Sedentarismo, obesidad, sobrepeso y alteraciones psicosociales son algunos de los factores de riesgo que pueden desencadenar lumbalgia; un problema de salud que cada vez es más frecuente en la población joven y que afecta aproximadamente a 80 de cada 100 personas.
La lumbalgia se describe como la presencia de dolor en la región lumbar, es decir, en la espalda y cintura, que con frecuencia se recorre a los glúteos y muslos; generalmente se presenta después de realizar un gran esfuerzo con una postura inadecuada, como, por ejemplo, después de cargar cosas muy pesadas sin protección de la columna o después de una caída o golpe muy fuerte.
De acuerdo al último reporte realizado por el Instituto del Seguro Social (IMSS), en 2017 se tuvo un registró en el país de más de 300 mil consultas por lumbalgia, padecimiento más frecuente en la población trabajadora y segunda causa de atenciones en hospitales en la especialidad de Traumatología y Ortopedia.
El IMSS destaca seis principales factores de riesgo que pueden desencadenar este padecimiento, el cual se presentan en:
1.-El paciente con sobrepeso y obesidad
2.- El sedentarismo asociado a posiciones viciosas
3.- En pacientes con evidencia consistente de actividades físicas bruscas: vibración corporal, cargar objetos pesados, flexión y torsión del tronco.
4.- En pacientes con poco acondicionamiento físico y movilidad de columna
5.- Por cargar objetos pesados durante periodos prolongados y en posiciones incorrectas
6.- Por alteraciones psicosociales como depresión, insomnio, aumento de agresividad, desobediencia, violencia, fatiga, estrés laboral e hiperactividad.
Cuando la lumbalgia, también conocida como dolor de espalada baja, no es tratada adecuadamente, puede ocasionar recaídas frecuentes e impedir el regreso a las actividades cotidianas, provocando periodos prolongados de incapacidad.
Por ello, el instituto recomienda establecer mejores condiciones para un sueño reparador como tener una cama no excesivamente blanda ni excesivamente dura y con una almohada baja.
Los analgésicos también disminuyen de manera parcial el dolor y sólo se deben tomar bajo prescripción médica.
Otras alternativas de curación son los masajes relajantes mediante técnicas de digitopresión, ventosas, reflexología, hidroterapia y masajes terapéuticos.