Durante el confinamiento, la salud mental no ha sido vista como una prioridad por parte de las autoridades, consideró Guadalupe Chávez Ortiz, directora del Departamento de Ciencias de la Salud de la IBERO Puebla, durante el encuentro “El cuerpo y sus expresiones en tiempos de Covid-19”.
“Se está dando atención para subsanar durante la contingencia, pero es importante que las autoridades e instituciones públicas y privadas piensen en un proceso de atención a nivel emocional”.
Aseguró que esta pandemia trajo, entre otros, afectaciones en la estabilidad psicoemocional, siendo los síntomas de ansiedad los que más han predominado. “Todas las personas requerirán atención psicoemocional, en específico, aquellas que se encuentran al frente de la emergencia sanitaria; quienes han perdido a seres queridos; los que han perdido sus empleos, y quienes han experimentado violencias”, compartió.
Ante este panorama consideró importante contar con programas de salud mental en las instituciones laborales y educativas. A la par sugirió el ejercicio de acompañamiento colectivo como una vía de catarsis que es responsabilidad de la sociedad en su conjunto.
“Los grupos de encuentro para compartir cómo hemos vivido la pandemia son importantes para que las personas se escuchen unas a otras y puedan trabajar, desde lo colectivo, sus propios procesos”, añadió.
Durante este encuentro también participó Ericka Escalante Izeta, coordinadora de la Maestría en Desarrollo Humano de la IBERO Puebla, quien destacó que el autoconocimiento es vital para el proceso de sanación debido a que la resiliencia se basa en la capacidad de conocernos a nosotros mismos y, actualmente, estamos ante un caso excepcional de trauma colectivo. “Cuando hay situaciones que otras personas ya han vivido se puede aprender de ese ejemplo. Aquí, todos hemos tenido que aprender qué hacer de manera individual y colectiva”, señaló.
Por ello, la académica recomienda el monitoreo permanente de las emociones. Cuando una condición negativa de cualquier tipo (ansiedad, depresión, aislamiento emocional, enojo, autolesiones, insomnio) prevalece más de dos semanas es pertinente acudir a un especialista.
APOYO EMPÁTICO E INTELIGENCIA COLECTIVA
Escalante Izeta admite que el miedo prolongado puede provocar que, cuando regresemos plenamente a la vida pública, observemos sociedades más violentas. Esto se ve reflejado en las agresiones al personal médico o los estigmas contra las personas que contrajeron la Covid-19. “Muchas de estas conductas pueden ser inconscientes, pues tienen que ver con los mecanismos de defensa de cada persona”, señala.
El temor está presente en la calle, pues llevamos meses existiendo en él. Por ello, la escucha activa jugará un papel clave en el proceso de sanación de las crisis emocionales. Esta actividad, evalúa Guadalupe Chávez, deberá llevarse a cabo en centro de trabajo, escuelas y espacios públicos. “Tenemos que pensar nuevas maneras de comunidad, apoyo empático e inteligencia colectiva”, destaca.
Es por ello que el Servicio de Orientación, Psicoterapia y Aprendizaje Significativo (OPTA) de la IBERO Puebla, es un espacio que ha trasladado sus labores de acompañamiento a la virtualidad con el fin de dar continuidad a los tratamientos y despejar inhibiciones propias del encuentro cara a cara.