Agustín busca trabajo desde hace más de un año. Con 65 añosde edad, cuando muchos de sus coetáneos se habían despedido parasiempre del mercado laboral, empezó a escudriñar los avisosclasificados, preguntar a conocidos y acudir a las ferias de empleocomo la que ayer se celebró en la Universidad Tecnológica dePuebla (UTP). “Busco en ventas, o en algún otro empleo de hotel,o lo que sea”. Se presenta con las canas peinadas hacia atrás yenfundado en un saco gris y camisa azul.
Cuando su labor como elemento de seguridad en un hotel finalizóen 2015, nunca pensó que sería tan difícil encontrar otraocupación.
“Estuve allí como cinco años y tengo experiencia de35 años más en ventas, en varias empresas, bienes raíces”,enumera sin soltar el maletín donde guarda varios folletos que haido recopilando en los stands de la feria.
Allí, en la quinta Feria Nacional de Empleo, 72 empresasexhiben mil 694 vacantes, con sueldos mensuales que oscilan entre 3mil y 18 mil 500 pesos. De estas ofertas, 110, equivalente a 6 porciento y son dirigidas específicamente a adultos mayores. “Buscocon prestación social, por la jubilación pero hay dificultad. Medicen mucho por el límite de edad, ésa es la gran dificultad paranosotros”, se queja. “Los más jóvenes no tienenresponsabilidades pero nosotros sí”.
Los años, hasta 51 vividos en Puebla, son para Rosario casi lode menos. Es licenciada por la Benemérita Universidad Autónoma dePuebla (BUAP) en Contaduría, que desde hace seis meses persiguealgo más estable que un empleo de media jornada, está convencidaque juega con desventaja en el mundo laboral sólo por ser mujer.Yo siento como que le dan más oportunidad alos hombres que a las mujeres”, lamenta. “Dicen que las mujerestendemos que atender a los hijos, a la familia y los hombres tienenmenos responsabilidad en cuanto a eso”. Aun así, Rosarioseguirá indagando entre las vacantes de administrativo o contadorpúblico, al menos hasta cotizar las semanas suficientes para poderjubilarse. “Voy a seguir buscando porque tengo experiencia,ahorita tomé un curso de actualización fiscal y mis años deuniversidad no los voy a dejar”, defiende.
“ES LA PRIMERA VEZ QUE VENGO, NO TENGOEMPLEO”
El 2.6 por ciento de los poblanos, como Rosario o Agustín,busca sin éxito, de acuerdo a cifras del Instituto Nacional deEstadística y Geografía (Inegi) actualizadas hasta el primertrimestre del año, un trabajo. Este porcentaje se traduce en másde 72 mil personas en el estado sin empleo.
Apolonio es una de ellas. Con “lo mínimo” de formaciónacadémica, encadenó desde los 20 años trabajos eventuales comoayudante general en el sector de la construcción hasta hace unosmeses. Más de tres décadas después de su primer cargo ningunaempresa le abre sus puertas. “Es la primera vez que vengo, notengo empleo”, reconoce. “Ahora está más complicado, de dondeyo vengo –el municipio de Teziutlán- es complicado, hay quesalirse, migrar”.
Uno de cada tres asistentes a la quinta Feria Nacional de Empleoencontrará, estimó el titular de la Secretaría estatal deTrabajo, Competitividad y Desarrollo Económico (Secotrade), MichelChaín Carrillo, una ocupación. En lo que vade administración del gobernador Tony Gali (…) hemos logradoaterrizar cuatro eventos presenciales de vinculación, cuatroferias de empleo como ésta en las cuales atendimos a poco más de6 mil personas y logramos que mil 960, al final de todo elreclutamiento, tengan un empleo”, recordó durante la ceremoniade inauguración. La mayor parte de las ofertas mostradas enla nueva edición de la feria se especializa en un primer empleo,sin requisito de experiencia y a tiempo parcial. Todos pasamos por esos apuros recién salidos de laescuela, cuando tienes 17 ó 18 años y vas a una empresa y tepiden experiencia. ¿Cómo voy a conseguir experiencia si tú no meestás dando la oportunidad?”, se preguntó el funcionarioestatal. “Estas mismas plazas están diseñadas con la lógica deno tener que estar ocho horas en el lugar de trabajo, sino que lesofrece la posibilidad de poder coordinar los estudios conactividades profesionales”. Recién licenciada enDesarrollo de Negocios, con el título aún sin tramitar, Lorenadesea un empleo más formal, que sustituya por fin a las prácticasque realiza en una empresa como auxiliar administrativo. “Apenasacabo de salir de la universidad”, suspira, mientras reparte sucurrículo entre los stands. “Hay mucha competencia, hay muchaspersonas buscando trabajo y además están los requisitos que lasempresas piden, pero luego lo que ofrecen no es lo ideal, consalarios muy bajos de repente”.
