El fuego guadalupano recorrió las principales calles e inmuebles religiosos de San Cristóbal Tepontla y San Diego Cuachayotla, comunidades de San Pedro Cholula, consideradas como expulsoras de migrantes.
En la iglesia de Tepontla, fue donde doña Rosa le pidió a la virgen de Guadalupe cuidar de sus tres hijos, que desde hace más de una década dejó de ver, porque se fueron en busca de mejores oportunidades de trabajo.
Cuenta que, durante ese tiempo, sólo uno vino a visitarla de “entrada por salida”, pero a los otros dos, sólo escucha su voz por las llamadas telefónicas que le realizan y los ve en fotografías que suben a las redes sociales.
Acompañada de sus hijas y nietas, expresó “le pedí a la virgen por mis hijos, le pido que los cuide, los proteja y los acompañe, y no sólo a ellos, sino a todos los demás que están como migrantes”.
La habitante de Tepontla, dijo tener fe en la Morenita del Tepeyac y además le pidió que los llene de salud y más por la pandemia del Covid-19, que azota al mundo con los brotes de coronavirus.
Como doña Rosa, fueron menos de cincuenta habitantes de esta junta auxiliar, quienes se dieron cita en este inmueble religioso, que también sigue mostrando, desde el año 2017, una parte de su estructura sin reconstruir al sufrir daños por el sismo ocurrido en ese entonces.
Es importante mencionar que luego de un pequeño convivio, los devotos de esta caravana que tiene como objetivo llegar el día 12 de diciembre a la Iglesia de San Patricio, Nueva York, visitaron la comunidad de San Diego Cuachayotla y finalmente pararon el peregrinar en el municipio de Nealtican.
“Nosotros tenemos fe en nuestra virgen de Guadalupe, es la madre de todos los católicos y en Tepontla creemos en ella, y sabemos que cuidara a nuestros familiares”, externó otro vecino, de nombre, Daniel Zacatzontle, quien además indicó ser uno de los organizadores del recorrido.