Los personajes que a lo largo de su carrera ha interpretado el actor estadounidense Johnny Depp son la inspiración de Juan Carlos López Garay, a quien es fácil reconocer por su maquillaje de El Sombrerero de la novela de Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas, y siempre se ubica en contra esquina del zócalo capitalino en la calle 5 de Mayo y Reforma.
Un maquillaje perfectamente detallado que se caracteriza por los detalles de los rasgos, es la principal particularidad de este artista y el éxito de sus personajes. Su preparación tarda hasta dos horas previas a salir a la calle a interpretar su protagonista del día.
Juan Carlos es un artista urbano pues está disponible para retratarse con todas aquellas personas que se lo soliciten a cambio de una cooperación voluntaria. Ha trabajado alrededor de 12 años con caracterizaciones.
Pero, el Sombrerero Loco no es el único que interpreta, toda vez que dentro de su armario también están el Joven Manos de Tijera de la película homónima y el Capitán Jack Sparrow de la cinta Los Piratas del Caribe o El Grinch y un Avatar, pero su favorito es éste.
“Yo inicié como estatua viviente en la Ciudad de México, de ahí fue interesándome más la caracterización. Siempre quise como maquillarme y hacer efectos especiales, estudié un poco y sobre eso fue como comencé con la caracterización y con los personajes”.
Desde hace seis años se apasionó con los personajes que interpreta Johnny Depp, lo que le ha costado mucho trabajo, pues la caracterización es muy difícil, especialmente por los detalles y aunque inicialmente no tomó un curso se fue especializando con el paso del tiempo.
Cuando la gente se acerca a él se dice sorprendida por el parecido con el actor, sin embargo, Juan Carlos aseguró que no se parece para nada al también músico y productor estadounidense, por lo que se dice halagado cada vez que alguien le hace un comentario relacionado con los detalles de su maquillaje.
Con el paso del tiempo ha ido cambiando la respuesta de la gente con su trabajo, pues al principio no era tan similar al personaje y los rasgos no eran tan exactos, por lo que el público lo catalogaba como “uno más” lo cual fue un motivante para ser mejor.