Hace 19 años Luis Enrique Torres conoció a su esposo Omar con quien lleva cinco años de casado cuyo matrimonio consumaron en la Ciudad de México debido a que en Puebla las uniones entre personas del mismo sexo no están permitidas en el Código Civil del Estado.
Para Luis Enrique de 50 años, quien estudia psicología, perpetuar la especie ya es un tema caduco porque en la comunidad LGBTTTI ya son más personas que aportan a la sociedad, pagan impuestos y tienen seguridad social, por lo que resulta más sencillo que el matrimonio sea mayormente aceptado que el movimiento feminista que lucha por la legalización del aborto.
El matrimonio entre Luis Enrique y Omar fue posible gracias al apoyo de organizaciones gay en Puebla que aportaron el 80 por ciento del dinero que se requirió para la ceremonia a la que acudieron familiares, amigos y compañeros de trabajo.
Que la mayoría de los diputados del Congreso local se resista a reformar el artículo 294 del Código Civil para permitir el matrimonio igualitario, es para Luis una irresponsabilidad, porque la homosexualidad se encuentra en todos lados, puede ser tu hermano, primo, tío o papá, cuya historia en ocasiones termina en un asesinato por razones de género.
“Esta desesperación de vivir en el anonimato, en las sombras como si fuera un pecado, que así es como te lo venden, pero yo no lo veo así, simplemente es una elección. En Puebla estamos en pañales, cuando fueron las elecciones (los diputados) hasta banderas de la comunidad LGBT portaban y finalmente son los que votan en contra, se tienen que atrever a tocar los temas”, dijo.
UNA DE CADA DIEZ PERSONAS ES HOMOSEXUAL
Las estadísticas de Luis Enrique son que, una de cada 10 personas es homosexual, lo que significa que el 10 por ciento de la población es gay o lesbiana, de ahí que exista molestia entre la comunidad LGBTTTI hacia los diputados de la LX legislatura que en la campaña de 2018 pidieron el voto y se comprometieron a generar un cambio verdadero.
Como miembro de la población lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual, el hombre de 50 años cuenta que a los 25 supo que era gay mientras hojeaba una revista y le llamaba la atención el galán y no la chica y cuando su padre le preguntó ¿Está bien bonita ¿no? Y él respondió que sí porque sabía que estaba mal ser homosexual.
“Es un simple papeleo, es una votación, en Puebla no es legal, yo me fui a casar a México. Dejé de trabajar en Volkswagen a los 50 y ahorita estoy estudiando psicología porque me interesa mucho mi semejante, Omar me dio el seguro social y no hubo ningún problema, pedimos los derechos en el IMSS en Puebla y fluyó perfecto, me registraron”, afirma.
La experiencia de Luis Enrique le permite asegurar que las relaciones de personas del mismo sexo que se aman, pueden ser tan aburridas o divertidas como cualquier otra, pero lo importante es cómo resuelven los problemas y la madurez sexual de la persona.
SE PREVÉN DIVORCIOS CON MATRIMONIOS IGUALITARIOS
Una vez que la ley local permita los matrimonios igualitarios sin necesidad de tramitar un juicio de amparo, el estudiante de psicología prevé que también haya divorcios como cualquier pareja heterosexual, pero serían más notorios al principio.
“Dennos chance de ponernos a mano y a la par de todos los demás ciudadanos de Puebla para poder experimentar y unirnos en matrimonio y ser miembros de la sociedad, productivos, que aportan”, dijo Luis Enrique al recordar lo importante que es dejar testamento por si alguno de los dos muere, ya que la ley actual tiene vacíos legales.
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