Un fracaso resultó la estrategia del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta para contener el coronavirus en la entidad y lograr el regreso escalonado de actividades económicas, pues este lunes se suspendió por segunda vez consecutiva el retorno de sectores como la industria automotriz, construcción y minera, mientras en otros estados del país con las mismas características demográficas de Puebla reanudaron desde el pasado 1 de junio y mantienen una cifra más baja de casos positivos por Covid-19.
De los 50 decretos y acuerdos emitidos por el Gobierno del Estado durante la emergencia sanitaria, pocos contemplan sanciones en contra de la población que viole estas restricciones, como llevar al corralón a los vehículos que no respeten el “Hoy no Circula”, multas al transporte público que rebasara el 50 por ciento de su capacidad y multas económicas para los comercios que vendan alimentos preparados y bebidas en establecimientos fijos.
El resto de los acuerdos son en su mayoría ampliaciones de plazos para realizar trámites y la obligatoriedad de medidas de sanidad como uso de cubrebocas, gel anti bacterial y sana distancia que se recomienda desde el gobierno federal, pero sin ninguna sanción en contra de los ciudadanos que infringieron esta disposición y que tampoco respetaron el confinamiento.
Incluso, el gobierno estatal no acató sus propios decretos como el emitido el pasado 23 de marzo, en el que ordenó la suspensión de actividades en cines, bares, antros, centros de esparcimiento y centros deportivos, pues durante el periodo de contingencia parques estatales como el Parque Ecológico y el Parque del Arte permanecieron abiertos y se permitió el ingreso de personas que acudían a hacer deporte en distintas horas del día.
Además, el cumplimiento de los decretos no fue aplicado de forma equitativa con todos los sectores, pues mientras el sector restaurantero formal cerró sus puertas y se limitó a vender a través del servicio a domicilio, en tianguis y mercados siempre hubo gente consumiendo en sus mesas, e incluso, venta de bebidas alcohólicas abiertas en vía pública.
Esto se debe también a que el gobernador se limitó a informar que la instalación de tianguis estaba prohibida, aunque nunca hubo un decreto específico para formalizar esta restricción y la mayoría de estos espacios abrió con normalidad.
Una de las decisiones más polémicas fue la implementación temporal del programa “Hoy no Circula” para restringir la movilidad en el estado, sin embargo, el sector empresarial cuestionó esta medida con el argumento de que detonaría la demandad del transporte público, donde hay más posibilidad de contagio que en un vehículo particular.
Si bien hubo un exhorto dirigido al transporte público para que cuidara la sana distancia y no permitiera un cupo mayor al 50 por ciento en sus unidades, la realidad es que en horas pico se documentaron unidades con sobrecupo, que derivó en alrededor de 100 sanciones hasta inicios de junio, según reportó la Secretaría de Movilidad y Transporte.
ESTADOS PONEN EJEMPLO A PUEBLA
Los estados de Jalisco, Guanajuato y Querétaro son las tres entidades federativas que más similitudes tienen con Puebla en cuanto a número de población, densidad poblacional y la fecha en que se confirmó el primer caso de coronavirus en cada uno de sus territorios, sin embargo, Puebla es el que reporta el mayor número de casos confirmados de Covid-19 por una diferencia de entre 42 y 271 por ciento.
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De acuerdo con el último estudio intercensal del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) de 2015, Puebla tiene 6 millones 168 mil 883 habitantes; una densidad poblacional de 179.8 habitantes por kilómetro cuadrado; su primer caso de Covid-19 se confirmó el pasado 11 de marzo y hasta el corte del 11 de junio ya sumaba 4 mil 988 casos positivos, según el reporte del gobierno federal.
Guanajuato es el estado que más similitudes demográficas tiene con Puebla, pues si bien su población es ligeramente menor con 5 millones 853 mil 677 habitantes, tiene una densidad poblacional mayor con 191.3 habitantes por kilómetro cuadrado, con la diferencia de que su primer caso se confirmó el 15 de marzo y hasta el 11 de junio sumaba 3 mil 53 casos, casi 2 mil menos que en territorio poblano.
Jalisco tiene más habitantes que Puebla con 7 millones 844 mil 830, pero una densidad poblacional menor de 99.8 habitantes por kilómetro cuadrado y aunque su primer caso de Covid-19 se confirmó también el 11 de marzo,hasta el 11 de junio sumaba 3 mil 511, que representa 42 por ciento menos que la entidad poblana.
Finalmente, Querétaro tiene mucho menos población con 2 millones 38 mil 372 habitantes, sin embargo, por ser un estado más pequeño su densidad poblacional es similar a la de Puebla con 174.4 habitantes por kilómetro cuadrado y también confirmó su primer caso de coronavirus el pasado 11 de marzo, aunque al corte del 11 de junio solo llevaba un acumulado de mil 346 casos positivos que representa 272 por ciento menos que en el estado gobernado por Barbosa Huerta.
Pero la disparidad en número de casos positivos de Covid-19 no es la única diferencia de estos estados con Puebla, pues sus respectivos gobiernos tomaron medidas más radicales para el manejo de la pandemia.
Destaca el caso de Querétaro, que entre sus disposiciones determinó la aplicación de sanciones a personas con coronavirus que no acaten las indicaciones de aislamiento, además de multas económicas para los ciudadanos que sean sorprendidos en desplazamientos no esenciales.
El gobierno de Jalisco también implementó medidas más radicales, como fue la suspensión de vuelos provenientes de países y estados con cerco sanitario, implementación de puntos de sanidad en el ingreso de visitantes internacionales y la aplicación masiva de pruebas de coronavirus.
A diferencia de Puebla, en estos tres estados ya se inició con la reactivación económica de la industria automotriz, minera y de la construcción desde el pasado 1 de junio, conforme al calendario marcado por el Gobierno de la República.
DEL MOLE DE GUAJOLOTE A LOS POBRES INMUNES
El manejo de la pandemia en Puebla fue objeto de la crítica nacional debido a los comentarios que hizo el gobernador sobre el virus, desde que la cura se encontraba en un mole de guajolote, hasta que los pobres eran inmunes a contagiarse de Covid-19.
Fue el pasado 14 de marzo, cuando solo había cuatro casos de coronavirus en la entidad, cuando el mandatario ironizó sobre haber encontrado la cura: “me dijeron que la vacuna que ya se descubrió en contra del coronavirus es un plato de mole de guajolote”.
Dos días después, con nueve casos confirmados, el gobernador todavía hacía un llamado a salir a los lugares de diversión y esparcimiento: “es muy complicado que un país se cierre y es imposible que un estado, una entidad se detenga, así es que vamos a seguir yendo a los lugares de nuestra preferencia personal para divertirnos”.
La declaración de mayor escándalo llegó el 25 de marzo con 38 contagios confirmados, cuando dijo: “la mayoría son gente acomodada, eh, ¿si lo saben o no? Si ustedes son ricos tienen el riesgo, si ustedes son pobres no, los pobres estamos inmunes, sale”.
El discurso cambió conforme fue creciendo el número de casos y de defunciones, hasta llegar a un punto de confrontación con el gobierno federal y los ayuntamientos para que asuman sus responsabilidades en el combate a la pandemia.
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