Opiniones encontradas generaron las jaulas para los coches en las unidades habitacionales, mientras que algunos vecinos consideran que estos espacios deberían de estar regulados, otros creen que son necesarios para que sus vehículos no sean robados.
En un recorrido realizado por este medio, los vecinos de unidades habitacionales dieron a conocer que durante esta contingencia sanitaria, se intensificaron las diferencias por los lugares de estacionamientos y por el abandono de jaulas.
En estos últimos meses, los vecinos han notado que varias jaulas están en mal estado, lo que ha derivado en ratas, así como maleza; en suma, creen que genera una mala imagen urbana.
En la Unidad Habitacional de Agua Santa, el señor Óscar Paz, quien es taxista compartió que los vecinos optaron por poner rejas a sus espacios de estacionamiento, ya que, los robos de autopartes eran “el pan de cada día”. Cada reja salió de su bolsillo y los comités de vecinos no les pidieron que fuera de un modelo en específico, es por ello, que algunas son de alambres, otras de láminas y en algunos espacios solo han colocado cadenas.
El señor Alfonso González, dijo que con lo anterior, creyeron que esto solucionaría el problema de los robos, pero en las madrugadas, los ladrones siguieron entrando a estos sitios, las rompían o por la parte de abajo ingresaban para robarse partes del vehículo. Hubo casos en donde se robaron el coche completo.
Alejandra Bravo comentó que ella tiene una estética en Agua Santa y considera que estas jaulas no han servido para disminuir los atracos. En suma, cree que los colonos han sido omisos en el mantenimiento de estos espacios y frecuentemente se pueden ver con pasto y con excremento de perros. Por esta situación, optó por ya no vivir esta zona y solo acude a trabajar, principalmente para evitar conflictos con los colindantes.
En Loma Bella se enfrentan a una situación similar, ya que la inseguridad hizo que los vecinos colocaran jaulas de mallas ciclónicas para cuidar sus automóviles. Al igual que en la Unidad Habitacional antes mencionada, los conflictos nacen porque algunos vecinos ocupan más espacio del que tienen permitido y porque no les dan mantenimiento.
Asimismo, creen que ya nadie regula la instalación de estos artefactos y por tal motivo, ya hay más de 3 por familia, cuando cada una debería de tener solo uno o dos máximo.
En La Margarita ocurre lo mismo, no en todo el conjunto de casas hay jaulas, pero en los espacios que sí hay, los ciudadanos compartieron que ya no hay control; incluso algunos espacios de este tipo ya son rentados para que se pongan negocios o para que los utilicen como bodegas.
Agregaron que varios están olvidados, pues sus dueños se cambiaron de domicilio y no hay nadie que les de mantenimiento.
En la Unidad Habitacional de San Bartolo no hay jaulas de este tipo, pero aquí los vecinos se enfrentan a otro problema, debido a que la contingencia sanitaria hizo que los automóviles parqueados aumentaran y ya no hay espacio suficiente para estacionar los carros.
“Muchos vecinos ya no salen a trabajar o a la escuela, entonces ya hay muchos coches estacionados y los que no tenemos cocheras tenemos que andar buscando en dónde estacionar nuestros vehículos, pero no ha llegado a una confrontación, es una inconformidad, pero suponemos que son los estragos de la pandemia”, opinó una vecina que prefirió no dar su nombre.