Un grupo de restauranteros independientes exigieron al Gobierno del Estado y al Ayuntamiento de Puebla mayor coordinación para garantizar la reapertura de este sector, así como “piso parejo” contra los vendedores de comida ambulantes que siguen vendiendo en las calles sin ningún tipo de restricción.
Gabriel Bravo, del restaurante Bravo Sirloin, exigió canales de comunicación eficiente, pues consideró una burla que el gobierno estatal dejara abierta la posibilidad de abrir el pasado lunes 15 de junio y horas más tarde llegara el Ayuntamiento de Puebla a cerrar el servicio en mesa cuando muchos propietarios ya habían invertido en productos e insumos para aplicar las medidas de sanidad que exigen las autoridades sanitarias.
De igual forma pidió “piso parejo” para todos, pues lamentó que negocios informales que no pagan impuestos vendan comida en la calle sin que la autoridad haga algo para impedirlo.
“Los vendedores ambulantes y los vendedores clandestinos, no se vale, ahí si no es una petición, ahí sí es una exigencia, piso parejo para todos. Nos hemos topado con changarritos de la calle, en la clandestinidad de los mercados que están operando, que están recibiendo comensales en las sillas y en las mesas de sus locales...hicimos un reclamo a Protección Civil de un changarro particular que estaba recibiendo gente en la calle y nos dijeron que no pueden hacer nada, que no pueden tocarlos porque no les corresponde”.
Por su parte, Fernando Fikenthal, director del restaurante El Costeñito, resaltó la inversión que han realizado los restauranteros para tener una reapertura segura y apegada a lo que exigen las autoridades sanitarias y que en su caso asciende a 35 mil pesos.
“Yo por restaurante llevo entre 30 y 35 mil pesos, la verdad es que sí es un poco complicado, nosotros sí redujimos en algún momento la nómina, no se ha despedido a nadie, se les ha dado un apoyo, sin embargo, la nómina al 100 por ciento es imposible”.