del resfriado y cuando se mezcla con agua caliente para el baño, se utiliza para facilitar las labores del parto, calma la tos.
En un clima como el de Cuetzalan, el Yolixpa también se utiliza como ingrediente gastronómico, sus presentaciones más comunes son paletas y cremas, aunque también ya se sumaron los esquimos y el frappé. Algunos suelen dar un traguito a los niños para calmar los berrinches, las picaduras de animales o irritaciones en la piel provocadas por el clima o cuando se tiene alguna tristeza.