De los 111 jueces que laboran en el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Puebla, 46 son mujeres, es decir, el 41.4 por ciento, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) con corte al año 2021. En el Día Internacional de la Jueza, que se conmemora este 10 de marzo, tres de las mujeres que se encargan de impartir justicia en nuestra entidad conversaron con este diario sobre los retos que existen para alcanzar la paridad de género.
Este año es la primera ocasión en que se conmemora el Día Internacional de la Jueza, ya que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo proclamó el 26 de abril del año pasado para alentar la participación de las mujeres en la impartición de justicia, debido a que son minoría en los cargos directivos y se enfrentan a distintas adversidades en el ejercicio de sus funciones.
Genesis Sánchez Hernández, Jacqueline Oviedo Hernández y Blanca Laura Olivier Palacios, juezas en materia familiar del Poder Judicial local, coincidieron, en entrevistas por separado, que dedicar un día para reconocer la labor de las juzgadoras es un buen comienzo para visibilizar el servicio que dan a la sociedad y alentar a la inclusión de más mujeres en el ámbito de la impartición de justicia.
ELIMINEMOS ESTEREOTIPOS
Blanca Laura Oliver Palacios es doctora en Derecho, madre de dos hijos, esposa y trabaja desde hace 35 años en el Poder Judicial, en donde se ha desempeñado como jueza en materia penal, civil, mercantil y, desde hace 10 años, familiar.
Su trayectoria inició en 1986 como practicante. Un año después obtuvo el cargo de escribiente y en breve pasó a ser proyectista, después secretaria de estudio y cuenta, hasta que en 1991 fue nombrada jueza, cargo que ha ejercido en juzgados de la capital y otros distritos como Cholula, Libres, Huauchinango y Zacatlán.
Asegura que en el ámbito profesional nunca ha enfrentado situaciones de violencia o discriminación, sin embargo, ser mujer sí le ha valido dificultades porque hay determinados roles de género o estereotipos impuestos por la sociedad, por ejemplo, el considerar que las involucradas en los sistemas de justicia tienen mal carácter.
“El día de la jueza es un principio y es empezar a hacer un pronunciamiento a la juzgadora mexicana y liberarla de todos esos estereotipos, porque nos han etiquetado como que somos enojonas y eso no puede ser, hay gente tremendamente valiosa y somos seres humanos que merecemos reconocimiento, como cualquier otro profesionista”, subraya.
Oliver considera que el ejercicio de su profesión lo debe a la lucha de las mujeres que la antecedieron y, por lo tanto, ella ahora tiene la responsabilidad de seguir buscando el reconocimiento del género femenino en este y otros ámbitos laborales.
En su opinión, las juzgadoras tienen una múltiple tarea y compromiso con las causas de las mujeres, ya que desde su trabajo inciden en la vida de las personas, respaldan a la sociedad, pero a la vez contribuyen desde su entorno familiar, como madres, esposas o jefas de familia.
“Lo más complicado es precisamente tener varias actividades, porque cuando somos madres de familia tenemos que cuidar a la familia, a los hijos, el esposo, es parte de. Entonces, cambiar el concepto de la familia y buscar en la pareja una colaboración o con la persona que se queda con nuestros hijos, ese es el obstáculo más fuerte, pero no ha sido un impedimento para que las mujeres podamos avanzar, por el contrario, los hijos nos respetan y nos admiran, también nuestra pareja, nuestra familia, por poder llegar a una responsabilidad tan importante como es ser juez, que es decidir la vida de las personas, en primera instancia. Me parece que esta forma de ir avanzando sin duda es el camino para seguir más adelante”, apunta.
Cuestionada sobre las causas de la falta de paridad en las instituciones de impartición de justicia, dice que, en el caso de Puebla, el Tribunal ha tenido avances importantes para incluir a las mujeres, no obstante, la situación de inequidad es generalizada porque en la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación hay pocas magistradas y, ante ello, se requiere mayor esfuerzo y preparación.
“Mientras las mujeres nos sigamos preparando, no con una doble jornada, considero con una triple jornada, o siendo apoyadas por nuestras parejas y las personas que nos acompañan, me parece que vamos en el camino justo para encontrar la paridad y de esa manera seguir trascendiendo”, finaliza.
ME DECÍAN QUE NO PASARÍA DE LA PREPA
Jacqueline Oviedo Hernández es jueza de oralidad, licenciada en Derecho, maestra en Mediación y madre de dos hijos. Comenzó su carrera siendo estudiante en el 2005, como escribiente en la primera sala en materia civil del Poder Judicial. Después fue secretaria particular y en 2019 fue electa jueza auxiliar, hasta que en noviembre del año pasado recibió la designación como jueza de oralidad.
Entrevistada en su oficina en Ciudad Judicial, señala que abrirse paso no ha sido fácil, porque por cuestiones de género limitaban sus aspiraciones. “A mí me decían desde pequeña: ‘tú eres mujer, en tu carrera no puedes pasar de la licenciatura o la preparatoria’, y gracias al esfuerzo, a mi familia, estoy aquí”.
Oviedo celebra que la ONU haya designado el 10 de marzo para reconocer el trabajo de las impartidoras de justicia, ya que esto les da “más valor y determinación” para fungir como servidoras públicas.
Comparte que en la institución no ha encontrado obstáculos para desarrollarse profesionalmente, por el contrario, tuvo el suficiente apoyo cuando estaba embarazada para poder seguir ejerciendo funciones sin que esto perjudicara su salud; sin embargo, refiere que en el exterior sí persisten sesgos por cuestiones de género que se deben erradicar.
En este sentido, expone que desde el cargo que ocupa busca contribuir a las causas de las mujeres, siendo imparcial en su actuar y aplicando la perspectiva de género al momento de realizar audiencias o dictar sentencias.
Considera que las mujeres son las responsables de eliminar los obstáculos que se les puedan presentar para alcanzar sus objetivos profesionales y recomienda “que se amen así mismas, siempre en todo momento, que sí se puede, que no les hagan creer que no, que tomen ese valor, porque como mujeres tenemos un valor que, desafortunadamente, a veces nos quieren quitar”.
SOMOS MÁS SENSIBLES PARA LA JUSTICIA
Génesis Sánchez Hernández tiene 31 años, recién fue nombrada jueza en el sexto juzgado especializado en materia familiar y considera que hoy existe más confianza en las mujeres para ocupar estos cargos, ya que imparten justicia desde otra óptica, más sensible y apegada a la realidad del género femenino.
La también maestra en Derechos Humanos refiere que ha tenido en sus manos expedientes de juicios en materia familiar, en donde falta una mejor visión del rol que tienen las mujeres hoy en día, por lo que comenta que en su nueva encomienda puede apoyar la lucha de genero actuando con sensibilidad, sin juzgar a las víctimas y tratando de ponerse en su lugar para ayudarlas.
“Muchas veces el trabajo de la mujer se ve invisibilizado y yo creo que esos son los punteros que hay que trabajar, sobre todo aquí, porque muchas veces me ha tocado leer varios expedientes en los que los compañeros no se dan cuenta de que, por ejemplo, las amas de casa trabajan, tienen que cuidar al niño (sus hijos), entonces hacemos demasiados roles”, narra al tiempo de señalar que la impartición de justicia debe apegarse a esta realidad.
Incluso, comparte que en su quehacer trata de mantener presente esta situación porque recuerda que su madre debía realizar múltiples tareas:
“Lo viví con mi mamá. Llegaba muy tarde de trabajar todos los días y, cuando éramos niños, en la noche se ponía a hacer de comer, a hacer las labores del hogar. Dormía un poco y al otro día otra vez a trabajar”.
Sánchez señala que, aunque lleva apenas tres años laborando en el Poder Judicial, ha visto que las mujeres tienen oportunidad de alcanzar puestos directivos, ya que ella comenzó siendo mecanógrafa y después fue secretaria de estudio y cuenta hasta que se abrió una convocatoria para la selección de jueces, en la que quedo seleccionada tras presentar exámenes de conocimientos y prácticos, que consistieron en la celebración de una audiencia.
Por lo anterior, expresa que, para abatir la brecha de género en las instituciones responsables de la impartición de justicia, es necesario motivar más a quienes se desempeñan en distintos puestos, como secretarias o proyectistas, para que tomen las oportunidades.
“Falta impulsar más a las mujeres, porque a pesar de que salen convocatorias, nos proponen a nosotras como mujeres, creo que sí es necesario que entre todas nos unamos y digamos ‘sí se puede’, ‘se puede hacer lo que te propongas, lo que quieras’, el Poder Judicial nos ha dado muchas herramientas, pero quizá falta que nos impulse, nos impulsen nuestros jefes. En mi caso tuve la oportunidad, pero no sé si pase lo mismo en otros lados”, concluye.
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