Un panadero y un estudiante de Estomatología representarán a Jesús este año en la capital poblana. Una corona de espinas y una cruz a cuestas de un peso promedio de 100 kilogramos será lo más ligero del Vía Crucis que el próximo Viernes Santo padecerán, pues, en un recorrido de tres kilómetros soportarán también latigazos, caídas, ofensas y los intensos rayos de sol.
José Lucio Flores representará la vida Pasión y Muerte de Jesús en la 59 edición de “El Eterno Redentor” en la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas misma que está a cargo de su todavía fundador Eduardo Morales, conocido como “el doctor” en esa zona.
Luis Zamudio participa en la obra El Mártir de Gólgota que se trata de una de las más grandes en la junta auxiliar de San Felipe Hueyotlipan.
En obras por separado los jóvenes actores realizarán las representaciones, pero, comparten los mismos sentimientos al ser parte de estas obras, pues, es la primera vez que ambos interpretan el papel y están conscientes de la responsabilidad que tienen con los demás miembros de la compañía, familiares y espectadores.
Los dos, por separado, tuvieron preparación física con la asistencia al gimnasio, dietas, pérdida de peso, ejercicios de resistencia y también la espiritual y emocional, que aún no termina.
DE VERDUGO A SENTENCIADO
Este es el primer año que Lucio, de 35 años de edad, de oficio panadero, representa el papel de Jesucristo en “El Eterno Redentor”. Durante varios años interpretó al jefe de los masones, encargado de castigar y propinar una serie de golpes a quien, año tras años, interpretó la vida, Pasión y Muerte de Cristo dentro de esta puesta en escena.
El pasado Domingo de Ramos sintió los primeros estragos de estar del otros lado. Se convirtió en el golpeado y al terminar el primer día de actividades propio de la Semana Santa, terminó con una costilla rota.
En medio de nerviosas sonrisas sabe lo que el próximo viernes va a sufrir debajo de la corona de espinas y la cruz de alrededor de 100 kilos de peso, pero, se siente animado pues está seguro de que este papel es una oportunidad para ser mejor persona y de convertirse en un ejemplo para otros.
Las reglas en “El Eterno Redentor” son estrictas, no está permitido tener malos comportamientos sociales y espirituales, y esta es tan solo una advertencia antes de que sus participantes sean expulsados de la obra.
“Este es como un llamado para acercarme más a Dios. Aparentemente decimos todos que vamos a misa, pero eso es de dientes para afuera, y ahorita para mí es entrar de lleno a su vida, conocer toda su obra y aprender cosas que antes no sabía”, dijo.
ES UN LLAMADO PARA ACERCARME A DIOS
Luis tiene 21 años de edad y cursa el octavo semestre de estomatología en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Desde los 11 años de edad participa en la obra, sin embargo, esta es la primera ocasión que tiene el papel principal.
A pesar de su corta edad las emociones que lo embargan son muchas y encontradas. Está emocionado, pero también intrigado, siente que tiene una gran responsabilidad aunque sabe la fatiga que tendrá el próximo viernes santo no tiene miedo de lo que le podrías ocurrir.
Para él, haber obtenido el papel, representa un llamado para estar más cerca de Dios. A partir de que obtuvo esta responsabilidad se siente más comprometido espiritualmente para seguir las reglas de la Iglesia y sobre todo para ser mejor persona.
“Es un orgullo tener el papel, te dan ganas por el simple hecho del significado tan grande que encierra el papel como es el de Jesucristo. Lo que yo quiero es transmitirle a la gente más que otra cosa, ese cariño, esa entrega, al darnos su vida para salvarnos del pecado. Aparte tuve el apoyo de mis papás”, comentó.
Relató que en su familia es una tradición formar parte de esta obra pues su padre era un participante, por lo que para él es normal, conoce las escenas, los diálogos, las locaciones y la escenografía, asimismo, sabe la dificultad de representar el papel de Jesús.
Desde hace varios meses comenzó con una preparación física, emocional y espiritual para sacar adelante este papel. El Viernes Santo practicará el ayuno como una penitencia y confió en que el desgaste físico, la deshidratación e incluso la posible insolación no lo afecten y pueda concluir el recorrido sin complicaciones.
“Tengo mucho apoyo de mi familia, de mis amigos, dentro de la obra. Tengo fe en Dios en que todo va a salir bien y que vamos a terminar y espero y estoy seguro de que este no será el primer año, sino que sean otros dos o tres o los que sean necesarios”, comentó.
Se describió como una persona alegre, bromista, sincero, entregado, estudioso e inteligente, pero también nervioso, tímido e intimidante.
A simple vista ambos son solo dos actores, pero, su interior está lleno de emociones, de nervios pues no saben qué les depara el destino y aunque confían en hacer un buen papel están temerosos de que algo salga mal de último momento.