/ miércoles 15 de junio de 2022

La pepena, el trabajo con peores condiciones laborales en Puebla

Los pepenadores son uno de los grupos que han sido ignorados por la sociedad, las autoridades y las asociaciones civiles

De manera histórica, la recolección de materiales reciclables provenientes de la basura ha sido una alternativa para que las personas con menos oportunidades de encontrar un empleo puedan generar dinero, sin embargo, esta actividad es considerada como el trabajo con las peores condiciones laborales en el estado de Puebla.

Este oficio es catalogado de esta manera, debido a que los pepenadores, como son conocidos socialmente, se enfrentan día a día a largas jornadas de trabajo, perciben bajos ingresos, no tienen prestaciones y, por si fuera poco, ponen en riesgo su integridad física debido a la inseguridad y a las enfermedades que pueden atraer de los desechos.

Haciendo un análisis más profundo en la vida de estas personas, también se puede saber que este trabajo tampoco les permite adquirir una vivienda digna, y mucho menos llevar a sus hogares el alimento suficiente para poder tener una buena calidad de vida, por lo que este sector de la población no vive, sino sobrevive.

Pese a que estos problemas son muy notorios a simple vista, la realidad es que han sido ignorados por la sociedad, las autoridades de gobierno y las asociaciones civiles.

A decir de Dulce María Pérez Torres, socióloga de la Facultad de Psicología de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), hasta el momento nadie ha hecho nada para mejorar las condiciones de los pepenadores, pese a que su labor ofrece muchos beneficios al medio ambiente.

“Este trabajo genera pobreza en todos los sentidos y desde donde se quiera ver, pero nadie hace nada por ellos. Han sido olvidados y es muy doloroso y triste verlos en esas condiciones. Los pepenadores nos piden a gritos una ayuda humanitaria para salir adelante”, expresa.

Sin protección o seguridad alguna los recolectores se enfrentan a enfermedades al buscar en la basura. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

LUCILA, RENÉ Y EMMANUEL CUENTAN CÓMO ES VIVIR DEL RECICLAJE

Lucila, de 61 años de edad, es originaria del municipio de San Pedro Cholula y cuenta que se dedica al reciclaje desde que tenía 51 años debido a que no tuvo otra opción para generar ingresos.

La mujer explica que en esta actividad los principales materiales que se recolectan de la basura son cartón, botellas de plástico, latas, papel, vidrio, madera y hasta pilas.

Las jornadas de trabajo que realizan son de lunes a domingo y pueden alcanzar hasta 12 horas al día, ya que inician a las 6 de la mañana y terminan a las 10 de la mañana; posteriormente vuelven a las calles, de las 7 de la noche a las 3 de la madrugada.

“Yo llevo en esto 11 años y tomé la decisión de este trabajo debido a que no había dinero en casa porque no me dieron otro tipo de empleo. Aquí trabajamos mucho porque debemos recorrer la gran parte del municipio”, reconoce.

Por su parte, René González, de 43 años, que labora en San Andrés Cholula, detalla que el ingreso diario promedio de los pepenadores apenas es de entre 100 y 150 pesos, lo que vendría siendo de 3 mil a 4 mil 500 pesos mensuales.

“La verdad no tengo estudios y no me daban trabajo, por eso se me ocurrió entrar a este oficio. El dinero que ganamos es muy poco, si tomamos en cuenta todo el esfuerzo y riesgos por los que debemos atravesar”, manifiesta.

Hablando de los peligros que conlleva esta labor, Emmanuel Percino, de 18 años de edad, relata desde San Pedro Cholula que los principales riesgos son la inseguridad y las enfermedades que pueden adquirir de la basura.

Sobre el tema de inseguridad, expone que deben recorrer las calles a altas horas de la noche, donde en varias ocasiones son asaltados y despojados de sus pertenencias como teléfonos, dinero y hasta de sus triciclos, donde trasladan los materiales que recolectan.

En el tema de enfermedades, se da a conocer que a la hora de separar la basura son vulnerables a contraer padecimientos leves o mortales como la hepatitis, cáncer, tifoidea, VIH, problemas de la piel e intestinales.

Esto, debido a que ingresan a los contenedores donde se depositan los desechos o meten las manos a las bolsas de basura sin ningún tipo de cuidado y protección, como guantes, gafas o mascarillas.

Al no tener estos elementos preventivos, ellos están en contacto directo con infinidad de elementos infecciosos como pulgas, hongos, bacterias y roedores que pueden provocarles algunos de los padecimientos mencionados.

Además, durante su búsqueda de productos reciclables, se pueden lastimar o picar con artículos como agujas o vidrios rotos que fueron tirados irresponsablemente a la basura y pueden estar infectados con el virus del VIH o hepatitis.

La falta de dinero es otro elemento que los orilla a dañar inconscientemente su salud, ya que, en busca de alimentarse, llegan a consumir productos caducados que se encuentran en la basura.

“Sabemos a lo que nos arriesgamos, pero debemos trabajar porque no queda de otra. En mi caso debo llevar dinero para mi esposa e hija (…) A mí me ha llegado a pasar que me asalten porque ando en las noches, y también me he enfermado debido a que busco en todos los montones de basura”, señala.

La inseguridad es otro de los problemas que enfrentan al ser despojados de sus cosas e incluso de sus herramientas de trabajo. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

¿CÓMO GENERAN INGRESOS?

La recolección de materiales reciclables provenientes de la basura apenas es el inicio de la actividad de los pepenadores, ya que para generar ingresos deben llevar esos productos a los centros de acopio o recicladoras.

A través de un recorrido realizado por esta casa editorial, se pudo saber que este tipo de lugares compran los productos por kilo y el precio cambia dependiendo del tipo de material y de acuerdo con su importancia.

Adolfo Cocone Juárez, dueño de la recicladora Cocone, ubicada en el barrio de San Matías Cocoyotla, en San Pedro Cholula, da a conocer que actualmente el kilo de vidrio se compra en 50 centavos; el cartón, en 3.70 pesos; la lata, en 6 pesos, el fierro, en 7.50 pesos; el plástico, en 13 pesos, el bronce, en 70 pesos, y el cobre en 130 pesos.

Ante esto, comenta que los pepenadores que menos dinero se llevan son 60 pesos al día, mientras que hay muy pocas personas que pueden recibir de 200 a 300 pesos.

“Aquí llegamos a recibir hasta 3 toneladas diarias de todos los productos, donde destaca el papel, cartón y plástico. Posteriormente nosotros lo llevamos a su lugar final que son las empresas grandes (…) Aquí tratamos de darle precios competitivos a los pepenadores, pero también sabemos que no es suficiente para muchos porque esto es su única fuente de ingreso”, detalla.

Por su parte, José Luis González, encargado de la recicladora Elizabeth en Puebla capital, reconoce que lamentablemente ellos no pueden ofrecerles un mejor pago a los pepenadores, ya que el costo se basa de acuerdo a lo que estipulan las grandes empresas que adquieren los materiales para transformarlos y reutilizarlos.

En este sentido, declara que los centros de acopio apenas generan una ganancia de un peso por cada kilo que compran a los pepenadores, es decir, si adquieren un kilo de plástico en 13 pesos, ellos lo venden a las empresas transformadoras en 14 pesos.

“La realidad es que los precios de estos materiales lo estipulan las empresas, pues lo compran barato y nosotros solo le ganamos un peso, por eso no podemos darles una mejor paga a los pepenadores, ya que nosotros también tenemos gastos que cubrir como permisos, sueldos y gasolina”, expone.

Son bajos ingresos los lleva a difíciles y largas jornadas de trabajo. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

¿QUÉ LOS LLEVÓ A TRABAJAR COMO PEPENADORES?

Juan Alberto Vázquez Muñoz, profesor de la facultad de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), da a conocer que estas personas toman la decisión de autoemplearse como pepenadores, así como en otros trabajos informales, debido a la falta de oportunidades, las cuales se presentan ya que en el país y en el estado de Puebla existe un modelo económico capitalista que no les ofrece mejores oportunidades.

Es decir, que las fuentes de empleo vienen en su mayoría de las empresas privadas, lo que deja a los menos preparados sin oportunidad de ingresar al mundo laboral formal.

Esto también es resultado de que el gobierno federal, el estatal y los municipales no son capaces de generar las suficientes fuentes de empleo para apoyar a la población más vulnerable.

“Un modelo económico capitalista genera una desigualdad tremenda. Como ejemplo puedo decir que hay personas con un poder adquisitivo alto, mientras que otras están en la pobreza total (…) Aquí en Puebla, como en todo el país, la mayor cantidad de empleos los otorgan las empresas privadas, y el gobierno no ha hecho nada para generar otras fuentes de ingreso para las familias con menos oportunidades, por lo que no queda otra opción más que dedicarse a actividades informales, como la pepena”, concluye.

La falta de oportunidades llevó a la mayoría a emprender esta labor en la informalidad. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

FORMAS DE AYUDARLOS

A fin de apoyar a las personas que viven de recoger los desechos de la basura, Anselmo Chávez Capó, investigador en Administración Financiera y Bursátil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), da a conocer una serie de propuestas para el beneficio de este sector.

En primer lugar, explica que es necesario que las autoridades gubernamentales generen inversiones para hacer crecer su economía, lo que dará como resultado la generación de empleos formales y sacará del sector informal a estas personas.

Mientras llega ese momento, detalla que es importante que el gobierno y las organizaciones civiles generen estrategias de apoyo como programas de subsidio económico, educación, capacitación, acceso a seguridad social y a servicios públicos.

Por su parte, la sociedad y las empresas deben aprender a separar la basura antes de tirarla, por un lado, lo reciclable, y por el otro, lo no reciclable, lo que facilitará el trabajo de los pepenadores y reducirá el riesgo de enfermedades.

“Es tiempo de comenzar a hacer algo por ellos, y esta serie de propuestas serían un buen comienzo, pero se necesita el apoyo de todo el aparato social, porque sin duda alguna esta actividad ha sido olvidada por cada uno de nosotros”, finaliza.

LOS PEPENADORES Y LA RECOLECCIÓN DE BASURA EN CIFRAS

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el estado de Puebla es una de las entidades con el mayor número de pepenadores, con una cifra aproximada de 700 personas dedicadas a la actividad.

De esta cifra, se calcula que más del 90 por ciento de los trabajadores en la pepena está formado por hombres; las mujeres son minoría y realizan principalmente labores de vigilancia durante la recolección.

Poco más del 70 por ciento de estas personas tiene entre 30 y 60 años de edad, mientras que el resto es joven y una minoría de niños es menor de 16 años, los cuales provienen principalmente de zonas rurales del estado.

Sobre el nivel educativo de los trabajadores, se dijo que el 70 por ciento tiene la primaria, y el resto apenas cursa algunos años de secundaria y una minoría la ha completado.

En lo que respecta al tema de basura, el Inegi detalla que en Puebla se generan 5 mil 991 toneladas de desechos, de los cuales el 3.7 por ciento son reciclados por los pepenadores.

Este dato coloca al territorio poblano en la séptima posición con la mayor cifra de materiales reciclados, solo por debajo de la Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Veracruz, Nuevo León y Guanajuato.

De manera histórica, la recolección de materiales reciclables provenientes de la basura ha sido una alternativa para que las personas con menos oportunidades de encontrar un empleo puedan generar dinero, sin embargo, esta actividad es considerada como el trabajo con las peores condiciones laborales en el estado de Puebla.

Este oficio es catalogado de esta manera, debido a que los pepenadores, como son conocidos socialmente, se enfrentan día a día a largas jornadas de trabajo, perciben bajos ingresos, no tienen prestaciones y, por si fuera poco, ponen en riesgo su integridad física debido a la inseguridad y a las enfermedades que pueden atraer de los desechos.

Haciendo un análisis más profundo en la vida de estas personas, también se puede saber que este trabajo tampoco les permite adquirir una vivienda digna, y mucho menos llevar a sus hogares el alimento suficiente para poder tener una buena calidad de vida, por lo que este sector de la población no vive, sino sobrevive.

Pese a que estos problemas son muy notorios a simple vista, la realidad es que han sido ignorados por la sociedad, las autoridades de gobierno y las asociaciones civiles.

A decir de Dulce María Pérez Torres, socióloga de la Facultad de Psicología de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), hasta el momento nadie ha hecho nada para mejorar las condiciones de los pepenadores, pese a que su labor ofrece muchos beneficios al medio ambiente.

“Este trabajo genera pobreza en todos los sentidos y desde donde se quiera ver, pero nadie hace nada por ellos. Han sido olvidados y es muy doloroso y triste verlos en esas condiciones. Los pepenadores nos piden a gritos una ayuda humanitaria para salir adelante”, expresa.

Sin protección o seguridad alguna los recolectores se enfrentan a enfermedades al buscar en la basura. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

LUCILA, RENÉ Y EMMANUEL CUENTAN CÓMO ES VIVIR DEL RECICLAJE

Lucila, de 61 años de edad, es originaria del municipio de San Pedro Cholula y cuenta que se dedica al reciclaje desde que tenía 51 años debido a que no tuvo otra opción para generar ingresos.

La mujer explica que en esta actividad los principales materiales que se recolectan de la basura son cartón, botellas de plástico, latas, papel, vidrio, madera y hasta pilas.

Las jornadas de trabajo que realizan son de lunes a domingo y pueden alcanzar hasta 12 horas al día, ya que inician a las 6 de la mañana y terminan a las 10 de la mañana; posteriormente vuelven a las calles, de las 7 de la noche a las 3 de la madrugada.

“Yo llevo en esto 11 años y tomé la decisión de este trabajo debido a que no había dinero en casa porque no me dieron otro tipo de empleo. Aquí trabajamos mucho porque debemos recorrer la gran parte del municipio”, reconoce.

Por su parte, René González, de 43 años, que labora en San Andrés Cholula, detalla que el ingreso diario promedio de los pepenadores apenas es de entre 100 y 150 pesos, lo que vendría siendo de 3 mil a 4 mil 500 pesos mensuales.

“La verdad no tengo estudios y no me daban trabajo, por eso se me ocurrió entrar a este oficio. El dinero que ganamos es muy poco, si tomamos en cuenta todo el esfuerzo y riesgos por los que debemos atravesar”, manifiesta.

Hablando de los peligros que conlleva esta labor, Emmanuel Percino, de 18 años de edad, relata desde San Pedro Cholula que los principales riesgos son la inseguridad y las enfermedades que pueden adquirir de la basura.

Sobre el tema de inseguridad, expone que deben recorrer las calles a altas horas de la noche, donde en varias ocasiones son asaltados y despojados de sus pertenencias como teléfonos, dinero y hasta de sus triciclos, donde trasladan los materiales que recolectan.

En el tema de enfermedades, se da a conocer que a la hora de separar la basura son vulnerables a contraer padecimientos leves o mortales como la hepatitis, cáncer, tifoidea, VIH, problemas de la piel e intestinales.

Esto, debido a que ingresan a los contenedores donde se depositan los desechos o meten las manos a las bolsas de basura sin ningún tipo de cuidado y protección, como guantes, gafas o mascarillas.

Al no tener estos elementos preventivos, ellos están en contacto directo con infinidad de elementos infecciosos como pulgas, hongos, bacterias y roedores que pueden provocarles algunos de los padecimientos mencionados.

Además, durante su búsqueda de productos reciclables, se pueden lastimar o picar con artículos como agujas o vidrios rotos que fueron tirados irresponsablemente a la basura y pueden estar infectados con el virus del VIH o hepatitis.

La falta de dinero es otro elemento que los orilla a dañar inconscientemente su salud, ya que, en busca de alimentarse, llegan a consumir productos caducados que se encuentran en la basura.

“Sabemos a lo que nos arriesgamos, pero debemos trabajar porque no queda de otra. En mi caso debo llevar dinero para mi esposa e hija (…) A mí me ha llegado a pasar que me asalten porque ando en las noches, y también me he enfermado debido a que busco en todos los montones de basura”, señala.

La inseguridad es otro de los problemas que enfrentan al ser despojados de sus cosas e incluso de sus herramientas de trabajo. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

¿CÓMO GENERAN INGRESOS?

La recolección de materiales reciclables provenientes de la basura apenas es el inicio de la actividad de los pepenadores, ya que para generar ingresos deben llevar esos productos a los centros de acopio o recicladoras.

A través de un recorrido realizado por esta casa editorial, se pudo saber que este tipo de lugares compran los productos por kilo y el precio cambia dependiendo del tipo de material y de acuerdo con su importancia.

Adolfo Cocone Juárez, dueño de la recicladora Cocone, ubicada en el barrio de San Matías Cocoyotla, en San Pedro Cholula, da a conocer que actualmente el kilo de vidrio se compra en 50 centavos; el cartón, en 3.70 pesos; la lata, en 6 pesos, el fierro, en 7.50 pesos; el plástico, en 13 pesos, el bronce, en 70 pesos, y el cobre en 130 pesos.

Ante esto, comenta que los pepenadores que menos dinero se llevan son 60 pesos al día, mientras que hay muy pocas personas que pueden recibir de 200 a 300 pesos.

“Aquí llegamos a recibir hasta 3 toneladas diarias de todos los productos, donde destaca el papel, cartón y plástico. Posteriormente nosotros lo llevamos a su lugar final que son las empresas grandes (…) Aquí tratamos de darle precios competitivos a los pepenadores, pero también sabemos que no es suficiente para muchos porque esto es su única fuente de ingreso”, detalla.

Por su parte, José Luis González, encargado de la recicladora Elizabeth en Puebla capital, reconoce que lamentablemente ellos no pueden ofrecerles un mejor pago a los pepenadores, ya que el costo se basa de acuerdo a lo que estipulan las grandes empresas que adquieren los materiales para transformarlos y reutilizarlos.

En este sentido, declara que los centros de acopio apenas generan una ganancia de un peso por cada kilo que compran a los pepenadores, es decir, si adquieren un kilo de plástico en 13 pesos, ellos lo venden a las empresas transformadoras en 14 pesos.

“La realidad es que los precios de estos materiales lo estipulan las empresas, pues lo compran barato y nosotros solo le ganamos un peso, por eso no podemos darles una mejor paga a los pepenadores, ya que nosotros también tenemos gastos que cubrir como permisos, sueldos y gasolina”, expone.

Son bajos ingresos los lleva a difíciles y largas jornadas de trabajo. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

¿QUÉ LOS LLEVÓ A TRABAJAR COMO PEPENADORES?

Juan Alberto Vázquez Muñoz, profesor de la facultad de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), da a conocer que estas personas toman la decisión de autoemplearse como pepenadores, así como en otros trabajos informales, debido a la falta de oportunidades, las cuales se presentan ya que en el país y en el estado de Puebla existe un modelo económico capitalista que no les ofrece mejores oportunidades.

Es decir, que las fuentes de empleo vienen en su mayoría de las empresas privadas, lo que deja a los menos preparados sin oportunidad de ingresar al mundo laboral formal.

Esto también es resultado de que el gobierno federal, el estatal y los municipales no son capaces de generar las suficientes fuentes de empleo para apoyar a la población más vulnerable.

“Un modelo económico capitalista genera una desigualdad tremenda. Como ejemplo puedo decir que hay personas con un poder adquisitivo alto, mientras que otras están en la pobreza total (…) Aquí en Puebla, como en todo el país, la mayor cantidad de empleos los otorgan las empresas privadas, y el gobierno no ha hecho nada para generar otras fuentes de ingreso para las familias con menos oportunidades, por lo que no queda otra opción más que dedicarse a actividades informales, como la pepena”, concluye.

La falta de oportunidades llevó a la mayoría a emprender esta labor en la informalidad. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla

FORMAS DE AYUDARLOS

A fin de apoyar a las personas que viven de recoger los desechos de la basura, Anselmo Chávez Capó, investigador en Administración Financiera y Bursátil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), da a conocer una serie de propuestas para el beneficio de este sector.

En primer lugar, explica que es necesario que las autoridades gubernamentales generen inversiones para hacer crecer su economía, lo que dará como resultado la generación de empleos formales y sacará del sector informal a estas personas.

Mientras llega ese momento, detalla que es importante que el gobierno y las organizaciones civiles generen estrategias de apoyo como programas de subsidio económico, educación, capacitación, acceso a seguridad social y a servicios públicos.

Por su parte, la sociedad y las empresas deben aprender a separar la basura antes de tirarla, por un lado, lo reciclable, y por el otro, lo no reciclable, lo que facilitará el trabajo de los pepenadores y reducirá el riesgo de enfermedades.

“Es tiempo de comenzar a hacer algo por ellos, y esta serie de propuestas serían un buen comienzo, pero se necesita el apoyo de todo el aparato social, porque sin duda alguna esta actividad ha sido olvidada por cada uno de nosotros”, finaliza.

LOS PEPENADORES Y LA RECOLECCIÓN DE BASURA EN CIFRAS

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el estado de Puebla es una de las entidades con el mayor número de pepenadores, con una cifra aproximada de 700 personas dedicadas a la actividad.

De esta cifra, se calcula que más del 90 por ciento de los trabajadores en la pepena está formado por hombres; las mujeres son minoría y realizan principalmente labores de vigilancia durante la recolección.

Poco más del 70 por ciento de estas personas tiene entre 30 y 60 años de edad, mientras que el resto es joven y una minoría de niños es menor de 16 años, los cuales provienen principalmente de zonas rurales del estado.

Sobre el nivel educativo de los trabajadores, se dijo que el 70 por ciento tiene la primaria, y el resto apenas cursa algunos años de secundaria y una minoría la ha completado.

En lo que respecta al tema de basura, el Inegi detalla que en Puebla se generan 5 mil 991 toneladas de desechos, de los cuales el 3.7 por ciento son reciclados por los pepenadores.

Este dato coloca al territorio poblano en la séptima posición con la mayor cifra de materiales reciclados, solo por debajo de la Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Veracruz, Nuevo León y Guanajuato.

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