"Las personas de la tercera edad nos trasmiten experiencia y amor. Muchos años fueron el pilar de la familia y por eso merecen vivir esta etapa de una manera digna, con calidad y calidez”, bajo esa filosofía, Emma Rosa Velázquez, directora la fundación Gabriel Pastor, procura a los 50 abuelitos que forman parte de este hogar de descanso.
La directora de la institución, comenta que, del total de albergados, 10 de ellos son hombres y 40 son mujeres, incidencia que es recurrente en la mayoría de las casas para personas adultas, situación que se da, debido a que en promedio las mujeres viven más años que los hombres.
Las abuelitas que son parte de la fundación, reconocen que llegar a la tercera edad es aceptar los claroscuros de esta etapa. Por un lado, comentan, deben enfrentar las enfermedades propias de la edad; su cuerpo ya no responde con la misma agilidad y el cuerpo duele ante ciertos movimientos; sin embargo, su entusiasmo y amor por la vida les da esa energía para a sumarse a las actividades grupales y convivir con el resto de los compañeros.
Pintarse los labios, arreglarse el cabello, ponerse un poco de maquillaje y enrizarse las pestañas, aún forman parte de las actividades y rituales de belleza de algunas de ellas, pues aseguran que, como mujeres, uno nunca debe dejar de sentirse lindas.
La pintura, lectura y el ejercicio, también forman parte de sus actividades diarias, las cuales disfrutan a su manera, a su tiempo y a su ritmo sin presión alguna, pues la tercera edad, afirman, se trata de disfrutar de manera plena.
Para lograr esta plenitud, la directora la fundación asegura que es importante darles todo lo que ellos dan: amor, ternura y sobre todo comprensión.
Los abuelitos han trabajado y luchado durante toda su vida, deben disfrutar dignamente esta etapa. Ellos pueden seguir haciendo muchas actividades -con ciertos cuidados- pero jamás deben ser desplazados por la familia. Ellos deben vivir en una etapa de amor"
Ser parte de una casa de descanso es algo que debe tomarse por voluntad propia, al menos ese es uno de los lineamientos principales de esta fundación.
Todos los que forman parte de esta casa están aquí porque fue una voluntad propia, ese es el primer requisito, querer disfrutar de un nuevo espacio para seguir activos física y mentalmente
Actualmente la fundación lleva 63 años ofreciendo sus servicios de geriatría, misma que ha ayudado a las personas a mantener una vida digna y plena.