El volcán Popocatépetl se ha convertido en un compañero y hasta una deidad para los pobladores de la Magdalena Yancuitlalpan, Guadalupe Cuilotepec y San Pedro Benito Juárez, tres comunidades cercanas al coloso. Las dos primeras están ubicadas en Tochimilco y la restante pertenece a Atlixco. Sin embargo, aunque se encuentran en un lugar atractivo por el paisaje, no cuentan con los protocolos de evacuación para sobrevivir en caso de un siniestro, por lo que los habitantes se consideran como la cara del volcán que ha quedado olvidada.
Falta de señalética, vialidades angostas, nula construcción de puentes y ninguna preparación con simulacros para saber cómo evacuar en caso de un estallido importante del volcán son los principales factores que aquejan a los ciudadanos.
El recorrido hacia estas demarcaciones se vuelve una imagen que pueden disfrutar los turistas, pues la naturaleza es la protagonista de las vistas. No obstante, los colonos que ya se han acostumbrado a la presencia del volcán son quienes conocen las problemáticas a las que se enfrentan.
Una de las últimas demarcaciones en Puebla que se encuentra cerca de “Don Goyo”, como se le conoce coloquialmente, es Guadalupe Cuilotepec, una Inspectoría en el municipio de Tochimilco, la cual apenas cuenta con 600 habitantes, según los datos de las autoridades locales. Ahí no solo carecen de algunos servicios indispensables como acceso a la salud, sino que también de la señalética de evacuación, así como de la información para realizarla si se requiere.
El Sol de Puebla acudió a este lugar y platicó con los habitantes, quienes coincidieron que hace falta más atención de las autoridades a esta localidad, ya que solo de repente llegan indicaciones de Protección Civil municipal, pero no del estado.
Julián Guzmán Ramírez, inspector de Guadalupe Cuilotepec, aseveró que la ruta de evacuación que hay no es buena, ya que al pertenecer a la última comunidad, tiene que pasar por otras demarcaciones, como Santa Catarina Tepanapa, San Martín Zacatempa y Santiago Tochimizolco, lo que es tardado y poco seguro.
“Para pasar los tres pueblos sería como una hora, dependiendo que no haya ningún contratiempo. Prácticamente en partes está reducido, entonces mientras unos van y unos vienen ahí se hace el embotellamiento”, expuso.
Agregó que tampoco hay señalética desde hace aproximadamente ocho años, lo que a los habitantes les dificultará la salida en caso de que sea necesario partir de emergencia. Añadió que desde diciembre hasta la fecha el coloso ha tenido más actividad, pues a toda hora se puede observar desde pequeñas fumarolas hasta un estallido mayor, el cual es más recurrente en las madrugadas.
Debido a la oscuridad, el color rojo del material incandescente se vuelve más visible, aunque son pocas veces las que las autoridades dan a conocer dicha actividad, pues hay momentos en que incluso los vecinos tampoco lo notan.
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“En estos últimos meses ha estado un poquito activo (el volcán), más que nada en las madrugadas es cuando se ve más intensamente la actividad, no es diario, pero sí está sacando ceniza, en las madrugadas saca producto incandescente, lumbre y piedras con lumbre”, externó.
Carecen de puentes que acorten la distancia
En La Magdalena Yancuitlalpan la situación es parecida, ya que a decir de la presidenta auxiliar, Patricia de la Vega Altamirano, ahí no cuentan con puentes que ayuden a conectarlos con otras comunidades y con eso poder llegar a la ruta de evacuación, lo cual hace difícil la salida en caso de una erupción.
Detalló que lo que busca es que Tochimilco y su comunidad se encuentren cercanos para que los pobladores vayan a Izúcar de Matamoros, el cual es el punto estratégico que les corresponde en caso de un incidente.
“Cada vez que veo que hay un domo (de lava), me siento impotente por mi comunidad, porque no sé cómo vamos a salir, y es que ya sabemos que no lo vamos a poder hacer (...) Se aprende a vivir con el volcán, pero me da miedo cómo salir”, subrayó.
Lo que se requiere son tres puentes de al menos 200 metros de largo para que crucen los vehículos y acortar el trayecto, para que no se dificulte el paso por la superficie boscosa e irregular.
Pese a que ha pedido apoyo por parte del gobierno del estado y hasta de la administración federal, dijo que no ha obtenido respuesta favorable. Inclusive Protección Civil Estatal le ha mencionado que no es necesario, sin embargo, como habitante de la zona, opinó que es todo lo contrario, ya que la comunidad que gobierna se encuentra entre cerros, lo que no dejaría salir con vida a todos los habitantes.
Indicó que son 4 mil 181 habitantes los que quedarían entre las rocas que arroje el coloso, puesto que aun cuando se haya trazado un mapa, no es viable utilizarlo como ruta de salida debido a que no hay condiciones para eso.
Advirtió que esta situación es una bomba de tiempo, ya que en cualquier momento el Popocatépetl podría hacer una fuerte explosión, de la cual sus habitantes no podrán escapar.
“Ya he pedido puentes, ya fui hasta Palacio Nacional, en Puebla me dijeron que posiblemente nos darían solución, pero Protección Civil me dice que no es necesario. Pero ¿cómo no va a ser necesario?, si las calles son estrechas, no hay espacio. Si el volcán no nos aplasta, nosotros mismos lo vamos a hacer cuando intentemos salir”, manifestó.
No hay alarmas y se desconocen los protocolos
La problemática se incrementa en las tres comunidades debido a que no cuentan con alarmas o sirenas que alerten a la población en el momento que deban evacuar, pues la única manera de avisar es a través de bocinas o la campana de la iglesia principal.
Sin embargo, en San Pedro Benito Juárez, junta auxiliar de Atlixco, ya no cuentan con la herramienta para informar a la gente, pues el sismo de septiembre de 2017 provocó graves daños a la estructura de la iglesia, por lo que inhabilitaron la campana.
A más de cinco años ésta no ha podido ser reparada y el ayuntamiento colocó una bocina en la presidencia, pero el sonido se distorsiona con el viento, por lo que no es muy eficaz.
A esto se suma que los pobladores de estas demarcaciones no conocen con certeza cuáles son los protocolos para evacuar, ya sea porque no hay simulacros o porque nunca les ha tocado una situación como esa.
Ali Bautista, una de las vecinas de Guadalupe Cuilotepec, platicó que en comparación con otras comunidades, como Xaliztzintla y San Nicolás de los Ranchos, entre otras que están en la otra cara del coloso, a la que se llega por Cholula y Calpan, sí cuentan con protocolos eficaces para evacuar, los cuales no existen en esta comunidad.
Otra de las cosas que explicó fue que la gente se ha confiado tanto que piensa que no va a pasar nada con el volcán, pero esto también juega en contra, ya que en caso de salir de sus casas, no tienen la cultura de esperar a las autoridades o saber qué hacer.
“Aquí la vida sigue y no se detiene para nada, la gente sigue trabajando en su campo, sigue trabajando en la montaña. De este lado nos vamos quedando muy atrás, por lo mismo, yo siempre he creído que somos comunidades muy pequeñitas y no nos prestan la atención (...) En el área de Xalitzintla he escuchado que tienen unas sirenas, suenan, están previniendo algo, aquí no tenemos nada de eso ”, manifestó.
Por su parte, Verónica Flores, habitante de San Pedro Benito Juárez, recordó que desde hace más de 20 años no han sido evacuados y en caso de que se registre una fuerte explosión, no dejarían su patrimonio, pues los vecinos temen que todo se pierda.
Añadió que este es uno de los lugares en los que sí hay visitas de Protección Civil y la Guardia Nacional, pero la cultura de la gente es la que se niega en ocasiones a seguir las indicaciones.
Registran problemas estomacales en La Magdalena
Si bien no sufren de enfermedades pulmonares debido a la ceniza que cae, sí se tiene registro de que en La Magdalena Yancuitlalpan hay casos de diarrea debido al agua que consumen, pues a decir de la presidenta y encargada de la clínica de Salud, Patricia de la Vega Altamirano, los ciudadanos acuden por dolores estomacales, los cuales se generan por el agua con azufre que baja del coloso.
Aunque no dio una cifra de cuántos casos se registraron tan solo el año pasado, sí sostuvo que han sido más de 50 pacientes, pero mencionó que es un número mayor, solo que los vecinos no van al médico y por tanto no se tienen los registros exactos.
De igual forma, relató que de manera particular hace un tiempo algunos animales enfermaron y otros pobladores adquirieron una tos crónica, la cual es similar al asma, pero por falta de análisis de laboratorio se desconoce la causa exacta.
“Hasta tuvimos un caballo que murió en el campo por comerse el zacate seco, a lo mejor mi gente no quiere ver que se están afectando, pero a la larga sí les hace daño porque les da un tipo de asma”, enunció.
En tanto, Alfredo Catenco Rodríguez, jefe de Protección Civil de Tochimilco, comentó que la ceniza no es algún factor que pueda ocasionar enfermedades, ya que al ser liviana se la lleva el viento, pero en caso de que la actividad del volcán sea más grotesca es complicado que los vecinos utilicen alguna de las medidas de protección como el uso de cubrebocas y gafas, pues la agricultura es una de las principales fuentes económicas. Por las altas temperaturas hacen caso omiso de estas recomendaciones y se vuelven vulnerables.
“Hasta ahorita no hemos tenido reporte de alguna persona a la que se le compliquen las vías respiratorias por la caída de ceniza. Nosotros no hemos tenido mucha intensidad, porque el aire la vuela”, comentó.
Mientras tanto, Víctor Manuel Caballero Solano, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), advirtió que entre más cerca esté una comunidad del volcán, más peligro corre.
Expuso que no solo es la ceniza, sino los gases volcánicos los que pueden generar daños a la salud, pues al inhalar dióxido de azufre y ácido sulfúrico se puede generar afectaciones a los pulmones, lo que desencadenaría la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Sugirió que se lleve a cabo un análisis por parte de las autoridades de salud para conocer los alcances del comportamiento del volcán Popocatépetl entre los ciudadanos, pues deben recabar datos históricos para determinar si existe un daño o no el vivir cerca del coloso y eso es algo que está pendiente.
“Es motivo de estudio, lo que planteo es una reflexión teórica, pero no tenemos información. Desconozco si hay algún estudio, lo que planteo es algo que podría suceder, pero se debe investigar”, alertó.
El Sol de Puebla solicitó una postura por parte de la Secretaría de Salud del gobierno del estado y de Protección Civil respecto a este tema, sin que hiera respuesta de ninguna de las dos.
