Falta de comunicación, crisis económicas y no saber mediar los problemas familiares, son los principales factores que han agudizado el estrés y la violencia al interior de los hogares durante el confinamiento, así lo refirió Dulce María Judith Pérez Torres, psicóloga social y responsable del Área Social en la Facultad de Psicología de la Universidad Popular Autónoma de Puebla (UPAEP).
De manera paralela, los reportes de la Secretaría Nacional de Seguridad Pública (SNSP) refuerzan lo dicho por la académica, toda vez que en abril y mayo -cuando inició el confinamiento derivado por la pandemia- el índice de denuncias por violencia intrafamiliar no se detuvieron, pues tan solo en este periodo se registraron en la entidad mil 464 denuncias por esta causa.
En tanto, con lo que respecta al Boletín Epidemiológico, el informe más reciente reveló que en lo que va del año se registraron 328 atenciones hospitalarias en el estado, también derivadas por violencia dentro del hogar.
Ante este panorama la especialista destaca que previo a la pandemia, las familias se acostumbraron a desarrollarse en “hogares palomares”, es decir, salir muy temprano del hogar para regresar en la noche a descansar, lo que mermó la comunicación y convivencia entre los integrantes. Ahora, con el confinamiento, muchas parejas aprendieron a conocerse más y descubrir sus virtudes o -en el peor de los casos- sus actitudes negativas.
En el segundo escenario, donde hay la presencia de situaciones estresantes o de violencia, la doctora se lo atribuye a los puntos ya mencionados, destacando que la comunicación es fundamental para construir relaciones nutricias al interior de la familia, también conocidas como relaciones humanas sanas.
COMUNICACIÓN EFECTIVA EN LOS TRES SISTEMAS FAMILIARES
Pérez Torres indicó que, como primera instancia, la familia cuenta con tres sistemas de convivencia: conyugal, parental y fraternal. “El primer subsistema es el conyugal, es decir, es la pareja que decide vivir junta y quienes deben ponerse de acuerdo de cómo van a llevar la armonía con los siguientes subsistemas”, mencionó.
El siguiente subsistema es el parental, la relación que cada uno de los conyugues establece con los hijos. “Cada una de estas relaciones es diferente porque no será la misma comunicación que se tiene con el hijo mayor que con el hijo menor”, indicó la doctora.
El tercer sistema es el fraternal que se enfoca en la relación que habrá entre los hermanos. “El problema se hace presente cuando no se logra buena comunicación y solo se informa, se relata, se describe, se narran los acontecimientos y no se da una comunicación fluida. Si no se lleva a cabo la comunicación, todo el sistema está difuso en cuanto a los deberes, obligaciones, límites, roles y jerarquías que cada uno debe desempeñar”, detalló.
Aunado a esto hay un protagonista en alguno de los subsistemas que logra tener todo el poder. “Al tener el poder o el mando, toda la familia danza alrededor de este personaje y si le anexamos que es agresivo, irritable e iracundo seguramente vamos a tener mayor problema en cuanto a las relaciones al interior del sistema familiar”, agrega la doctora.
FACTORES ECONÓMICOS
La falta de ingresos y organización económica, también son situaciones que suman para que las relaciones familiares se estresen. “Otro problema es que somos consumistas por excelencia y ¿qué pasa si hay problemas en la economía?, el ambiente se vuelve complicado”, refiere la especialista.
Si a esto se le suma el no saber mediar las situaciones conflictivas que se presentan en casa, se da pauta a que los integrantes presenten malhumor, tristeza, depresión o incluso violencia y agresiones.
Por ello recomienda cuestionarse y establecer el “cómo vamos a organizarnos en la casa, cómo vamos a resolver los conflictos, cómo vamos mejorar la comunicación para mantener una convivencia en armonía”, concluyó.