Huixcolotla, conocida por ser la cuna del arte en papel picado, comparte su creatividad con todo México e incluso con otros países, mediante esta artesanía en la que se plasma una de las tradiciones más importantes de la tierra azteca: el Día de Muertos.
Esta población ubicada en la parte central del estado de Puebla, preserva la tradición con especial respeto y, parte esencial, son los coloridos adornos de papel picado en los que La Catrina y las calaveritas son las figuras más representativas con la que se cala el papel.
San Salvador Huixcolotla es el municipio más pequeño del estado con poco más de 12 mil habitantes, de los cuales, al menos el 35 por ciento se dedica a esta actividad que cautiva miradas de propios y extraños por el folclore que emana la artesanía y con la que también, se engalanan las calles, casas e iglesias durante las fiestas patronales más importantes de cualquier rincón de México.
Para lograr un trabajo de calidad se requiere paciencia y mucha habilidad en las manos debido a la precisión que se requiere a la hora de calar el delgado y frágil papel.
La materia prima evidentemente es el papel de China. Las herramientas básicas para realizar el corte son cinceles, martillo y una planchuela de plomo que sirve como base para colocar el material.
El procedimiento inicia con un fajo de 100 pliegos de papel que se engrapan por las cuatro esquinas para poder fijarlas. Sobre este paquete se coloca el diseño que será calado con los cinceles -ya sean de punta redonda o plana según lo requiera la figura-. Posteriormente se elimina el excedente del papel para descubrir poco a poco la obra artesanal en las que incluso los artesanos graban algunos pasajes prehispánicos de la muerte.
El tiempo que se requiere para lograr las figuras varía dependiendo el tamaño y complejidad del diseño. Para conseguir un millar de una Catrina tradicional se invierte de 20 a 40 minutos.
Quienes se dedican a esta actividad comentan que esta colorida decoración tiene su origen en la época prehispánica, donde las culturas de Mesoamérica utilizaban el papel amate para realizar ofrendas a sus dioses en los templos, papel que posteriormente fue cambiando hasta llegar al papel de China.
La regidora de Turismo del Municipio de Huixcolotla, María Martha Carrera Morales, comenta que los pioneros del papel picado compartieron sus conocimientos de generación en generación logrando que a la fecha haya una importante cantidad de artesanos que se dedican a esta actividad y tres grandes negocios administrados por originarios de la entidad: La Estrella, ArteMex y Patiño Papel Picado.
Estas han logrado que parte de sus creaciones en papel picado y figuras plegables sean exportadas al extranjero como Chicago, McAllen, Texas, Canadá y Alemania.
Patiño Papel Picado, una de las casas productoras más importantes nació en un pequeño cuarto de la casa de los propietarios, el señor Javier Patiño Pérez y la señora Rosalba Alcántara Campos. Hoy, cuentan con dos tiendas en la región y en la temporada de Día de Muertos -que es de las más importantes para la venta-, llegan a producir más de 7 toneladas de papel picado, misma que empiezan a trabajar desde enero para poder sacar la producción a tiempo.
Este negocio familiar lleva 25 años ofreciendo a los propios pobladores y empresas de otros estados, el talento artesanal que surge de manos poblanas quienes se sienten honrados de ser los creadores de un producto catalogado como Patrimonio Cultural Poblano y que incluso, en películas como El Libro de la Vida y Coco -que abordan la tradición del Día de Muertos- se incluye de manera significativa este elemento característico de la temporada.
El señor Javier Patiño recuerda que las primeras figuras que se calaban en el papel evocaban a elementos religiosos como angelitos, santos, cruces e iglesias, posteriormente incluyeron figuras de tradiciones como la charrería, el 15 de septiembre y la Navidad.
Con el paso del tiempo, se han abierto a las necesidades del público quienes piden que se grabe su logo o una figura especial para algún evento, sin embargo, asegura que los diseños que más disfrutan hacer y de los que se sienten orgullosos son aquellos en los que se plasman las raíces de México como los son los diseños de la cultura azteca.
La familia Patiño, además de sentirse honrada de compartir esta tradición, se alegra de saber que los poblanos son los principales consumidores del papel, con lo que se refuerza una tradición que da color y vida a cualquier lugar.
