Entre pañuelos verdes, morados y cartulinas con frases como “¡Será ley!”, y “¡Tu hija abortó y no te dijo!”, mujeres a favor de la despenalización del aborto, se hicieron presentes en las calles de la capital poblana, en el marco del Día de Acción Global por un Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
A diferencia de años anteriores, más de 300 poblanas salieron a manifestarse con el respaldo de los fallos emitidos por la SCJN, en donde este órgano declaró inconstitucional la criminalización del aborto y prohibió procesar penalmente a las mujeres que decidan abortar.
Desde las inmediaciones de Casa Aguayo, sede de la administración estatal, misma que se encontraba resguardados por elementos de la policía estatal, hasta el Congreso del Estado, personas diversas se sumaron a la lucha.
Caminando sobre la 16 de Septiembre se encontraron con grupos religiosos que resguardaban con cadena humana la Catedral de Puebla.
Por lo que se dieron roces verbales entre algunas mujeres y hombres que resguardaban las paredes del templo principal, sin embargo, la marcha se desarrolló sin mayores disturbios.
Mientras que, al recorrer las calles príncipes, algunos de los negocios que se encuentran en el Centro Histórico optaron por bajar sus cortinas para evitar algún enfrentamiento con las inconformes.
Al arribar al recinto Legislativo, mujeres realizaron intervenciones en los espacios públicos a lado del inmueble, ya que éste permaneció protegido por uniformados.
Al tiempo, una de las líderes emitió un pronunciamiento en donde pidió a las y los diputados no obstaculizar la legislación del aborto en la entidad.
Además, celebró el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tras declarar inconstitucional criminalizar el aborto y pronunciarse a favor de garantizar el derecho a las mujeres y personas gestantes a decidir, sin enfrentar consecuencias penales.
Al finalizar la movilización, una mujer a favor del tema, platicó para El Sol de Puebla su experiencia de aborto, en donde aseguró que no se mantendría en anonimato sino existiera la recriminación social.
“Tenía 18 años cuando decidí interrumpir mi embarazo, junto con mi pareja viajamos a Ciudad de México para abortar, yo tuve la oportunidad de hacerlo de manera legal, en otro estado, pero hay más mujeres que no tienen la posibilidad económica de hacerlo y recurren a clínicas clandestinas, urge que Puebla se pinte de verde”.