En 2005 el empresario textilero Kamel Nacif denunció a la periodista Lydia Cacho Ribero por difamación y calumnias, tras la publicación del libro “Los demonios del edén”, por lo que en diciembre de ese año Cacho Ribeiro fue detenida en Cancún y trasladada a Puebla bajo una serie de irregularidades.
En este libro, la periodista descubrió una supuesta red de tráfico de menores con fines de explotación sexual, hecho por el cual el ex mandatario poblano, Mario Marín, habría ordenado la detención de Lydia Cacho.
La periodista fue trasladada vía terrestre a Puebla, un viaje de más de 20 años, en la que fue torturada psicológicamente e incluso recibió amenazas de abuso sexual, narró tras su liberación. Además, dijo que fue encerrada en un “calabozo inmundo” y que su proceso fue lento y tortuoso.
Semanas después, el febrero de 2006 salió a la luz una conversación telefónica entre el ex gobernador priista y Kamel Nacif que mostraba el contubernio entre ambos personajes, en la que se podía escuchar:
-Quiúbole, Kamel.
-Mi gober precioso.
-Mi héroe, chingao.
-No, tú eres el héroe de esta película, papá.
-Pues ya ayer le acabé de darle un pinche coscorrón a esta vieja cabrona. Le dije que aquí en Puebla se respeta la ley y no hay impunidad y quien comete un delito se llama delincuente. Y que no se quiera hacer la víctima y no quiera estar aprovechando para hacerse publicidad. Ya le mandé un mensaje a ver cómo nos contesta. Pero es que nos ha estado jode y jode, así que se lleve su coscorrón y que aprendan otros y otras.
La charla continúa entre el empresario y el entonces gobernador de Puebla, pues el primero acepta que metió en un problema al mandatario pero que quería agradecerle:
-Así es. Yo te hablé para darte las gracias. Sé que te metí en un problema pero...
-No'mbre, a mí me gustan esos temas. Coincido contigo en que, jijos de la chingada, en esos temas... digo... no somos santos, desde luego, pero si alguien tiene pruebas que las presente. Y si no que se calle la boca.
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-Oye, pero en algo tan vergonzoso, mi distinguido. Porque es vergonzoso.
-Así es.
-Y yo para darte las gracias te tengo aquí una botella bellísima de un coñac que no sé adónde te la mando.
-Pues a Casa Puebla.
-Yo te la quería dar personalmente, pero estás todo ocupado.
-Mándamela a Casa Aguayo, para echármela.
-¿Te la vas a echar? Pues entonces te voy a mandar dos, no una.
La revelación de estas conversaciones provocó una hecatombe en la administración de Mario Marion Torres, pues Lydia Cacho, pese a estar detenida y tener a la Suprema Corte de Justicia en su contra en 2008, no detuvo su defensa y fue en julio del 2018 que el Comité de Derechos Humanos de la ONU emitió una resolución contra el Estado mexicano por su caso.
Incluso a finales de ese año recibió escoltas y un chaleco antibalas, reconociendo el riesgo que corría su vida; para enero del 2020 recibió disculpas públicas, además de que sólo tres de los 17 señalados por la periodista se encuentran detenidos.
Fue el pasado 11 de abril, que el Primer Tribunal Unitario de Cancún giró cuatro órdenes de aprehensión contra Marín Torres, Kamel Nacif, Hugo Adolfo Karam Beltrán, exjefe de la Policía Judicial de Puebla, y Juan Sánchez Moreno, exdirector de Mandamientos Judiciales del estado.
Los delitos que enfrentan los señalados son actos de tortura cometidos contra la también defensora de derechos humanos.
A 15 años de este caso, Mario Marín, el personaje principal de esta historia, fue detenido en Acapulco, Guerrero y es trasladado a Cancún, Quintana Roo para enfrentar la acusación por el delito de tortura.
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