/ lunes 9 de agosto de 2021

Opiniones encontradas ante regreso a las aulas en las Cholula

Mientras algunos apoyan el regreso a las aulas por la salud psicológica de los menores, otros prefieren prevenir algún contagio

El próximo ciclo escolar ha dividido la opinión de las familias de San Andrés y San Pedro Cholula, pues algunos apoyan el regreso presencial a las aulas, por el bien sicológico de los niños, sin embargo, hay quienes consideran que la permanencia de las clases en línea es lo mejor, pues prioriza la salud de los pequeños.

De acuerdo con padres de familia y abuelos de varios menores, que habitan en la región de las dos Cholulas, la pandemia ha dejado una gran lección de vida para todos, aunque para los menores ha sido un tema mucho más complejo, pues aseguran, aún no han logrado dimensionar porqué la vida -como la conocían hasta hace más de un año-, se ha transformado tanto.

Anel Teutle Sandoval, mamá de Santiago Alberto Bustos Teutle, de 7 años de edad, y quien para el próximo ciclo escolar cursará el segundo año de primaria en una escuela particular, mencionó para El Sol de Puebla, que desde el inicio de la contingencia sanitaria en el mes de mayo de 2020, su hijo ha tomado clases en línea, no obstante, se percató de que Santiago no ponía suficiente atención a sus maestros, por lo que unos meses después tomó la decisión de contratar a un tutor particular, que instruyera al pequeño.

“Mi hijo ha aprendido, la verdad es que yo no lo considero un año perdido, ha tenido un avance importante, sin embargo, también creo que Santiago necesita el contacto con otros niños, que tenga actividad física, porque estar sentado todo el tiempo en su silla no está bien”, señaló Anel, de 30 años de edad.

Para Anel, es importante monitorear los contagios, pues los números de la tercera ola han incrementado en los últimos días, por lo que estima que lo mejor sería esperar al menos unos meses para poder determinar qué decisión tomar, aunque si tuviera que deliberarlo, al momento sería continuar con las clases a distancia.

“Me gustaría esperar hasta diciembre para ver qué pasa, siento que es demasiado apresurado, de repente el semáforo sube y otros días baja, llevarlos otra vez no creo que sería la mejor idea”.

Lucía López Durán, tiene cuatro nietos, dos que cursan la primaria y dos más el kinder. Para ella las clases presenciales son necesarias, pues en muchas ocasiones los padres de los niños trabajan y no pueden atender las clases en línea junto a los pequeños, lo que merma en el aprendizaje de los estudiantes.

“Ahorita que es en línea yo he visto que es peor, a veces los padres no les pueden poner atención a los niños, no los apoyan con las tareas porque tienen que trabajar y presenciales pues el maestro les ayuda”. Aseveró Lucía de 60 años de edad, quien añadió que muchas veces los abuelos tienen la responsabilidad de ver a los menores durante las clases cuando los padres se van, por lo que resulta complicado para ellos, debido a que no logran entender.

“Para uno es difícil porque son otros tiempos, antes se aprendía de otra forma, ya todo está más avanzado; a veces mi nieta me dice, ¿cómo hago las divisiones?, yo las hago de una forma, pero ella me dice: no yo las hago así y hasta es más rápido, pero adaptarse a ese cambio es difícil para uno”, dijo Lucía.

Reconoció que hay una preocupación generalizada por los contagios, por lo que tampoco se aventuró a responder que las clases presenciales serían la mejor determinación.

Óscar Efraín Santiago Gómez es padre de Cristopher Santiago Zacatelco, de 9 años de edad, que para este próximo ciclo escolar cursará el cuarto año de primaria, quien indicó que la adaptación del menor no ha resultado sencilla para ningún miembro de su familia, pues existe una diferencia considerable entre lo que puedan aportar ellos como padres y un docente especializado.

“Si causa un poquito de desesperación para uno como papá, creo que si hay estancamiento con las clases en línea, el niño no aprende como debe de ser, necesita jugar con sus compañeros, tener actividad social, física y emocional, y en casa de cierta manera es difícil”.

En el caso de Óscar y su esposa, la abuela de Cristopher también es quien apoya al estar pendiente de las clases del menor, debido a que ambos trabajan, sin embargo, hay ocasiones que se ven en la necesidad de atenderlas ellos mismos, por lo que tienen que realizar sus demás actividades con premura.

Respecto al modelo híbrido que se espera para el próximo curso, Óscar señaló que ya había decidido mandar a su hijo unos días a la institución privada a la que asiste, pero cambio de parecer cuando notó el crecimiento en los casos de Covid-19.

“Al principio que empezó todo esto habíamos decidido mandarlo a clases presenciales, pero ahorita que se están dando contagios en niños, pensamos que lo mejor son las clases a distancia.”

La mamá de Cristopher refirió que si ve afectaciones en su hijo, pues las actividades que tiene ahora son diferentes a las que tenía antes.

“No pueden ir a correr, no conviven con otros niños, se vuelven ermitaños”, expresó Cristina Zacatelco, madre de Cristopher, quien sumó que si bien es importante el desarrollo físico del menor, mucho más lo es la salud, por lo que preferiría seguir con el mismo método a distancia.

Para Rocío Villaseñor de 32 años de edad, madre de Paula Monte Villaseñor, resulta difícil abordar el tema del colegio con su hija después de su jornada de trabajo, sin embargo, sabe que es una necesidad que debe atender por la pandemia.

“Habemos muchos padres que trabajamos y todavía llegar a ayudarlos con las tareas, pues resulta difícil, pero también hay que ver la otra parte de la pandemia, no sé si sería buena idea mandarlos a clases presenciales todavía o esperar un tiempo más, no podría decir que prefiero, si presencial o a distancia, lo mejor sería que asistieran, pero con todos las medidas preventivas necesarias y esperar a que no pase nada”.

La señora Villaseñor consideró que durante las clases a distancia sus hijas no han aprendido mucho, lo que ha causado afectaciones considerables en el desarrollo intelectual de las menores.

Incluso, señaló que hay veces que su hija mayor, quien asiste a la preparatoria, es la que da seguimiento a las clases de sus hermanas, debido a que ella trabaja.

EXTRAÑAN LOS NIÑOS A AMIGOS Y MAESTROS

Los niños también tienen reacciones encontradas por el tema, pues hay quienes quisieran regresar a las aulas porque extrañan a sus maestros y compañeros, aunque hubo quien dijo estar muy conforme con las clases en sus casas, porque podían estar con sus papás y abuelitos.

Es precisamente Paula Monte Villaseñor de 11 años de edad, que cursa el quinto año de primaria, quien comentó que se siente cómoda con ambas modalidades, aunque siente que aprovecharía más el conocimiento si tuviera a su maestra de frente.

“A veces sí me siento cómoda con las clases en línea, pero también me gustaría ir a clases presenciales, porque así es mejor aprender”, compartió Paula.

En este sentido, María Fernanda Vázquez Martínez tiene 10 años de edad y asiste a la escuela primaria Juan Crisóstomo Bonilla en el cuarto grado de primaria, sin embargo, no será inscrita al quinto grado, pues su mamá, Carolina Vázquez teme que su hija pueda contraer el virus del Covid-19.

“No me gustan mucho las clases en línea, preferiría ir a la escuela, pero mi mamá tiene miedo”, dijo María Fernanda, quien al tiempo dijo que le gustaría regresar porque cree que entendería más, físicamente.

Cristopher Santiago Zacatelco, de 9 años de edad aseguró que desea mucho el regreso a clases presenciales, pues extraña a docentes y compañeros.

“Yo quisiera regresar a la escuela, extraño a mis amigos y a mis maestros, pero me siento cómodo de las dos formas, en mi casa puedo hacer más tranquilo las tareas y en la escuela porque puedo estar con mis amigos”, finalizó el pequeño.

Otro de los menores entrevistados fue Santiago Alberto Bustos Teutle, de 7 años, quien indicó estar feliz tomando clases desde su casa, pues no extraña nada de su escuela.

“Yo no quiero regresar a la escuela, me gusta estar en mi casa, además me da miedo enfermarme de covid”, aseguró Santiago, quien refirió que casi no extraña a sus maestros y compañeros.

Finalmente, Anel Itzel Xolo Morales de 13 años señaló que desde hace más de un año asiste a clases presenciales en el Instituto Nobel, sin embargo, con todos los cuidados necesarios, pues aseveró que es obligatorio el uso de cubrebocas, careta y gel antibacterial.

“No le entiendo mucho en línea, a veces no nos explicaban bien, no nos daban clases sólo hacían preguntas y a los cinco minutos ya querían que entregáramos los trabajos”.

El próximo ciclo escolar ha dividido la opinión de las familias de San Andrés y San Pedro Cholula, pues algunos apoyan el regreso presencial a las aulas, por el bien sicológico de los niños, sin embargo, hay quienes consideran que la permanencia de las clases en línea es lo mejor, pues prioriza la salud de los pequeños.

De acuerdo con padres de familia y abuelos de varios menores, que habitan en la región de las dos Cholulas, la pandemia ha dejado una gran lección de vida para todos, aunque para los menores ha sido un tema mucho más complejo, pues aseguran, aún no han logrado dimensionar porqué la vida -como la conocían hasta hace más de un año-, se ha transformado tanto.

Anel Teutle Sandoval, mamá de Santiago Alberto Bustos Teutle, de 7 años de edad, y quien para el próximo ciclo escolar cursará el segundo año de primaria en una escuela particular, mencionó para El Sol de Puebla, que desde el inicio de la contingencia sanitaria en el mes de mayo de 2020, su hijo ha tomado clases en línea, no obstante, se percató de que Santiago no ponía suficiente atención a sus maestros, por lo que unos meses después tomó la decisión de contratar a un tutor particular, que instruyera al pequeño.

“Mi hijo ha aprendido, la verdad es que yo no lo considero un año perdido, ha tenido un avance importante, sin embargo, también creo que Santiago necesita el contacto con otros niños, que tenga actividad física, porque estar sentado todo el tiempo en su silla no está bien”, señaló Anel, de 30 años de edad.

Para Anel, es importante monitorear los contagios, pues los números de la tercera ola han incrementado en los últimos días, por lo que estima que lo mejor sería esperar al menos unos meses para poder determinar qué decisión tomar, aunque si tuviera que deliberarlo, al momento sería continuar con las clases a distancia.

“Me gustaría esperar hasta diciembre para ver qué pasa, siento que es demasiado apresurado, de repente el semáforo sube y otros días baja, llevarlos otra vez no creo que sería la mejor idea”.

Lucía López Durán, tiene cuatro nietos, dos que cursan la primaria y dos más el kinder. Para ella las clases presenciales son necesarias, pues en muchas ocasiones los padres de los niños trabajan y no pueden atender las clases en línea junto a los pequeños, lo que merma en el aprendizaje de los estudiantes.

“Ahorita que es en línea yo he visto que es peor, a veces los padres no les pueden poner atención a los niños, no los apoyan con las tareas porque tienen que trabajar y presenciales pues el maestro les ayuda”. Aseveró Lucía de 60 años de edad, quien añadió que muchas veces los abuelos tienen la responsabilidad de ver a los menores durante las clases cuando los padres se van, por lo que resulta complicado para ellos, debido a que no logran entender.

“Para uno es difícil porque son otros tiempos, antes se aprendía de otra forma, ya todo está más avanzado; a veces mi nieta me dice, ¿cómo hago las divisiones?, yo las hago de una forma, pero ella me dice: no yo las hago así y hasta es más rápido, pero adaptarse a ese cambio es difícil para uno”, dijo Lucía.

Reconoció que hay una preocupación generalizada por los contagios, por lo que tampoco se aventuró a responder que las clases presenciales serían la mejor determinación.

Óscar Efraín Santiago Gómez es padre de Cristopher Santiago Zacatelco, de 9 años de edad, que para este próximo ciclo escolar cursará el cuarto año de primaria, quien indicó que la adaptación del menor no ha resultado sencilla para ningún miembro de su familia, pues existe una diferencia considerable entre lo que puedan aportar ellos como padres y un docente especializado.

“Si causa un poquito de desesperación para uno como papá, creo que si hay estancamiento con las clases en línea, el niño no aprende como debe de ser, necesita jugar con sus compañeros, tener actividad social, física y emocional, y en casa de cierta manera es difícil”.

En el caso de Óscar y su esposa, la abuela de Cristopher también es quien apoya al estar pendiente de las clases del menor, debido a que ambos trabajan, sin embargo, hay ocasiones que se ven en la necesidad de atenderlas ellos mismos, por lo que tienen que realizar sus demás actividades con premura.

Respecto al modelo híbrido que se espera para el próximo curso, Óscar señaló que ya había decidido mandar a su hijo unos días a la institución privada a la que asiste, pero cambio de parecer cuando notó el crecimiento en los casos de Covid-19.

“Al principio que empezó todo esto habíamos decidido mandarlo a clases presenciales, pero ahorita que se están dando contagios en niños, pensamos que lo mejor son las clases a distancia.”

La mamá de Cristopher refirió que si ve afectaciones en su hijo, pues las actividades que tiene ahora son diferentes a las que tenía antes.

“No pueden ir a correr, no conviven con otros niños, se vuelven ermitaños”, expresó Cristina Zacatelco, madre de Cristopher, quien sumó que si bien es importante el desarrollo físico del menor, mucho más lo es la salud, por lo que preferiría seguir con el mismo método a distancia.

Para Rocío Villaseñor de 32 años de edad, madre de Paula Monte Villaseñor, resulta difícil abordar el tema del colegio con su hija después de su jornada de trabajo, sin embargo, sabe que es una necesidad que debe atender por la pandemia.

“Habemos muchos padres que trabajamos y todavía llegar a ayudarlos con las tareas, pues resulta difícil, pero también hay que ver la otra parte de la pandemia, no sé si sería buena idea mandarlos a clases presenciales todavía o esperar un tiempo más, no podría decir que prefiero, si presencial o a distancia, lo mejor sería que asistieran, pero con todos las medidas preventivas necesarias y esperar a que no pase nada”.

La señora Villaseñor consideró que durante las clases a distancia sus hijas no han aprendido mucho, lo que ha causado afectaciones considerables en el desarrollo intelectual de las menores.

Incluso, señaló que hay veces que su hija mayor, quien asiste a la preparatoria, es la que da seguimiento a las clases de sus hermanas, debido a que ella trabaja.

EXTRAÑAN LOS NIÑOS A AMIGOS Y MAESTROS

Los niños también tienen reacciones encontradas por el tema, pues hay quienes quisieran regresar a las aulas porque extrañan a sus maestros y compañeros, aunque hubo quien dijo estar muy conforme con las clases en sus casas, porque podían estar con sus papás y abuelitos.

Es precisamente Paula Monte Villaseñor de 11 años de edad, que cursa el quinto año de primaria, quien comentó que se siente cómoda con ambas modalidades, aunque siente que aprovecharía más el conocimiento si tuviera a su maestra de frente.

“A veces sí me siento cómoda con las clases en línea, pero también me gustaría ir a clases presenciales, porque así es mejor aprender”, compartió Paula.

En este sentido, María Fernanda Vázquez Martínez tiene 10 años de edad y asiste a la escuela primaria Juan Crisóstomo Bonilla en el cuarto grado de primaria, sin embargo, no será inscrita al quinto grado, pues su mamá, Carolina Vázquez teme que su hija pueda contraer el virus del Covid-19.

“No me gustan mucho las clases en línea, preferiría ir a la escuela, pero mi mamá tiene miedo”, dijo María Fernanda, quien al tiempo dijo que le gustaría regresar porque cree que entendería más, físicamente.

Cristopher Santiago Zacatelco, de 9 años de edad aseguró que desea mucho el regreso a clases presenciales, pues extraña a docentes y compañeros.

“Yo quisiera regresar a la escuela, extraño a mis amigos y a mis maestros, pero me siento cómodo de las dos formas, en mi casa puedo hacer más tranquilo las tareas y en la escuela porque puedo estar con mis amigos”, finalizó el pequeño.

Otro de los menores entrevistados fue Santiago Alberto Bustos Teutle, de 7 años, quien indicó estar feliz tomando clases desde su casa, pues no extraña nada de su escuela.

“Yo no quiero regresar a la escuela, me gusta estar en mi casa, además me da miedo enfermarme de covid”, aseguró Santiago, quien refirió que casi no extraña a sus maestros y compañeros.

Finalmente, Anel Itzel Xolo Morales de 13 años señaló que desde hace más de un año asiste a clases presenciales en el Instituto Nobel, sin embargo, con todos los cuidados necesarios, pues aseveró que es obligatorio el uso de cubrebocas, careta y gel antibacterial.

“No le entiendo mucho en línea, a veces no nos explicaban bien, no nos daban clases sólo hacían preguntas y a los cinco minutos ya querían que entregáramos los trabajos”.

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