Joel Ortega Juárez, activista del Comité de Lucha de Economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que el movimiento estudiantil de 1968 dio paso a la libertad de expresión, la participación política, al diálogo de la ciudadanía con autoridades de gobierno y a una sociedad democrática justa con mayor igualdad.
El 2 de octubre del mismo año estudiantes, profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas en la Ciudad de México fueron reprimidos por el gobierno mexicano mediante la matanza de Tlatelolco ocurrida en la Plaza de las Tres Culturas, mientras se manifestaban de forma pacífica.
“Han transcurrido 52 años desde aquel trágico genocidio y aún lo recuerdo con horror, pues me encontraba en la plaza cuando francotiradores y camiones del ejército comenzaron a disparar en contra de todos los presentes”, narró el hombre de 74 años.
“Participé en pintas, marchas, guardias, repartí volantes y quemamos aproximadamente 200 vehículos militares y de la policía para defendernos porque estaban lesionando y privando de la vida a varias personas”, comentó.
Durante la entrevista, contó que en su libro “Adiós al 68” publicado en 2018, plasmó que de 10 mil asistentes, 58 perdieron la vida y otros mil 300 habían sido detenidos de manera ilegal.
“No queríamos el poder, no queríamos formar un partido, solamente pedíamos la libertad a los presos políticos, la desaparición del cuerpo de granaderos, la destitución de los jefes policíacos y la indemnización a los familiares de todos los fallecidos y heridos desde el inicio del conflicto”, aclaró.
Por su parte, el Catedrático Investigador de la facultad de Ciencias Políticas y Gobierno de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Josafat Morales Rubio, mencionó que la herencia más importante que dejó el movimiento fue el diálogo con las autoridades porque actualmente el gobierno no puede hacer caso omiso a las peticiones de los pobladores.
“Fue el inicio del proceso político del cambio porque antes no se cuestionaban las decisiones de los funcionarios públicos y ahora existe una participación ciudadana” agregó el docente.
LA HISTORIA SE REPITIÓ EN PUEBLA EN 1973
La historia del 2 de octubre se repitió en Puebla el 1 de mayo de 1973, mencionó Arturo Rojas Rodríguez, ex dirigente del Frente Estudiantil por el Socialismo de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
“Los alumnos estaban festejando el día del trabajo en inmediaciones del Edificio Carolino, cuando un grupo de francotiradores les quitaron la vida como parte de un sistema represivo”
“Todo esto fue el inicio del fin que permitió la creación de varios grupos estudiantiles que formaron la Reforma Universitaria Democrática, Crítica, Científica y Popular que nos otorgó nuestros derechos e impulsó a la BUAP como referente nacional”, argumentó el hombre de 62 años.