Sin lugar a duda, uno de los acontecimientos que marcó la agenda estatal y en algunos casos nacional de la semana, fue la explosión que se registró en la localidad de San Pablo Xochimehuacan, en la ciudad de Puebla, en la que colapsaron decenas de viviendas.
Varias fueron las pérdidas durante la explosión, entre ellas decenas de viviendas colapsadas y desafortunadamente dos personas muertas, sin embargo, pudieron ser más, pero gracias a la coordinación y aviso de los propios vecinos de la zona y la intervención de las autoridades, federales, estatales y municipales, se evitó una catástrofe de mayores proporciones.
Entre los afectados también resultaron heridas diversas mascotas, principalmente perritos y gatos; algunos quedaron sepultados entre los escombros.
Por fortuna la fe se observó renovada cuando los propios vecinos y dueños de estas mascotas -que forman parte de sus familias-, evacuaron con algunas de sus cosas materiales y entre sus brazos a sus fieles compañeros.
No obstante, algunos no tuvieron la fortuna de ser rescatados por sus dueños, pero si por diversos cuerpos de rescate como lo fueron los bomberos de la Secretaría de Seguridad Pública del estado y municipal, además del Instituto del Bienestar Animal, que brindó las atenciones a los animalitos que así lo requirieron.
Por ello, además de la catástrofe se observó el amor que sus dueños mostraron por sus mascotas y el humanismo, dedicación y compromiso de los diversos cuerpos de rescate que acudieron a la zona cero.